viernes, 15 de agosto de 2014


La santería y los números

( Esto es un regalo de mi viejo ordenador tiene fecha de 2003, cuando aun faltaba mas de diez años para inaugurar la Encarnación.)

 

La santería cubana encuentra en los números un valioso elemento sus santeros  para hacer las  predicciones, pues a cada uno le dan su interpretación y significado. Allí, en la isla caribeña, casi todos conocen ese lenguaje  mágico y pseudo divino que les ofrece la  numerología.

 El ocho es un número especial, representa la resucitación de lo muerto, de lo perdido, pasiones y amores en especial, y de todo aquello de difícil solución. También es el numero ocho el que representa a la Virgen matrona, que es como dicen a su patrona, la de la Caridad del Cobre, tanto los agnósticos como los católicos de la Perla del Caribe, donde cohabitan santones, ateos fidelistas y católicos entre socialismo e imperialismo pasándose de matute los dólares de mano en mano como moneda.

Aquí las perlas no se encuentran entre dos valvas si no entre dos plazas, donde en la cohabitación  los santones imponen sus manos, sanadoras de defenestrados, abiertas y cerradas, levantadas como voces y susurros de fideles adestes, cerrándose como ostra con perla y sin cambio a mano,!Todo un número!

El ocho define a Blancanieves y los siete enanitos del bosque. El ocho como los siete niños de Ecija. El ocho, como la madeja del escudo, más liada que la pata de un romano, como  un candidato haciendo sus cábalas preelectorales. El ocho, como los tentáculos del “architeitus” tan buscado como deseado. El ocho era el número del Parador de la Encarnación que,  muerto el mercado, acogió a los placeros que aún resisten en el laberinto de sus ocho calles provisionales, a cual  solo pueden acudir aquellos intrépidos clientes que salvan todos los obstáculos que, tanto “Obras” de nunca acabar, como “Trafico” en caos continuado, se empeñan en ponerlo cada vez más difícil cuando no imposible.

Ocho será el número de los proyectos si es que se realizara con este, el Mercado de la Encarnación ¿Será este último, el octavo, el definitivo?

Si así fuese podría  posibilitar su resucitación, como  un Lázaro ascendente, para que en el 2006, que también suma ocho como las provincias andaluzas, podamos en su esplendor contemplarlo hecho una realidad. Todo viene a ser una coincidencia pero... ¿Y lo de la Virgen? No encuentro otra explicación más que sea la  de la Encarnación, de cuya advocación tomó la plaza de abastos nombre por la esclavitud allí fundada,  esclavitud que recientemente resurgió del olvido, gracias a la Hermandad  de los Terceros, la de la “cena” con lo que con toda la seguridad la del Subterráneo le tendrá concedida la venia.

 Como pueden comprobar, lo que importa, como dijo el Alcalde, es que salgan los números, así pues, todo dependerá  del que haga el ocho, el próximo.                              

 

Sevilla a 14 de Marzo de 2003

Francisco de P Rodríguez Estévez

 

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