sábado, 4 de octubre de 2014


Sálvese el que pueda

No será fácil que lo encontréis, pero es un libro de recomendable lectura, sobre todo para los que estén interesados en conocer todo lo que esconde esta ciudad. Sevilla, ciudad de salves.
Acabo de releerlo, en el se encuentra descrita una historia de salvación, una visión de la que otros tendrán la suya, de un periodo que arranca de lejos, pero que en “EL POLLO DE LA ALAMEDA” se inicia justo con la llegada del Dr. Sánchez al altar, cual enlace nupcial, de la mano de su partener andalucista. Tu, al sillón, yo urbanismo, y fueron tan felices hasta que se les rompió el amor.
Sálvese el que pueda. Salvad los muebles, salvad la cartera.
Salvad el Pumarejo, Salvad San Luis y sus callejuelas, salvad del desatino a la Alameda y salvad el Guadalquivir. Salvad a la Encarnación, el Palacio de San Telmo, los naranjos del Palacio, los jardines del Cristina, y los palmitos del Puerto.
Que se salve la muralla, que el Omnimax sea devuelto, y la Huerta del Rey Moro que no deje de ser huerto, y la Plaza de la Maria, la Corza y hasta El Cerezo, y si queda todavía, salvamentos en la mano salvad a San Laureano. Y salven La Trinidad, el Postigo con su arco, y que salven a las vecinas okupas de San Bernardo, y a los de Casas Viejas, y si me apuran la Cruz del Campo, encerrada entre bloques, que pone los vellos largos. Salvad, salvad Sevilla de todo el que ocupa cargo, que los ideales cambia como quien cambia de banco, que en esta España, ya sin Franco, se está viendo que apenas le quedan mancos.
Sevilla 26 de Julio de 2007

 Francisco Rodriguez

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