martes, 28 de octubre de 2014


A las claritas
Descargar WP_20141028_11_58_22_Pro.jpg (314,8 kB)A nada que las primeras luces, con la fresquita,  llevan los tibios rayos de Sol en este cálido mes de un Otoño primaveral a la umbrela de lo de la Encarnación, llegaron hasta allí, nada menos que cuatro enormes furgonetas de viajeros para formar un tapón inadmisible en la calle que se asoma el fanal de cristaleras de esta plaza de abastos municipal. Empezaron a bajarse hombres con chándal azules, y mujeres con chándal rojos, no hacia frio y el fresco hacia ver que la ropa de abrigo que portaban eran excesiva y desproporcionada con la temperatura reinante, mas viendo el peso y volumen de estos visitantes que cuando menos parecían padecer obesidad mórbida, pues no pienso que ninguno bajara de los 140 kilos.
Descargar WP_20141028_11_58_44_Pro.jpg (313,8 kB)Al parecer son los actores, pues están filmando una película en las setas, pero no parece motivo que justifique taponar una calle, y utilizar la entrada al hall de la  plaza municipal de abastos, donde se encuentran las aleatorias puertas, aquellas que por su inutilidad lo mismo dispusieron poner allí el catering  de rodaje, como si no hubiera mejores opciones para dicha instalación comedero.
Son elementos del rodaje que por experiencia personal para nada me son extraños, pero en este caso se planificaron mal pues no tuvieron en cuenta la afectacion que esto produce en la entrada a una plaza de abastos municipal donde hay vendedores y mercancias mayormenten perecederas, y una mala venta tiene sus concecuencias.
Deberían de tener suficiente autorización municipal, vía Sevilla films, para que algo tan grave se consienta, o acaso no tuvieron la suficiente, por suerte no hubo ningún incidente que hubiera necesitado los servicios de ambulancia, o bomberos, pues retirar tan cantidad de vehículos cuatro furgonetas, un camión, cuatro turismos, y dos monovolúmenes de gran cilindrada, en la dificultad de maniobras de urgencias no hubiera sido tarea fácil.
No llego la avisada policía, y todo parecía que no pasara nada, de no pasar, ni el publico y para colmo cuando intento recabar una explicación el responsable del mantenimiento de los servicios, en un acto acaso de enfado, pues no puede ser que otra manera, viene a resultar que lo que estorba ni son los coches, ni el comedor instalado en la puerta, por cierto con el tirador impregnado de una asquerosa sustancia que por desconocida podía ser altamente peligrosa si tuviera elementos contaminantes de enfermedades.
Para este asunto el joven encargado de mantenimiento de los servicios, con la responsabilidad desbordándole, mas parecía sufrir un ataque de ira hacia una figura de ternera de poliéster que hace las delicias de los niños y mugir a los abuelos, y que tengan por seguro que no tengo intención de retirar, menos viendo la cantidad de deficiencias que se tendrían subsanarse, y cuando menos cumplir con la Ley de Accesibilidad que por los visto viendo tantos detallitos, se me antoja que poca autoridad tendrá ya este responsable de los servicio, cuando se encuentra imputada la persona que telefónicamente me comunicó la pretendida autoridad que le endosaron a este encargado del mantenimiento, hoy enfadado, y que le molestó en extremo no los cohces, sino la figura de poliéster, acaso para que me subiera la tensión.
Desde las claritas del día hasta las dos de la tarde, que acabaron marchándose, evidentemente destrozaron la raquítica venta de final de mes, al punto de que en el recuento al cierre la recaudación fácilmente la superaría un gorrilla, y además en su plaza no se necesita puerta.

Sevilla a 28 de Octubre de  2014                                                                                                                     Francisco Rodríguez Estevez 

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