lunes, 1 de septiembre de 2014

En Septiembre
Ahora cabe pensar, una vez acabado el verano, y llegado el anhelado mes en el que todo se ha ido dejando desde la primavera, que le ha llegado el momento a lo de la Encarnación  y  que ambas responsabilidades (en lo de la Encarnación son dos) pues como que  se quedaron sin excusas. ¿Que podría impedir llegado este tiempo de espera, con todo un verano incluido para que cualquier tarde de esta reciba la llamada de parte de Juan Ignacio?
Por ser algo ofrecido en el de de Abril, existe la duda si el sobre del descafeinado tenga fecha vigente, y tomando sin temor el prometido cafelito,  después de cinco meses, mas tranquilito y en su despacho, y entre sorbos le vuelvo a explicar lo de la puerta automática en lo de la Encarnación. Mejor sería en todas las puertas, incluida las modificaciones de  poder optimizar el sentido lógico, y evitar el que  se produce por anti comercial con la aleatoria colocación que dispusieron en las existentes.
Llegado Septiembre es muy probable que el representante de la concesionaria, adjudicataria, y constructora, tenga claro, si es que es de su interés, o no,  que lo que llaman plaza municipal de abastos prospere como tal, o por el contrario se encuentra en otras ideas,  por lo que en el primer caso debería de emplear las partidas que para sus reparaciones y mejoras, y que para tal uso no se llegaron a consignar dado el deterioro palpable, y cuanto debió de mejorarse por deficiente. En el segundo dejar que pase el tiempo, y lo mismo poder negociar una salida, una puerta de escape a un extraño documento en lo que se vislumbra muy poco negocio, salvo el que la política pueda arrimar.
Llega Septiembre y acaso empiece la precampaña de las municipales cuando aun falta medio año. Cabe la posibilidad de que ni tan siquiera pasen a soltar unos panfletos, por la desértica calle, acaso sea mejor que la visita obligada la realicen entrado por la puerta, pues de otro modo las responsabilidades habrán caído en la cuenta de que su crédito lo perdieron cuando desobedecen, sin excusas  que les valgan, leyes, normas y reglamentos.
No sé, cuanto puede hacer de efectivo el cafelito, más tranquilo, en el despacho,  evidentemente si es que me llama, pero no haría falta, como bien saben, no pretendo una salida, ni busco una entrada, por cuanto sea que la puerta automática cumpla ambos requisitos, y por todo  es lógico después de tanto tiempo  recelar cualquier actuación de las responsabilidades por lo que puede significar aquello de que te den un café.
Sevilla a 1 de Septiembre de 2014-
Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: