sábado, 18 de octubre de 2014

El triunfo del ágape

Ni el cartel de toros, raro de encargo,  ni la cubierta de la Davis, caso raro. No hay comparación, me decanto decididamente por este misterio, dos en uno que nos venden desde Nueva York, de America, por no confundirla con el fantasmagórico  muelle de Sevilla.
Es fácil, con las nuevas técnicas, estar enterados de primera mano de lo que sucede en la otra orilla del mar que se tragó a los atlantes, pues basta tener un conocido que te tenga informado para saber, antes de que salgan en algunos papeles, especialmente propagandísticos,  lo que pueda interesar  a esta callada ciudad sobre las actividades programadas en el  museo de arte moderno neoyorquino.
Para nada sorprende que lo que aquí se califica de triunfo de las setas, en el acto de presentación, me consta que fue debido al ágape con el que fue invitada la media entrada, que debe ser la reoca para que tanta asistencia de invitados, incluidos los medios, se dieran cita en aquel lugar.
Pues con tantos millones de visitantes, esta es ciudad que tiene de todo, y todo en grado superlativo, presumo que no lo es como para dedicarles su tiempo de estancia  en llegar a deleitarse con una maqueta que le dicen  los champiñones de Sevilla, como el barbero, y en un interés superior al ibérico servido, pues según mi informador, los pocos que se detenían ante la muestra de la maqueta, y dos paneles de recreación virtual, camino del buffet libre, mostraban una sospechosa sonrisa, si bien no explica mi informador, si  esta era de guasa, o del aroma de pernil que les venia desde donde se estaba ofreciendo tal exquisitez, ni le consta para nada, si los aplausos fueron para el autor del metropol, con inicio de palmeros pagados para arrancar al personal con las manos ocupadas, o en tal vez fuera para las aceitunas rellenas de anchoas.
Cabe recordar que cuando el huevo de Colon, acto intimo casi de puntillas para tal colosal obra, que esta no tuviera el correspondiente ágape, acaso por tal motivo aquello es un desconocido grupo escultórico que fue realizado por el georgiano Zheretelli utilizando todos los lennines fundidos, de la extinta cuna del socialismo,  de cuando la glhasnot, para regalarlo a esta ciudad, que le busco un recóndito lugar fuera de las miradas, para cuando se pudiera encontrarle otro, como la cubierta de la Davis, y que al igual que esta, son los mas interesados los que como recuerdo se la llevan, mientras nos quedamos atónitos viendo, como el cartel de toros, aquello.
Que no decaiga, el camarero gay del museo neoyorquino, que es de la puerta Carmona, a la vez de ofrecer el pesco frito tararea  el “no te vayas todavía”, que estamos en feria. Y es que no hay nada mejor para los aplausos que sacar el sol de Andalucía fresquito, diciéndole sunshade.
Que gusta estas cosas. Todo un triunfo, el del agápe.

Francisco Rodríguez Estévez

23 de Abril de 2006

No hay comentarios: