sábado, 5 de abril de 2014


Transgresión

 

Acaso no será este el último cuenta cuento de una lamentable historia que bien podía acabar con la demolición, por cuanto la sentencia del mas alto Tribunal de Justicia, que vete a saber por que motivos no se acata, dictamina que todo lo construido fue una transgresión, algo que evidentemente era cosa sabida, pues basta repasar la hemeroteca para encontrar la perla de “que aquello zarandeará a la ciudad anquilosada”.

 Evidentemente las setas son transgresoras en todo, por cuanto a la Ley condenada, mas no lo serán menos quienes no la acatan, tal como los transgresores que no hicieron ni puñetero caso. Obra consumada, nunca es derribada. (Si es municipal)

Me viene a la memoria aquel que  en terreno de su propiedad, pues se hizo un cobertizo, diciendo que era para  los  animales, y guardas los aperos, pero por aquello de la altura de las ventanas, resultó que al juez mas le pareció que construyera casita en su parcelita, y aparte de condenarle a la demolición, que ejecutó el ayuntamiento del lugar,  por cuenta del transgresor, este también tuvo fuerte sanción, acompañada de pena menor, por despotricar en el enfado, pero que por suerte no tuvo que pagar en celda, lo cual ya significó un ahorro para todos.

En nuestro cuento, coinciden otras cuantas cuentas, por lo que se puede comprobar que, salvo la puerta inexistente que impide el paso, ocurre que desde la puerta Oeste, y de la puerta Este, ambas privadas, tanto como desde el sótano musealizado, los ascensores llevan a la nube, subiendo, bajando 

La nube es la parte superior de la epatante cubierta de conglomerada madera, donde de haber estado todo en regla, deberían cuando menos  estar instaladas las fuentes de energía sostenible en este caso las fotovoltaicas, por lo que la cuenta de los contadores no seria ningún cuento.

Corresponde la limpieza y mantenimiento de esta estructura de paneles, cuyas fijaciones tanto las de cremallera atornillada, como con tirantes de maromas de hierro en torsión, angulares y flejes, así como otros elementos metálicos, susceptible de oxidarse, se les debe realizar los periódicos engrases, y  repaso de la pintura del revestimiento, así como la iluminación del serpenteante camino de hierro, camino inacabado, por cuanto el paso hasta la invasora seta seis, a través del puente que por seguridad  se hizo inútil, y ni decir que como no podía ser de otro modo la suma de los gastos son aplicables a la cuenta de la concesionaria.

 Malo seria que este montante quedara también prorrateado, y que, por pequeña parte que fuera,  alguna se le adicionara al que soportan los placeros, ya que esto son hombres de poca fe, es decir paganos de todas a todas.
Es posible que todas las instalaciones propias de la restauración y gastronomía que coronan el núcleo nuboso tengan su cuota claramente definida, por mas que los servicios, aseos, letrinas y excusados, se acceden por la escalera de caracol, y cuidado con la viga, por lo que en este lugar, límbico,  los deficientes en motricidad lo tiene mucho peor que para entrar en lo que llaman plaza, pues aparte de la transgresión de la Ley de Patrimonio, y la Ley Feraee, no se acierta a pensar como le concedieron la oportuna licencia si la Ley de Accesibilidad en la nube es otra broma, que en este caso no es comida, si no guasa.

La dura Lex, tampoco puede ser una marca de platos, pero lo mismo se piensa que pene de sangre, pueda ser una dolorosa herida, y otros le quieran poner un preservativo durex, al carajal montado, también llamado quilombo. Acaso todo no sea una puerta de escape, ni una salida de emergencia, ni de tono, pues mas parece que de entrada, como era el slogan, todo puede tener cabida, es cuestión de ponerse. Dura Lex. Dura, dura, pene lo que pene. De pena.

Sevilla a 5 de Abril de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

 

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