lunes, 14 de julio de 2014

The Pillars of Hercules with the motto "Plus Ultra" as symbol of the Emperor Charles V in the Town Hall of Seville (16th century)
Nunca es bastante
 
El agua es un bien escaso, dicen que es de todos, por lo que debemos de hacer un buen uso si no queremos pasar fatiguitas de muerte cuando, por las contaminaciones y las sequías, lo convirtamos en algo necesario pero inalcanzable. De momento las medidas políticas, restrictivas y recaudatorias, es solo un avance de lo que puede suceder. Los políticos no hacen previsiones, de lo que no pueden inaugurar. Son como setas de temporadas, las que no se consumen, se pierden en el monte, y todos tratan de dejar un buen sabor de boca.
Las otoñales aguas caídas, aunque comenzaron con un cierto retraso, esperada por todos y deseadas por necesarias, ha sido todo un alivio, por lo que harán crecer tanto a los pantanos, como a las marismas, llenaran los regajos, refrescaran los campos de labor, elevaran el nivel de los resecos pozos hinchando los veneros, y en la humedad  crecerán los espárragos, las tagarninas, y las setas.
Como nunca llueva a gusto de todos, a las setas de la Encarnación, la que ha caído, les retrasa el vertiginoso crecimiento, desmesurado, casi con prisas que ha tenido, y le empantana los lodos del vacío donde se asentaba la Hispalis, y que ahora cimientan las zapatas destructivas de tanta Historia.
En el fangal se achica agua hacia la alcantarilla, emisario de inmundicia, cerca del cartelon de los espantos, mientras los operarios hacen frente a la adversidad de los aguaceros subidos en el refugio de los huecos tallos, que ahora asemejan torres y alminares, donde las chispas refulgentes de las soldaduras en su interior toman el simbolismo de rayos y truenos que acabaran desatándose, para acordarnos de Santa Bárbara, viendo la barbaridad, la barbarie, mucho antes,(si no lo remedia alguien), de que le aparezcan las umbrelas a ese sueño que construyen con hormigón armado.
Esta ciudad de personas, cesante activa, dormida por el sueño, callada en su propio silencio, austero voto de obediencia, que voluntariamente se empobrece, como cisterciense arte, en una rebelión sumisa frente a la eclosión cluniacense del epatante capricho, no dice nada, ora et labora, pues bastante tiene que pensar para llegar a fin de mes, para llegar a tiempo al trabajo, rezando para que no le coja el atasco nuestro de cada día, no esté cortada la calle, o no se retrase el autobús. Bastante tiene con tener que quedarse muchos días a comer en el trabajo, los que afortunadamente lo tienen. Bastante tiene con salir a repartir currículo por doquier. Bastante tiene con hipotecarse de por vida. Bastante tiene, que la noche acoge la indigencia, crápulas, ociosos y noctámbulos, que la viven, para dejar sin descanso a los que la quieren dormir. Bastante tiene con quedarse sin industrias. Bastantes políticos tiene que, como si por el agua otoñal crecieran, subiendo el nivel de los pantanos, buscan sin saber donde, escasas soluciones, para hacer algo, aunque fuera un revuelto, como lo de las setas. Lastima que no se le ponga nunca bastantes huevos.
Francisco Rodríguez Estevez
Sevilla a 2 de Noviembre de 2006 (San Vitorino)

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