martes, 4 de noviembre de 2014

Como siempre

Parecía que en esta ocasión la actitud de los placeros de la Encarnación mantendría la firmeza en las convicciones de la justa protesta que habían iniciado, aunque fuera tibiamente, para la defensa de sus propios intereses, pero resulta que no.
 Una vez pasada la euforia inicial causada por el malestar de la lamentable acción perpetrada por la concesionaria, en connivencia,  por la negligencia demostrada de la Delegación de consumo permitiendo esta que sea aquella la que se tome las atribuciones que en asunto de licencias de venta en plazas municipales de abastos solo corresponden a la administración, y no es aceptable esta actuación usurpadora, ni para los intereses de los placeros en general , ni cabe incrementar el número de puestos dedicados a carnes y chacinas, cuando sobradamente existen los suficientes para cubrir la demanda, ni por supuesto modificar el equilibrio de las especies, menos, proceder al alquiler de los puestos, con prohibición expresa en la nueva ordenanza, tal como se ha producido, y aun peor si esta operación se realiza a la baja, deteriorando patrimonialmente a los placeros.
Aun cuando los carteles de protesta siguen colgados en algunos puestos de la laberíntica plaza municipal de abastos, no deja de ser algo testimonial, un texto, que pasa inadvertido,  escrito en un papel que con el paso de los días, el tiempo se encarga de deteriorar.
Como siempre no pasa nada. Ni la Delegación de Consumo obra en consecuencia, defendiendo su lugar, obligación, y responsabilidad, cuando menos para rectificar, de la concesionaria ni pensar que ni obligándola está dispuesta a soltar cacho, y de los placeros que decir cuando colocar un cartel es casi una heroicidad, y ante esto más parece que nada pueda cambiar, y ojalá puedan seguir, si continúan, callados, como siempre.
Sevilla a 4 de Noviembre de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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