viernes, 8 de agosto de 2014

La visita

 

Dada las dificultades que puede entrañar la localización sin disponer de un GPS, siempre es de agradecer la visita cuando llega, más si esta tiene acompañada la compra, tal como hace mi compadre Juan, que esta la realiza por la calidad de la carne, y no por el vínculo de San Román. Agua Bendita.

Convertido en forzado lector, dice que pílla, mas no estoy seguro, pues advierto que su consejo, tratado como dicho viejo, no es algo que me pueda caer del cielo piedra que tire, ni por tropezar mil veces con la misma, ya sea por lo mismo te puede estropear el chozo, que darte de bruces.

 En este caso tanto su visita como cliente, y su consejo como amigo, nunca pueden caer en saco roto, como mis palabras, por más que los indicios hacen pensar que no solo las lee mi compadre, y eso cuesta entender. El contador de visitas indica que hay gente incluso que me lee. Allá cada uno, que ya son mayorcitos.

Hoy a primera hora se dio el caso de que llegaron dos nuevos clientes hasta este enclave, madre e hijo, Magdalena y Miguel Ángel, compran por primera vez y como se puede entender que sean lectores. Volverán.

Poco o nada se movía en esta mañana de Agosto en las que apenas transita nadie por la calle, ¡es verano! También era siempre verano en estas fechas de la canícula sevillana, y nunca pude observar tan desolado panorama, mas aun con esta ofuscación por eliminar todo trafico que pueda acceder al gran espacio comercial, sinergia del comercio, locomotora del sector, prolongación de la 5ª avenida de Nueva York, y emporio de riquezas, con plaza municipal de abastos incorporada en forma de laberinto de Creta (por lo que esconde).

Hoy, día de visita, también lo hizo mi amigo Miguel, compañero del ala 211, escuadrilla que desde el 67, siempre lo hace al paso y en ocasiones volando..

A ultima hora de una mañana de nula venta,  pero distraída por las visitas, y con la preocupación lógica que me genera las trescientas mil del ala, otra ala, en la que trataba de darle vuelta, y mas vueltas a la desproporcionalidad, y las posibles salidas, no tenia otra en la cabeza que todo debe de empezar por generar entradas, para permitir tal salida,¡Vamos! lo que se dice una puerta lógica, naturalmente.

 La sorpresa del día ocurrió casi al cierre. Ni que decir tiene que esta visita de ultima hora, me la hacia por primera vez, quien tanto sabe de leyes, normas y reglamentos.

Integérrimo en su cometido y delicada posición profesional, lo mismo, pienso, que le acercó la curiosidad en tiempo vacacional, ya que seria imposible que fuera mas que la casualidad, pues dudaría que tuviera como motivo comprobar lo que desprende este lugar, mas cuando en nada es comparable con el que se percibe, en la oficialidad..

Diría que estuve espeso y desacertado, por segunda vez en lo que va de año desaprovecho la buena intención que nos permitió la coincidencia. Siempre me arrepiento de mis formas atropelladas que me hacen tropezar en el mismo sitio, y que golpean mi techo como piedra a voleo.
De todas formas imagino que habrá sido por la curiosidad de lector, incluso por algo mas sencillo, por saludarme, pero el caso es que se marchó sin adquirir nada. Me hubiera complacido atenderle.
No obstante, siendo emisario de lujo, le encomendé transmitiera la misiva oral de un fraternal saludo al responsable. Hecho, me contestó.

Confiaré en que esta vez tenga su lógica repercusión, como la preocupación lógica, como las lógicas de las visitas, como el verano, como la puerta lógica. Ahora hace falta saber por lógica cual será la función booleanas. Verdadero o falso.

 

Una puerta lógica, es un dispositivo con una función booleanas. Suman, multiplican, niegan o afirman, incluyen o excluyen según sus propiedades lógicas.

 
Sevilla a 8 de agosto de 2014
Francisco Rodríguez Estévez

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