Mientras antes los aires de Noviembre traían tenorios
arrepentidos por sus acciones, junto al humo de las castañas asadas, ahora los
miasmas nos invaden con los jalogueys. Ha arraigando forzadamente estos disfraces que
burlan a los muertos por la difusión de los medios, y los intereses económicos de
los grandes comercios que han visto la rentabilidad de este segundo carnaval.
Papa Noel es el gran filón de las empresas de consumo para
adelantar, junto a Santa Claus y San Nicolás, las fiestas navideñas. Así pues,
desde finales de Noviembre los anuncios no cejaran y se llenara todo de
arbolitos con bombillitas intermitentes.
Los exegetas belenisticos que ponen el Portal, no tienen
prisa, saben que hasta la Esperanza, día en el que debe de quedar instalado,
aun queda mucho. En la Nochebuena se coloca el niño Jesús, y cada día hacen
avanzar, por los roquedales del corcho, la comitiva de los Reyes para hacerlos
llegar coincidiendo con la Epifanía, en los que hay que descabalgarlos para que
puedan entregar sus regalos.
La participación de toda la familia en estas tareas del
transitar de la comitiva, real y mágico, es fundamental para que todo aquello no quede, como el rutilante
arbolito, en mero elemento decorativo, que a fuerza de verlo, pasa indiferente.
Sevilla sin tenorios, en broma y en serio, pasa. Pero
Sevilla jaloguey, y sin humo de castañas, manda huevos. La Alameda disfrazada
de La Viña y la de torneo de caletera.
El cine trata de ocupar la baja de la función teatral.
Acabado el Festival de Las Naciones comienza el de Cine, este año con y sin
deporte, nueva versión intentando que cuaje, como lo de San Miguel, antes feria
de ganado.
Cuando tengamos El Emblemático, tal vez se tenga en cuenta
la sugerencia que formulé el pasado año, pues
una vez visto el éxito que imagino tendrá el edificio, lo de Cine en el
Mercado lo afianzaría. Motivo de mas para que las oficinas del cine, ofrezca el
solar para la realización de alguna película, mientras afloran las ideas, tal
como sucedió con las Cinco Llagas, antes que fuera Parlamento, cuando tras los
fantasmas del Tenorio llegaban las alegres chicas de Colsada y el Teatro Chino
en sus tablas mostraba tanto por ver.
Ahora todo está ya visto, para cuando lleguen las rebajas y
guardemos el Belén.
Sevilla a 2 de Noviembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez
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