miércoles, 3 de septiembre de 2014


Tres del nueve
De haber sido prueba, la del nueve, las cuentas  del tres por tres hubieran tenido el correcto resultado y no hubiera sido necesaria, mas si fuera suma, tres más tres siempre serian seis sin prueba que valga,  igual ocurriría con la sustracción de tres a nueve, que le faltarían los seis, ya fuera en dos partidas de tres. Total cero. Pero resulta que se trata de la fecha del día, Santa Dorotea, y quien siendo Ilustrísima descuelga el teléfono. Una prueba más. Como diría Gila, ¿Es el enemigo?
Este tres del nueve, con un anunciado mercado de Roma en las carteleras, y con la azotea de los indignados colmatadas de eventos donde puede verse, desde la calle, las casetas de los patrocinadores, antes de penetrar en el túnel del tiempo que hace que las puertas de rieles lleven meses sin reparar, y las aleatorias conservan la mugre en sus pomos. Pues a nada que eleves la mirada, aparece detrás de la seta uno, la mas transgresora, que en una de las casetas puede leerse “El secreto está, en el aire”, justo cuando al pasar el bicho te larga todo el pestoso soplo, y cabe preguntarse si no se referirá lo del secreto, al “viento” pues lo de la Encarnación de siempre fue misterio, y lo del “viento” es de Zapatero.
Al otro lado del hilo, se percibe una calma de agradecer, pero como intuyendo una prisa por atender la apretada agenda de la reincorporación. Ni hago la prueba de preguntarle por la respuesta que conozco, pero no está de más recordarle a la responsabilidad que las medidas sobre el garum, deben de tener el código de números romanos, y de paso recordarles que en la gastronomía del Imperio, como que aun no se había descubierto América,  y por la tontería de los eventos tenga mas de “keebac”  y “pizzas” que supere a la carta menú de los inventos que expone el kiosco de las setas que será algo para enmarcar, pero por seguro que nada supera a lo la puerta inexistente. Arco del Triunfo.
Huevos puerta, Arenques a la puerta, puerta de patatas “Sanclemecio”, “portalitos de Belem, que no la llamen, bocaditos de puerta Carmona mordidas de Marchena a la puerta. Master chef.
Podría decir llegado el momento de todo esto que me trae, que hasta la mismísima punta del obelisco, carne de mis carnes, carnes de  los dioses, ambrosia y teobroma, rayo del Sol de poniente, piramidon fálico, que más que analgésico prohibido por su eficacia al dolor de cabeza, el donde aquello tiene, en lo más alto, grabado el mensaje de una puerta. No es ningún secreto, ni la forma troncocónica de falo erecto donde muestra las marcas no solo  hasta donde, también  hasta cuándo. El como ya me lo sugirió la responsabilidad hace para tres años, ¿Pero, como, Paco? Que no era, como se come eso, que más parecía broma, si no como que no estaba allí la puerta, que hasta en el obelisco puede leerse su inscripción entre los escarabajos peloteros, y por no añadir nada mas al asunto, una vez sabedores del texto milenario, como una prueba más del aliado que tengo, solo cabe decir: Que viento estarán esperando.
Traduccion de los jeroglificos del obelisco 
de la Plaza de la Concordia, Paris 
segun el libro de Christian Jacq "El enigma de la piedra"

El poderoso, que combate gracias a su fuerza a los  Dos Soberanos: 
El que derriba a cualquiera que intente alcanzar y conquistar 
las extremidades de la tierra. El que puede abrir la puerta al Sol.

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