sábado, 5 de julio de 2014


 Cuenta atrás,ada

 Cuatro, tres, dos, uno- Después de todo lo contado, después de estar tres años confiando que por aquello de que siendo juez actuaría con justicia, después de tres años esperando que por lo menos se cumpliera la  Ley, la de Accesibilidad de los edificios públicos, en esta plaza municipal de abastos, donde se aplica ordenanza recaudatoria de cuantías imposibles y desproporcionadas, donde se olvidaron aplicar el Reglamento. En el laberinto.

Ahora, después de lo pasado, diría que no me queda del todo claro si toda la admiración, junto a la mayor consideración que le profesaba se mantiene, pues para mi pesar, estas cualificaciones de cariño se han ido deteriorando en cada frustración que el asunto de la puerta (para cumplir la Ley) ha causado, mas aun  cuando en la responsabilidad de acatar esta, aparece el desden y la indolencia, tal que no se supiera, ni conociera, juez y parte, todo lo que acontece, lo cual no deja de ser preocupante en este tramo final de una cuenta atrás con el deseo de permanecer, pues basta saber que en esto de la puerta, se ha pasado mas de tres años, tiempo mas que sobrado para llevar a cabo una elemental actuación.

Siendo una lógica solución llevar a cabo el disponer la instalación de esta puerta en lo de la Encarnación, malo sería si se espera a que esto lo resuelva el tiempo, que todo lo cura, cuando cada día va quedando menos, lo cual pondría en evidencia, tanto la verdad, como tanta mentira, dependiendo de cómo se dieron las distintas circunstancias. 

La policía municipal exige soluciones que no llegan, y lo hace en la mismísima puerta- La policía no es tonta, la policía que sabe todo lo que sabe, también sabe donde se encuentran las soluciones. La policía  no cree ya en las palabras que no se cumplen, la policía no le cree ninguna promesa, y solo confía en que las palabras que grita tengan un favorable resultado. Al menos que los ciudadanos sepan, algo de todo lo que sabe.

Es como lo de la puerta ,  la puerta inexistente que cada día engaña a un gran numero de  personas  sin que se tenga la menor intención de realizar la corrección oportuna que en obligado cumplimiento  instale una puerta, puerta automática, puerta que sigue estando inexistente, que, no por decirlo mas veces, ni a puro grito, ya sea porque grita lo que grita sabiendo lo que ocurre,  pero tampoco logra nada.

Es esta una encarnación más en la ciudad de las encarnaciones, como la policía que grita una y otra vez que eso de que Zoido miente, cuando no atiende a sus peticiones, y peor que ni entiende que sean justas, “summum ius, summa iniuria”

Los bomberos también son de la misma opinión, Zoido miente, es lo que se les viene a escuchar. La cuenta atrás es inexorable, por más que vaya atrasada

Sevilla a 6 de Julio de 2014.

Francisco Rodríguez Estévez

 

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