miércoles, 22 de octubre de 2014

Queremos

Posiblemente querremos y no nos merezcamos lo que queremos. Con casi cuarenta años de atraso, nos llega un postrer intento en pos de lograr una optimización del espacio comercial antes emporio de riquezas , ahora decadente en lo que se ha convertido lo de la Encarnación. Bienvenido al club.
Hace pocos días me invitaron a dar una conferencia acerca de mi opinión personal de lo de  la Encarnacion, como podeis imaginar he contestado negativamente escudándome en que no la tengo preparada por el momento, por cuanto lo de la Encarnación es un tema que, por mi mayor interés, he terminado concluyendo, después de tantos años escribiendo, que es algo que ni  en su momento le interesaba, como se dice, a nadie, salvo excepciones, por lo cual resulta harto interesante que al cabo de tanto tiempo aparezca este grupúsculo de personas, de distintos intereses, tratando, no de recuperar el tiempo perdido, mas de generar un embrión de solidaridad que, en mi parecer, llega en los estertores del mayor espacio comercial de la historia de nuestra ciudad.
El encuentro en el que al parecer se ha cursado invitación a la administración, acaso a la delegación de medio ambiente, parques y jardines, a la delegada de distrito, a la delegación de hacienda como propietaria del edificio, al delegado de tráfico y movilidad, a Tussam, al sector del taxi, a la delegación de consumo, a la empresa concesionaria, así como a vecinos y comerciantes, sin olvidar a los representantes de los placeros, lo cual ya se me hace perverso e interminable, aun mas dejando fuera a la mismísima Cátedra Metropol  de la Universidad de Sevilla, pues cuando cabria empezar por tener un mínimo común, para exigir con posterioridad a los distintos responsables, en año electoral, las medidas correctoras que sean necesarias.
Hablar de lo de la Encarnación por muy difícil que se me haga tiene que establecerse desde lo que hay, Una edificación mal emplazada, que para nada a cubierto ni las expectativas de futuro, ni  el cumplimiento de las ambiguas bases, que decir de como se incumple la Ley de accesibilidad, la Ley Feraee, la de sostenibilidad en los edificios públicos, y el propio reglamento de mercados en vigor, por no olvidar la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía.
Eso es lo que hay, y eso es lo que se debe de tratar de mejorar ya sea en este intento o en otros que puedan aparecer en el futuro, a ser posible sin que la zorra entre en el gallinero, pero antes hay que conocer el pasado e informarse de lo que ha pasado.
Remontarse a la decisión de los placeros ocupando con sus cajones de mercancías el solar que dejaron en la huida el francés, y enfrentarse a una administración de tintes francófonos, no tendría sentido. Recordar el gran mercado como el mayor centro comercial de España, con 14000 metros cuadrados, referencia económica en esta ciudad en muchos años, e incluso la sufrida mutilación para un ensanche imposible, no olvidar la demografía existente con un vecindario creciente y un comercio pujante ávidos de instalarse a su sombra..
Encontrar la explicación de la demolición del mercado, siendo el inicio de la degradación del sector, acaso estuviera en los propios placeros en su mayoría subarrendatarios, y la creación de una cooperativa sin sentido cooperativo, mal gestionada, y peor resuelta en su objetivo social. 
 La provisionalidad y el abandono del vecindario, la política anti coche, la falta de servicios públicos, el caos circulatorio, la supresión  de cientos de lugares para aparcar en la zona, y así seguiríamos enumerando posibles causas, hasta llegar a los distinto pre proyectos, a cual más disparatado,  pensando como mercado municipal de abastos, y con los años tuvo que llegar lo que fuera, e incluso peor, sin vecinos y sin comercios, para aparecer estas setas adjudicadas a la baja en la aportación municipal, y la mayor aceleración es su terminación. Ya sabéis. Mil errores. 123 millones, y casi siete años de demora. De las calidades no toca.
Concluir que la Encarnación como plaza de abastos, se antoja algo difícil, que pueda ser así considerada  en esta estructura laberíntica y pésimo diseño, de aleatorias puertas  y complicado recorrido, para nada será la locomotora comercial, revitalizadora del degrado espacio,(palabra del Alcalde) ni la calle sinuosa puede ser en la vida  la prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York (palabra de Carillo, vice-alcalde), ni la azotea de aquello, se pongan como se pongan, puede ser la plaza mayor, a menos que sea de la mayor indignación.(detalle de Rey en agradecimiento)
Todo nos lleva a la conclusión de que sin recuperar el mercado la reflotación comercial de la zona es asunto perdido,  pues llenar el lugar de bares con veladores, siendo antes declarado zona saturada de bares y ruidos, no ayudaría en nada al comercio en general, ni a crear actividad comercial tradicional en calles que formaran un lugar atiborrado de bares, negocios que proliferan con cierto éxito coyuntural. ¿Querremos? ¡Ay, Alameda!
Por el momento la pretendida iniciativa predica actividades culturales y de ocio, y en el panfleto que se reparte no se hace mención del comercio que se quiere recuperar, nada menos que con ludicas actividades, ¡no te digo! El Teatro Alvarez Quintero en breve abrirá sus puertas.
Sevilla a 22 de Octubre de 2014
Francisco Rodriguez Estevez


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