miércoles, 12 de noviembre de 2014

A veces la ciudadanía despierta

A este Emblemático que promete el pacto de progreso, no le faltará de nada. Dispondrá de paradas de taxis, de metro, de autobuses, en el equipamiento se le incluirá  aparte de las cámaras y vitrinas que correspondan, la muy necesaria trituradora de residuos sólidos, se le instalará gas ciudad, y energía solar, tendrá guardería infantil, centro de salud, local social, centro de asistencia gerontológica, y hogar de pensionistas, no faltara la zona verde y la zona deportiva, y gozara de aparcamientos tanto en superficie como rotatorios en la planta sótano.
  Mas parece un verdadero chollo de anuncio inmobiliario, que una solución, pues siempre olvidan y creo que intencionadamente, el meollo de la cuestión, que no es otro que diseñar acertadamente la plaza de abastos tradicional que acabe con la provisionalidad, y no vaya a ser peor el remedio.
 Pudiera derivarse tal vez, de las escasas ocasiones en que los placeros la exigieran, y que siendo tan pocas, contadas con una mano, en las que  salieron de manifestaciones  estas fueran poco serias, casi de guasa, aunque con toda razón, después de la broma de la provisionalidad.
 Tal vez si hubieran usado toda esa energía, al menos para preocupar a la responsabilidad acomodada, de que se puede mover cualquier sillón,  y dejar bien claro las exigencias demandadas, en lugar de esperar a lo que le den, mejor dicho, a lo que se les ocurra.
Nada extraña que se pida o solicite una biblioteca, un museo cofrade, una pista de pádel, una contrata,  uniformes, dependencias policiales e incluso una casa de socorro ¿Cuándo los `placeros reclamaran su plaza de abastos?
Por sus protestas reivindicativas parecía más bien que demandaban un imposible mega-aparcamiento. Tampoco parece probable que lo prefieran los vecinos más si cabe con la revalorización hipotética de un imposible jardín, protegido de botellonas y marginalidad. Más difícil que desde la responsabilidad, visto los programas y las políticas llevadas en este asunto, pues basta visitar las degradadas plazas de abastos municipales existentes, se actuara de oficio.
 Híspalis permitió a la sociedad civil tener los argumentos suficientes para exigir la rectificación que este pacto de progreso, haciendo emblema, abandera para la Encarnación. Lo malo es que quieran convertirle en un cajón de sastre, donde tenga cabida toda conveniencia, a fin de cuentas, si de lo que se trata es de realizar la recuperación de la plaza de abastos de la Encarnación, promesa municipal que lleva más de treinta años coleando, y a partir de esta premisa, saldar esta cuenta con los placeros y la ciudad, acomodar todo lo que pueda acoger por añadidura, que tampoco vendría mal, para reforzar el atractivo comercial  de esta emblemática plaza de abastos tan deteriorada por los provisionales años de espera y de engaños.
Sevilla a 13 de Diciembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez


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