viernes, 17 de octubre de 2014

El jardín

Con esta calor y tanta sequía, como que tenía el pozo de las ocurrencias en el lecho de gravas, como la tuneladora, y como estas son capaces de romperle los dientes, afiladas cuchillas de acero reforzado, al topo giralda, como que, guardando el retorcido colmillo de la ironía, esperaba que llegara esa serpiente de verano, que siempre fue esto de la Encarnación, justo, cuando acaba de pasar por el salón-comedor esa multicolor que nos deja sin siesta, para quedarnos sin amarillo, a pesar de la pájara, y sin los topos rojos de quien gana la montaña.
Hubo un tiempo que los sevillanos, sin montaña ni playa, pasaban los veranos en su alhaurin particular, y hasta no hace mucho, en el de Maria Luisa, e incluso en del rio grande, cuando lucía los palmitos, para librarse de los rigores que se sufren, buscando desesperadamente el alivio de la sombras de sus árboles.
Como el verano no es tiempo de noticias, y con lo de la “malaya” a huevo, me temo que como no aparezca “algo conveniente que conservar”, en este tiempo de siestas, a la Encarnación no le queda nada mas que mirar el calendario en este periodo de claudicante espera, como aguardando a ver que pasa, y lo mas conveniente en estos casos es mirar al calendario hasta que los acontecimientos lleguen, como la lluvia a los veneros que llenan el pozo de la ironía y refresque las ideas, como sombra de trepadora escondiendo el caliente soporte metálico, efectivo al parecer, o con la deliciosa umbría del alhaurin. Jardín de los sueños, jardín de las delicias, jardín grande, turris eburnea. Jardín del más grande.
Alhaurin de la Torre y Alhaurin el Grande, son dos jardines, el de la torre y el grande, Axarquia y Alpujarra, almohada de albahaca, alminar y al quivir, dualidad que en la Isbiliya creciente a los pies del Aljarafe se funde y convierte en Giralda. Asunto de cajas. Siempre cajas.
La sombra de la Giralda es alargada, pero se quedará corta cuando se plante en la fértil tierra del chamuscado lugar que no llegamos a descubrir, un espigado espárrago gigante. ¡Ojalá! que se tengan adquirido, para entonces, los coches de bomberos de escalera ampliable. Verano de fuego, todo está que arde.
Tiempo de lo grande. Sueños grandes, deudas grandes, grandes fracasos. A mayor fracaso, mayor premio. Grandes setas, grande espárrago, grandes sombras, grandes miedos. Grande, que te quiero grande, Grandes planes y grande engaño. Si grande fueran las setas, mas grandes será el espárrago.
Pero antes de lo esperado, mira por donde, llegó la serpiente veraniega que estaba esperando y ¡zas! La Encarnación en portada. Portada con titular y tres paginas de interior, no estaba mal la cosa, pero el reportaje se olvidó del mercado, como al alemán se le olvidó la temperatura, a la gerencia hacer publica el acta del concurso, a Sánchez sus palabras de mimo para los placeros, a Bueno el in situ, y a Emilio que existen hemerotecas.
El verano produce sueño, y  con el sueño el olvido, pues la callada mariana, sesteando las calores de sus calles sin sombras, no recuerda que sombrear la Encarnación, (si no nos hierve la sangre), nos dejará helado, pues la cosa está por sesenta y ocho millones, lo mismo que costarían  tres universidades, tres hospitales, cuatro residencias para mayores, y todo por hacer, en lugar de un mercado, una epatante estructura donde se enreden las enredaderas, esas que no faltan, o la serpiente, o la malhaya, o la rayana del alhaurin de las setas. Todos a la sombra.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 21 de Julio de 2006

No hay comentarios: