viernes, 1 de agosto de 2014



Nueve días. Ocho noches

 
Por fin, anoche pude tener de nuevo mi ordenador operativo, y es que no hay nada como recuperarle, una vez que le dabas por perdido después de tantos días sin dar señales de vida, en los que acaban por dar cuenta de lo importante que es para la nuestra.

Por suerte tengo un amigo que me lo resucita incluso a distancia, y eso no hay como pagarlo. Por esta vez tuve que esperar a su vuelta de la pérfida, nueve días, demasiado tiempo en los que permanecí asomado en negra ventana de la incomunicación. Nueve dias en la Gran Bretaña se me hiiceron interminables.

A buneas horas sus manos nuevamente me lo ha salvado. Ahora ya le tengo en casa, pero no esta totalmente recuperado, la gravedad era tal que no podía por menos que dejar las secuelas que la demora pudo producirle, y es que, tal como las personas, en verano lo mejor es que no tengas que ir a urgencias.

ESPAÑA-AND-METROSOL-PARASOLNueve días y se me ha pasado la indignación, no del todo, que me produjeron los celos del visitador de donde dice que somos todos. La verdad es que ahora siento lastima por ellos, a mi se me haría imposible poder dormir. Todo es cuestión de conciencia, pues no todos somos iguales, ni ante la Ley.

Ahí esta lo de las setas, donde se saltan leyes, normas y reglamentos con el conocimiento de los responsables e irresponsables, de antes y de ahora, y si me apuran hasta se soslaya el contrato entre las partes contratantes, pues al menos, la publica debería estar al loro de las omisiones que son de facil comprobación, tal que fuera un visitador de donde somos todos.

http://blogs.grupojoly.com/lanoria/2011/03/27/parasol-triunfal-fin-del-imperio/
Desde la enorme ventana del fanal, junto al tholos que debería de ocupar Ceres, raptada y en deposito, totalmente desubicada y fuera de la vista, lo que puede verse es la soledad de una calle, que marca la situación de la ciudad cuando en la observación aparecen de nuevo el espécimen colillero, que se suponía extinguido de los tiempos de “La tonta del bote”, y que nos trae esta nueva etapa de miseria que la hay, de desigualdad, que también la hay, justo cuando mas chalet de lujo, mas yates, y mas coches de alta gama pueden contarse, casi a la par en numero, con las cifras del paro.
 
En la soledad del laberinto, sin puerta de emergencia, sin puerta en la travesía central, sin puerta automática para cumplir con la Ley de Accesibilidad, cabe preguntarse si la cátedra Metropol-Parasol, que premia bajo el titulo “tu proyecto, tu ciudad”, ideas que al parecer estaban previstas en los tiempo de la Expo, tal como el helipuerto, no tienen a bien dedicarle algún estudio al asunto de la puerta, al de los olores, al del alcantarillado, al del mejoramiento del diseño, a la corrección de los materiales empleados, en definitiva a cumplimentar la eliminación de los errores perpetrados en este costosísimo proyecto, que como plaza municipal de abastos, cuando menos, por las calles muertas de un laberíntico diseño, seguro que cabria hacerla mejor, pero como no se pudo hacer peor, lo mismo en la cátedra, por 600 euros, aparecen soluciones, o cuando menos las fotos en los medios.

 Se ha pasado los días señalaitos, para recordar a la Guerra de hace diez años, diez,  y sus urgencias por quitarse de en medio, con excusas de Triana. Días de la primera piedra, que enterraron justo donde la rampa, cuando debería de haber sido estacas.
Nueve días sin ordenador, y ahora sin sistema de audio, pero ha merecido la pena traerle  a casa para volver a escribir sobre esta encarnación transfigurada, que seguro que me estabais echando de menos.

Sevilla a 1 de Agosto de 2014
Francisco Rodríguez Estévez

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