Sálvese el que pueda
No será
fácil que lo encontréis, pero es un libro de recomendable lectura, sobre todo
para los que estén interesados en conocer todo lo que esconde esta ciudad.
Sevilla, ciudad de salves.
Acabo
de releerlo, en el se encuentra descrita una historia de salvación, una visión
de la que otros tendrán la suya, de un periodo que arranca de lejos, pero que
en “EL POLLO DE LA ALAMEDA” se inicia justo con la llegada del Dr. Sánchez al
altar, cual enlace nupcial, de la mano de su partener andalucista. Tu, al
sillón, yo urbanismo, y fueron tan felices hasta que se les rompió el amor.
Sálvese
el que pueda. Salvad los muebles, salvad la cartera.
Salvad
el Pumarejo, Salvad San Luis y sus callejuelas, salvad del desatino a la
Alameda y salvad el Guadalquivir. Salvad a la Encarnación, el Palacio de San
Telmo, los naranjos del Palacio, los jardines del Cristina, y los palmitos del
Puerto.
Que se
salve la muralla, que el Omnimax sea devuelto, y la Huerta del Rey Moro que no
deje de ser huerto, y la Plaza de la Maria, la Corza y hasta El Cerezo, y si
queda todavía, salvamentos en la mano salvad a San Laureano. Y salven La
Trinidad, el Postigo con su arco, y que salven a las vecinas okupas de San
Bernardo, y a los de Casas Viejas, y si me apuran la Cruz del Campo, encerrada
entre bloques, que pone los vellos largos. Salvad, salvad Sevilla de todo el
que ocupa cargo, que los ideales cambia como quien cambia de banco, que en esta
España, ya sin Franco, se está viendo que apenas le quedan mancos.
Sevilla
26 de Julio de 2007
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