lunes, 30 de diciembre de 2013


Días de vino

 

Cierto que faltaron rosas, pero la verdad es me vino mejor, pues seria de puro compromiso, y el día estuvo bien, pues la venta sin ser desorbitada, fue mas que suficiente con el publico que vino. El caso que este debe ser mi techo, mi velocidad, mi capacidad de atender al público, a pesar de que algún que otro se tuvo que marchar, más por las prisas que pudiera tener, que por otra cosa.

Al estar ocupado no me quedaba tiempo de mirar, cuantas personas pudieron caer en la trampa de la puerta inexistente, y aunque fueron muchos los comentarios sobre esta deficiencia, no podía prestar atención pues toda la tenia en atender al publico que me hacia despreocuparme de la importancia de la puerta.

Todo empezó como dice una amiga mía, a su amor, poco a poco sin bullicio, sin espera, sin pausa, y en ocasiones unos minutos disponibles para ir preparando cosas. Lo cierto es que vino mucha gente, vino gente del cine, de la política, de la prensa, del sector ganadero, vino la gente que vino, incluso gente del vino, del coro, pues más parecía este día de vino, y también de ausencias. Vino gente de la Universidad, de los movimientos ciudadanos, vino también la televisión, mas de los conservacionistas, y eché de menos a todo el que no vino.

No vino Paquito el cuponero por el que me permito ser ludópata, como queriendo, por ser como es, llegar a ser su mejor cliente, tampoco vino nadie de los habituales amigos que entienden que falta una puerta, tampoco vino mi compadre Juan , ni José Jesús, también compadre.

Siendo un día de vino me consta que el que vino, vino, y me sentí muy contento con cada unas de las visitas que en su mayoría hicieron compra. No vino Marcos que se quedó en el desierto de Almería curándose al Sol, como jamón de Trevelez.

Mas que vino, vinieron de Canarias, la pareja visitaron esta ciudad y se le vino el tiempo encima, pues le vino bien corto, para paladear todo lo que esta ciudad ofrece. Por lo pronto llevan algo de perniles de la Sierra Norte, que darán cuenta antes de tomar las uvas de la suerte, allá en las islas, recordando este día.

También para quien no vino, pues no hubiera podido atender a todos, me vino este recuerdo de un día de vino, que ni tuvo vino, ni tuvo puerta, y que si tuvo mi agradecimiento para todo el que vino, siendo, un buen día.

Sevilla a 30 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

domingo, 29 de diciembre de 2013


Que puedo hacer

 El puente de este final de año hace que se prolongue el tiempo de la reflexión, de cosas que quisiéramos hacer, o corregir, para acometer el próximo, que esperamos que sea al menos mas esperanzador.

En esta ocasión no tengo que prometerme dejar de fumar como durante tantos me propuse, pues van para cinco que abandoné, espero que definitivamente, el consumo de humo de tabaco. Garantizo que tanto mis pulmones, y si acaso mis bolsillos, bien que lo han notado.

En el esplendido domingo, ultimo del año, antes de que las previsiones empeoren, tenia hecho mis planes para disfrutarlo, comenzando por el placer de conducir mi viejo coche para tomar un desayuno en el campo. La idea seria poder estar de vuelta sobre el mediodía, para dar un paseo por el bullicio del centro y almorzar en uno de los muchos restaurantes nuevos que, gracias al Sol, se ven al completo. La cosa continuaba, pero todo se fue al garete.

Salí temprano, y cuando llevaba conduciendo apenas unos kilómetros un tronconazo sonó en la parte posterior del coche que mas pensé que había pillado un objeto metálico o un trozo de neumático suelto  que no advertí que pudiera estar en la calzada.

 Pero mi gozo en un pozo no había nada debajo, pero el golpeteo se hacia intenso cuando recuperé la marcha. Lo peor era que una vez parado, al coger el teléfono pude comprobar que no disponía de batería, y apenas tendría para un intento mas de llamar, dado que el número llamado no contestaba.

 Al último intento pude contactar con mi casa para que aparte de darle la posición y circunstancias, le solicite que llamaran al servicio de asistencia en carretera. Batería agotada.

Pasada media hora me llego la ayuda de mi hermano, que tiene algunos conocimientos de coche, y tras comprobar el buen funcionamiento del motor, quiso oír  como era el ruido no identificado que le expresaba, y a ser posible que lo originaba, pero ni uno, ni lo otro, a pesar de hacer varios kilómetros probándolo.

Llega la grúa, y el mecánico piensa que puede ser debido a las zapatas de freno, y con el temor lógico de que pudiera agravarse la posible avería, o producir otra, o incluso el temor de un accidente, lo sensato era montarle en la grúa y traerlo hasta las puertas del taller.

Aunque faltaban minutos para el Ángelus, una vez superado el incidente, perdí el interés por llevar a cabo todo lo que el día me ofrecía. Almuerzo en casa.

Delante del ordenador  trato de poner en orden ideas y propósitos para el próximo año, cuando los que se hacen para un magnifico día no se pudieron llevar a cabo, lo que me hace temer que posiblemente tampoco, en este nuevo año pueda llegarme la jubilación como no se instale la puerta en lo de la Encarnación.

Estaba calculando las posibilidades y las estrategias para conseguir el deseado objetivo. Discernía todo lo había hecho, todo lo que estoy haciendo, y sobre todo, que puedo hacer, y por el momento lo único que tengo claro es, aparte de no creer nunca mas a los mentirosos, ni las cosas que te prometen, seguir pensando que es posible, y eso será algo que ni por ninguna circunstancia ni imprevisto me puede hacer cambiar de opinión.

Sevilla a29 de diciembre de 2013

sábado, 28 de diciembre de 2013


Algo más que una opinión

 

Lo mismo puede que sea un derecho, pero para evitar complicaciones tanto  por  la explicación que puedo hacer con un argumentario  personal, como por el riesgo de no llegar a través de esta en ser entendido, acaso lo mejor sea que siendo posiblemente mas que una opinión, que solo se quede en eso.

Hoy, “día de los inocente”, que nos comenzó con una leve llovizna al amanecer, se fue transformando a lo largo de la mañana hasta convertir en un soleado día de cielo azul, lo cual era una invitación a las familias de provincias en su mayor numero para venir a esta ciudad y por supuesto lo de las setas tiene su punto de curiosidad.

 Lastima que las responsabilidades aun se comporten de forma tan absurda, con este espacio municipal, que aun distando mucho de ser "emblemático" son innumerables las personas que tratan inútilmente poder encontrar una puerta inexistente.

Sin duda el doctor tendría amplio conocimiento en la Medicina, pero ha quedado demostrado que en mercados de abastos estos fueron nulos, no así en su interés por dejar el icono del tiempo rosa, con lo que queda evidenciado que sus estudios tenían peor aprovechamiento, por mas que se empeñara en dedicarse a algo que no tenia preparación. Ni que decir tiene que el diagnostico fue erróneo y la prescripción inadecuada.

Sin responsabilidad en el momento que se encontraba fuera del ejercicio de impartir justicia, cuesta entender que permitiera, con tanto saber de leyes, que se realizara el capricho. Consentir aquello vino a demostrar que la incapacidad se hacia manifiesta para evitar algo que por transgresor, vulneraba demasiadas cosas. Sin olvidar que expertos consultados, calificaron como imposible a la cosa.

La sentencia fue emitida como suele ejecutarse en la administración, con el silencio. Y las costas, por elevadas, 123 millones de euros la pagaremos entre todos. El informe preceptivo solicitaba se realizara la búsqueda de responsables por los numerosos fallos llevados a cabo.
 Pueden imaginar que ni se llevaron a cabo, ni se cree que pueda servir para nada, pero estos no fueron agentes desconocidos, y su localización no llevaría mas dificultad que revisar las partidas, la valoración y los pagos. Elemental querido Guasón.

Seguro que mis pocos estudios no me hacen conocedor del tratamiento de las enfermedades, salvo la utilización del genérico paracetamol que me recetan para todo, junto con el omeprazol.

 Ni que decir tiene que la aplicación del sentido común nada tiene que ver con el desarrollo de muchos años de estudio de las leyes y los procedimientos rigurosos que se emplean en los tribunales de justicias, pues aparte de los mandamientos de la  Ley de Dios, y algo de oídas sobre la Ley del Talion, que no comparto el proceder, ya me dirán  que opinión puedo tener sobre estas dos profesiones que no dejaron de mostrar el intrusismo en todo lo que se relacionaba con las plazas de abastos, pues aparte del desconocimiento que ejercieron, cabe suponer que no estudiaron para nada lo que puede llegar a significar la importancia de estas en el conjunto de la ciudad.

Seguro que sobre la puerta inexistente, algo que se hace necesaria en la plaza de la Encarnación, ya que las existentes las dispusieron caprichosamente y sin ningún estudio para la optimización del recorrido comercial, pueden dar por asentado que puedo tener un dictamen cuando menos mucho mas acertado a lo que a simple vista puede verse, y por supuesto que, aunque solo fuera por los años de experiencias, sobre las plazas de abastos y su funcionalidad, por lo que creo estar seguro que puedo dar, con total certeza,  algo mas que una opinión sobre esta patochada que le hicieron a la Encarnación, ya fuera  por el capricho del medico y el consentimiento del juez.

Hoy día de los inocentes parecía una burla continuada ver como las personas buscaban una puerta donde no la encontraban, algo que podría avergonzar tanto a uno como a otro, pero dudo que puedan pasar la vergüenza que por el proceder llevado a cabo, y la negativa a rectificar sus actuaciones soporto cada día, pues como pueden imaginar para eso tendrían que venir a verlo.

Sevilla a 28 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

viernes, 27 de diciembre de 2013


EN LA CUMBRE: La virtud cristiana de la pobreza exige luchar ...
Ni de broma


 Siempre digo que en esto de la Encarnación ya no cabe la broma. Con la broma, no se juega. Pero aceptamos guasa, solo si la broma, en este caso, no es alimento. No quiero ni pensar que se tome a broma, es decir a guasa, algo tan serio como debería de ser para las responsabilidades lo que hicieron en lo de la Encarnación. Ni que decir que a mas que serio, me parece grave, con guasa o sin ella, ya que la “broma” puede significar jugar con algo que nos puede ayudar a seguir comiendo, y con las cosas de comer no se juega.

Mañana, día de inocentes, se toma a chusma, el recuerdo del asesinato de miles de niños por un capricho real, que no digo que no fuera un hecho real, que ahí están los textos y la Iglesia para confirmarlo, pero desde luego aquello no pudo ser una broma, ni de coña. Aquello tuvo que ser como consecuencia del  temor al fracaso del poder, que acaso pretendía perpetuarse. Es una máxima del sillón, que ni de broma permitiría tener rivales.

El temor en los setentas, desde luego no es el gatillazo, pues todo lo más se tratará de un impasse a la espera de mejor ocasión. La broma seria que el hinsurto encanado, fuera guasa, pudiera abrir la puerta, entonces lo de la Encarnación que tantos inocentes lleva pasado, pasaría de misterio a milagro.

Mucho me temo que mañana me aparezcan algún que otro correo dándome noticias de lo de la puerta, pura guasa, que como broma no digo que me parezca bien, pero como cabe la posibilidad de que ocurra, Dios quiera que no se le pase ni por la imaginación ,ni de broma, ni de guasa, ni de coña, a ninguna de las posibles responsabilidades, pues entonces será posible entender que mas que broma, (que como sabéis siendo cosa de comer no se puede jugar con ella) debe de ser que han recapacitado,  y en la reflexión de los inocentes, dándose cuenta del fracaso que supone no haber cumplido ni con la Ley, ni con la palabra dada, algo pudo suceder,  y lo mismo, les llegó el ataque súbito de la famosa kakorrhaphiofobia del poder.

Acaso las dudas aparecieron con la lectura de la Ley, o las palabras, tenemos que ver, que lo mismo que el mimo, puede que le hayan hecho reflexionar y en ese caso se dispongan a colocar de momento la puerta automática, pero lo que son las cosas, que digo yo, que pueden espera para cuando pasen los Reyes, y así me sirve la carta que llevo enviando año tras años y además, hace mas ilusión que no te avisen un día donde los niños no recibieron regalos sino que les cortaron la yugular, sencillamente por que al poder le vino en gana.

Cierto que este poder por el momento, en el ayuntamiento, mas que placer le vienen los gatillazos, si fuera de broma la flatulencia, si fuera de guasa el llanto de las risas, si fuera de coña, por aquello de las arcas vacías, seguirían los números rojos, los de circo, y esos que por imposibles, no son de puerta, pero te pueden partir el espinazo con el intento.

Ni que decir tiene que como todo hijo de vecino, cualquiera puede tener sus mijita temor al fracaso, lo que hace que de inmediato, dentro de la normalidad generalizada, aparezca el intento de superarlo, pero malo es si pasan dos años, como lo de la puerta de lo de la Encarnación, y se permanece en ese limbo continuado, matando inocentes, en los mayores deseos de perpetuarse, por lo que cabe la posibilidad de que, en continua kakorrhaphiofobia, lo único que cabe es abrir la puerta, pues ni de broma, ni de guasa, ni de coña, no hay otra.  Mañana será otro día, lo mismo todo cambia..................
y se pueden abrir puerta a la esperanza de vida a miles de inocentes..
Sevilla a 27 de Diciembre de 2013
Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 26 de diciembre de 2013


La parodia del cochecito
(Sentir ser libre, sin dependencia)

 

Causaba pena la cruel realidad que en imágenes puso el genial  Marco Ferreri, mas,  peor resultó ser lo que en las fechas actuales aun sucede.

Desde el lugar de trabajo donde me encuentro, se puede observar todo lo que ocurre en la calle, pues abarca una gran superficie. Me di cuenta cuando empezaron a formarse en un gran corro un grupo de personas en cochecitos que eran empujados por jóvenes voluntarios, nunca imagine que pudieran ser tantos, lo que me dio la idea de capturar algunas fotos demostrando que si estas personas hubieran optado por entrar en el laberinto de lo que llaman mercado de la Encarnación, nunca podrían hacerlo, pues las puertas de hojas, abren hacia fuera e incumpliendo la Ley de Accesibilidad ninguna es automática.

La señorita encargada de la comitiva de amplio grupo de estas personas que se quedaron sin pasos para caminar, evidentemente no se muestra receptiva y me remite que esto que pretendo esta prohibido por no se que del derecho a la imagen, cuando lo que le estaba argumentado era la exigencia de una Ley en vigor, que crea el derecho de estas personas acceder a todo edificio público.

La sorna se puso de manifiesto cuando la joven me informó de que estas personas no tenían por que entrar en la plaza, pero aun así, si quisieran, le dije, que jamás podrían hacerlo por si solas, como queda establecido en la Ley que en esta modernidad se incumple. 
En la puerta de Poniente, donde se amplia la entrada para que dos puertas de cuatro hojas conecten con un ascensor al que no he visto utilizar en los tres años, y las otras dos dispersa al publico, donde la conexión del paso interior se trasformó en bar de copas, donde la rampa no parte de este lugar, cuando lo que hace es expulsar al publico que utiliza la rampa, donde ni la entrada al pasado se proyectó con el sentido integrador de este área de distribución de las personas a los distintos destinos de la multidisciplinar ocurrencia, pues, que les digo si en una de las puertas comprobamos que si se ha instalado un sistema de abrirla de forma muy ocurrente, donde la indigencia es la que actúa como el automatismo que abre esta puerta a cuantas personas tratan tanto de entrar como salir, y con este ingeniosos sistema de apertura, tanto se ayuda el infeliz con lo que recoge en el vaso de plástico, como con su atención permite ayudar a aquellas personas que les cuesta tirar de las pesadas hojas de la puerta, mas cuando llevan el peso añadido de lo adquirido.

Pasada unas horas, de nuevo aparece la lastimosa comitiva, se acerca la hora del almuerzo y vuelven a pasar los cochecitos de estas personas que son empujadas y que nunca entraran en el mercado, aunque quisieran, y no será ahora por el automatismo de las puertas para poder cumplir la Ley de Accesibilidad, pues disponemos de un joven marginado de la sociedad, para abrirlas.
En este caso la causa será la decisión de la señorita encargada de estos ancianos que acaso esperan el final sentados, y mientras llega el momento de partir solos, solo irán a donde les lleven.

Cuando el gran Pepe Isbert, Don Anselmo en la película, consigue el cochecito toma cualquier camino para sentir de nuevo la libertad que le quita los años, pero se topa con la guardia civil, que haciendo cumplir la Ley, lo llevan al cuartelillo, pues la familia había denunciado su desaparición. En el fundido final nuestro personaje dice, pero ¿me dejaran el cochecito en la cárcel?
http://www.youtube.com/watch?v=Vw-CraEap-0
Sevilla a 26 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

miércoles, 25 de diciembre de 2013


 

 Palabras escritas

Se hace largo el día de Navidad quedándose en casa teniendo otros planes, el caso es que no estuvo lo apacible que invitara a salir.
Las previsiones después de la estupenda cena familiar eran otras, pues la lluvia y el viento reinante cambiaron todos los planes.

En principio, de haber amanecido esta mañana de Navidad con mejor tiempo, ni lo hubiera dudado para ir cuando menos a probar mi viejo coche, al que le detecte un extraño sonido cuando regresaba el pasado domingo del campo.

Lo inclemente y desapacible de la mañana me hizo desistir cualquier intento de hacer pruebas, mas, temiendo de una posible avería, y ni pensar que pueda ser importante. Por todo he decidido que lo mejor es dejarlo en el aparcamiento, y en cuanto pueda lo llevaré directamente al taller.

El caso es que, para aprovechar el día, se lo he dedicado por completo al ordenador, empezando por la “reparación a distancia” que mi buen amigo Basilio hace posible eliminando todas las cosas que se me instalan, por eso de no leer la letra pequeña, cuando busco poder visualizar algún evento deportivo de carácter gratuito.

Algo le ocurre  a mi ordenador, cuando las fotos que coloco para ilustrar el blog,  y trato de enviar esta página a través de los correos, pues, en ocasiones, estas fotos no les llega a los destinatarios.  Mi amigo obra el milagro, es un magnifico profesional en la parte tecnológica, pues muestras sobrados conocimientos para reparar los desaguisados que causa mi ignorancia en software.

El correo de hoy me hace leer un gran número de felicitaciones expresándome sus deseos para estas fiestas de Navidad y el nuevo año para mi felicidad, y en su mayoría añadiendo la solidaridad para lograr que se instale la puerta que demando para lo de la Encarnación. Se que lo escriben por considerarlo justo.   

Evidentemente son palabras escritas que confortan en la intención, pero siendo también mi deseo, lo mas lógico seria hacerle llegar los suyos, ahora compartidos, a las responsabilidades, que son aquellas que tienen la capacidad de ordenar la instalación de la puerta que se hace necesaria para cumplir con la Ley, y que hasta el momento nos deja sin palabras.

Siendo Navidad, expresaré con esta todos los deseos que me han llegado de cuantos han podido comprobar lo que llevo verificando desde el primer día, y cabe imaginar, que siendo mensaje de Navidad, una vez enviado, quepa la posibilidad de que  llegue una respuesta que abra la luz a la cerrazón existente, para que permita entrar la ilusión, y aquello de la Encarnacion algún día tenga el sentido que le falta, como le falta la puerta.

Sevilla a 25 de Diciembre de 2013

martes, 24 de diciembre de 2013


La agenda

 Lamento decir que no vinieron por aquí tal como al parecer habían previsto. Da pena saber lo que significa el dogal de la agenda cuando se padece eso que llaman responsabilidad. Irresponsabilidad, que dice el diccionario que significa que no tiene responsabilidad, es otra cosa que ni tiene agenda, y si acaso no la tiene tan apretada.
 Quien si apareció, cono el lobo por Navidad, fue el desgraciado indigente, que aun sin amanecer, daba cuenta del tetra brik, para después hacer los pinitos de miedos en la baranda del agujero, ese que taparan cuando el infeliz se caiga a los estratos de la colonia.

Era previsible que se dieran las cancelaciones en la apretada agenda,  aunque por ratos pensaba que alguien cumpliría su compromiso y se acercaría por aquí. Pero es que durante estos días semi festivos de pre saturnales, de pre- solsticio, cuando las luces se encienden por San Andrés, cuando por la Inmaculada el Belem tiene los Reyes colocados en la montaña de corcho, cuando el violeta marca el inicio de la “llegada”, cuando el celeste y el rosa son preludio del verde, que envuelve la esperanza cuando solo falta una semana de dulce espera, todo se les vuelve compromisos, hasta los tiempos.

Hoy cuando el Mesías llega, cuento los días transcurridos, y me hace pensar la cantidad de compromisos que adquieren las responsabilidades como para llegar a suprimir de la agenda, la apretada, esta visita anunciada en el tiempo ordinario.  “Pasare a saludarte”, “iré a verte en estos días”, “tomaremos un cafelito”, “a ver que podemos ver”, que mas me parecía letra de villancico, pero mira como beben, que interés por comprobar lo de la puerta que teníamos que ver, cosa que, salvo el principal regidor, el Director de Accesibilidad, y creo que tampoco vino nunca el portavoz, pues no así las demás responsabilidades que sobradamente tienen información visual, escrita, y oral del asunto. Pero que si miraron no vieron. ¡oído, cocina! master chef.

 El correo electrónico ha servido para que algunos no felicitemos la Navidad. Nada menos que celebración de la llegada al mundo de la Encarnación del Hijo de Dios, otros me enviaron abrazos y besos electrónicos, los menos llamadas telefónicas, y los mas mensajes al móvil. Es la Navidad.

La agenda debe de ser, la apretada, algo que se tiene que estar preparado para ello, y tener la apretada, de tal suerte, que sea la escusa perfecta para echarle la culpa a los compromisos prioritarios, lo que te hace pensar que ni tu, ni tus asuntos gozan del privilegio de fijarse en la agenda como deberes ineludibles, mas si te quitan, no vale decir que la confianza, que tu me entiendes, que ya sabes, que si el compromiso, y todo queda con un mail, un tarjetón, un mensaje.
 Esa es la diferencia de la falta de responsabilidad que no tiene una agenda, de las apretadas, que le hagan tener que suprimir aquellos compromisos anteriores, más cuando no se tiene ni ganitas de tener que ver, lo que tenemos que ver.

En estos días previos al nuevo año, siempre me acuerdo de sus palabras, (pienso que fuera una coletilla de campaña) cuando al indicarle lo que sucedía por aquellas de que no instalaron con el mínimo criterio comercial, las aleatorias puertas de lo que llaman plaza municipal de abastos en lo de la Encarnación, vino candidato a confortarme en  mi  indignación con aquello de “Lo de la puerta lo tenemos que ver”, y me pensaba que así seria. Que lo tenemos que ver.
Será este año chino del caballo de madera, como lo de la Encarnación, y esto es lo prevee, por lo que de inmediato debería con tiempo suficiente anotarlo en la agenda,

 El caballo de madera nos traerá un aire renovador desde las ideas, costumbres, los hábitos, modales. Su espíritu generoso, altruista, samaritano y amoroso contagiará a los más Escépticos y descreídos sobre la posibilidad de cambiar situaciones difíciles. En forma moderada, paso a paso, sin atropellos, ni arrebatos que generen más aislamiento y exclusión del colectivo. La energía del año es el movimiento, la expansión, la conquista de nuevas ideas, territorios, empresas, capaces de cambiar sistemáticamente el funcionamiento en centros de comercios aportando sus teorías humanistas y prácticas con éxito.

El caballo es nuestro aliado en la cabalgada que estemos dispuestos a realizar. Es necesario ser un buen jinete, y  no quedarse quieto, inmóvil, paralizado durante este año: la procesión va por dentro, o sea, hay que pensar más y no actuar impulsivamente, enfocar los objetivos, los deseos, sueños y utopías para que se concreten, no desbocarnos. Cuando sintamos bajos instintos, contar hasta 100..Siempre siguen vigentes una serie de cosas a tener en cuenta desde el ámbito público, que den a la sociedad mejores posibilidades futuras y un pasar más equilibrado, educación, capacitación profesional, equilibrio de precios para el consumidor, mejores beneficios y excelentes ventas, posiblemente la jubilación será más acordes a la realidad y muchos otros temas seguirán solicitando atención urgente de quienes están a cargo para continuar mejorando esquemas..
 
Sevilla a 24 de Diciembre de 2013
Francisco Rodríguez Estevez
 
 

lunes, 23 de diciembre de 2013


Seguir durmiendo
(Junio de 2006)


El sueño es un tiempo de descanso necesario para reponer las fuerzas, pero el rico vocabulario castellano también acepta que sea un vehemente deseo, un anhelo por conseguir, un objetivo a cumplir, algo por lograr, una meta que nos imponemos para seguir insistiendo con la esperanza de que algún día se nos haga realidad.

Todos soñamos con que alguna vez nos toque el euro millón, pero solo conseguimos el reintegro que nos hace salir de el cada semana para volver a intentarlo.

La Encarnación no tiene ese sueño de ilusiones, le construyen uno, y además equivocado porque es un sueño político, cuando debería ser un sueño consciente del ideal que se tiene como referencia, y no las fantasías animadas de ayer y hoy, de gnomos y setas. A veces pienso en los clientes del restaurant por las nubes, cuando se recaliente las chapas. En el botellodromo de la azotea oliendo a amoniaco. En el candado del cinturón de la pequeña Julia, para preservarle su virginidad. Y en emblemático dedalitos. Tal vez sea el efecto de aquellos que soñamos sin dormirnos en la narcosis de las setas, los que despiertos soñamos con emblemáticos mercados, y para nada en iconos, y menos aún con epatantes cubiertas.

Internet, ofrece la posibilidad de ver el mundo sin salir de casa, con lo cual fácilmente pueden advertir las diferencias entre lo que se ofrece como icono municipal en esta ciudad, y lo que en Barcelona y Valencia, son funcionales iconos, referentes indispensables para sus visitantes.

La pagina Web de la Boqueria, es un sueño hecho realidad para cualquier comerciante de mercado, lo mismo que la del Mercado Central de Valencia, entren en ellas y deléitense recorriendo en un paseo virtual por dos mercados emblemáticos.

La Encarnación no tiene Web, y la del concurso la descolgaron, tal vez si entran en Pergola, encuentren un reportaje grafico y un comentario, sin comentario.

Pero si lo prefieren, busquen Mercado de Santa Caterina de Barcelona, y se les caeran los palos del sombrajo champiñonero de vergüenza, su visita bastará para saber como se miman a las tradicionales plazas de abastos en esa Cataluña, que al parecer, tan solo nos sirve de ejemplo para el estatú, bien, gracias, ¿y tu?,-pues soñando, - ¡ea!, Pues hijo que descanses.

Francisco Rodríguez Estévez
-Sevilla 20 de Junio de 2006-

Son los nuestros

 

El entrenador de fama mundial avisaba algo que era tan evidente que se hacían innecesarias las palabras, solo que, tal como en la actualidad, existen quienes tienen dificultad para discernir el error del acierto, por lo que sigue teniéndose que recordar que los coloraos son los nuestros. Ni que decir tiene que nada tiene que ver esto con el futbol. Es la moraleja.

Mi pariente, no consanguíneo, es uno de los nuestros, aunque sea verde. Es algo que en esta ciudad sucede, tal que fuera lo normal. Solo que el otro día no atinaba a comprender que siendo desde hace muchos años, uno de los nuestros, pudiera ponerse del otro lado, sitio del que por cierto nunca le ha dado nada, ni a mí tampoco. Nadie te da nada.

Razón de más si nunca les pedí nada, en lo personal, ni en lo general, pues alguna vez solicité  se cumplieran exigencias del derecho ciudadano,  pero ni caso.

 Esto de la puerta ha sido mas que suficiente para saber que ni son coloraos, ni son de los nuestros, y lo mismo ni son responsables, y desde luego tampoco son lo que mi pariente piensa que son. Ni yo tampoco.

Ni que decir tiene que la puerta en lo de la Encarnación, es algo que tendrán que instalar, pero mi pariente dice que el ha visto aquello, y como fue en tiempo profesional de la edificación, con participación en mil concursos con ellos y con los otros, sabe, mas intuye, que no se llevara nunca la instalación de la puerta.

Duele que sea precisamente un colorao, uno de los nuestros, el que no se intereses por el golpe que supone aquello, y encima en lugar de “pisadlo”, lleva mi “réflex” al contrario, para que luego diga que la falta es nuestra, y que la razón esta en los otros. En los que olvidan Leyes, normas y reglamentos.

O sea que la Ley de Accesibilidad según mi pariente es un mojón que se lee hito, para que en este hito, léase mojón, puedan saltarse a la toreara no solo la Ley, si no el propio Reglamento de mercado. Y me dice que, en efecto.

No le podría dar nunca la razón, pero el como coloraos, y siendo uno de los nuestros, debería de pensar que en el otro lado no dan nada, y encima los cambian, mientras nosotros permaneceremos y resistiremos con toda la razón, hasta que ellos, ya sean estos o otros, lleven a cabo la instalación de la puerta, pues ya me gustaría saber por que las responsabilidades se niegan a ponerla, aunque solo fuera para cumplir con la Ley, igual que  causa tiene mi pariente siendo uno de los nuestros, que mantiene una opinión concordante con la absurda opinión de los responsable públicos, que ni se sabe que les mueve a querer a toda costa estar equivocado. Dura Lex. Puro barro.

Sevilla a 23 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estevez

 

domingo, 22 de diciembre de 2013


El lenguaje de los signos

 

El mimo, aquello que hacia referencia el doctor para compensar con un paternal trato de cariño a los pobrecitos placeros, nada tenia que ver con el lenguaje de los signos, pero era evidentemente una forma que tenia de comunicarse, esta de los detalles, con los fidelizados placeros, mas cuando no dudó en prescribir, como medida paliativa que se le incrementaran en los equipamientos, una partida de cuatro millones de euros. En este lenguaje de signos, al levantar el pulgar se pudo traducir que aquello iba bien.

En lo de la puerta no existe el mimo, pues hasta la fecha solo apareció la hostilidad para algo que se presume razonable, una puerta para cumplir la Ley, una puerta para mejorar la circulación interior del galimatico laberinto que le diseñaron a una plaza municipal de abastos, en la que olvidaron su reglamentación, una puerta para evitar que las personas que buscan una puerta inexistente sientan en sus pasos la guasa berlinesa, una entrada a la ilusión, una salida a la crisis, tal como le escuche expresar su deseo ante la cámara del piloto rojo a nuestro regidor.

Me parece que sea imposible que no se hayan dado cuenta de la importancia de instalar la puerta, y es que ya no tenemos ni el mimo que había antes, ni el lenguaje actual parece que sea de los signos, a menos que lo sea de los signos de los tiempos, donde me temo que hacen falta traductores para hacernos entender.

Uno de los más populares es sin duda, mister Thamsanga, quien sorprendió al mundo al levantar el índice  y el meñique para decir en el leguaje de los gestos los valores de quien se significó por lograr que se abriera una puerta a la esperanza.

No me será posible, por mas que me gustaría que fuera el mismísimo Jantjie, quien tras el cristal de la travesía central pudiera explicar en el lenguajes de los gesto, las virtudes de una puerta que, cuando se instale, evitará las desigualdades existentes, tal como si de un apartheid se tratara esta desértica calle sin esperanza, sin puerta.

Esperemos que la traducción sea lo suficientemente clara para que el mensaje llegue correctamente a los destinatario, aunque de todas formas no queda muy claro si lo entenderían, en cuyo caso lo mismo, en el próximo envío  puedo utilizar el Morse, y aun me quedara el esperanto y el lenguaje de las banderas, e incluso el sanscrito,  y el Braille para los que no la quieren ver. El caso sea que se sepa que la Ley de Accesibilidad es una Ley , y nada que ver con lo que se dice, como hacia el farsante traductor que no había nadie que pudiera comprender los gestos que, por absurdos, se hacían imposibles de entender, por mas que por aquí, esas cosas, se aplauden.

Sevilla a 22 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

sábado, 21 de diciembre de 2013


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En-puma-cion

 

Se dice que hacer migas, buenas migas, es llevarse bien, tal como diría el personaje, lo que haya que llevarse. Lo que puede sorprender, después de todo, acaso sea que aun quedara algo.
Eso si seria para hacerlo ver, y que no sea como lo de la puerta en lo de la Encarnación, esa que tenemos que ver, que sin duda alguna tenemos que ver. ¿Pero, como?

Escuchar que lo de la puerta es algo difícil, solo se entiende por las dificultades que se le pongan quienes no saben colocarla, pues estas no pueden existir para un instalador profesional de puertas automáticas de aluminio y cristal, de los que pueden consultarse a través de las paginas amarillas, el asunto es tan simple que la colocarían en una mañana, mejor en una tarde.

Lo que es mas fácil, sin duda,  es entender que cuando se dice que algo tiene migas, lo que evidencia es que se tiene un desconocimiento de lo que se acomete, o cuando menos una escasa preparación para ello.

Es lo que suelo decir para no pintar el techo del salón, que tiene migas, quitar los cuadros, las cortinas, descolgar el reloj de pared con cuidado que es de cuerda, mover los sofás, la mesa, el mueble bar, repleto de libros de colección, el mueble del salón, la mesa de diez comensales, el órgano eléctrico, el viejo televisor, el ordenador y  la mesa de camilla junto con las seis sillas, desmontar las dos lámparas, una de cristal, de ocho brazos, y la otra de metal de seis, y como comprenderán es algo que aunque el salón lo necesita, tiene migas, pero para alguien que en esto se confiesa torpe.

Tanto tiempo dándole vuelta a este asunto, y precisamente hoy, ha venido un pintor que me han recomendado por su profesionalidad, para darme un presupuesto, solo para pintar todo el salón, que para mi tiene su miga, y no solo el techo, y resulta que en blanco mate de plástico, moviendo muebles, con limpieza de suelo y colocación de todo tal como estaba, pues, el equipo lo forma con su señora, y un hijo en paro, lo que hace que lo que de verdad tiene migas es la situación laboral de muchas personas, pues el presupuesto es fácilmente asumible, lo que me hace recordar cuanto cuesta el ganar el dinero, y como se usa en lo publico, cuando el doctor para terminar de pagar los plazos de la madera de las setas, y acabar lo de la Encarnación,  tuvo que votar con la calidad,  para alcanzar las cantidades que faltaban, una millonada que tenia migas.

 Eso sucedía  cuando tenia buena miga en la planta alta con la oposición, ahora lo de la puerta marca que las migas no viene de amigos, pues tampoco puede ser por la torpeza, esa que la delata, como el techo de un salón, a quien se le da mejor otro oficio.

Esto de pintar, no es cosa fácil, y tampoco es como la responsabilidad pública, pues es donde más fácilmente llega el intrusismo, si la gestión, o el hacer, queda en manos de responsabilidades que se prepararon para otras actividades.

 Entones es cuando se advierte que donde la cosa tiene migas es dando vuelta al pan, haciendo migas con los amigos, para compartir con cuantos quieran probar este entrante, que se abre como una gran puerta, preparando el magnifico plato de la fraternidad, oído cocina, de todas las encarnaciones, que tiene su miga que sigan cerrándoseles las puertas.

Casa Pumarejo, Fabrica de Vidrio de la Trinidad, Fabrica de Artillería, Fabrica de sombreros Roche, Huerto del Rey Moro, Puente de Alfonso XII, Cine Cervantes, son “encarnaciones” que forman todos los ingredientes para que se puedan hacer buenas migas, moviendo, y moviendo, para que podamos disfrutar todos del enorme perol.

Sevilla a 21 de diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

viernes, 20 de diciembre de 2013




 ¡Virgen Santa!

Como botón de muestras valen estas dos que es fiel reflejo de las varias que acontecieron en el día de hoy, y que sin ser uno de lo días que mas personas vinieron a caer en el trampantojo sin puerta del laberinto de la Encarnación, pues se muestran como claros ejemplos  siendo altamente significativos de lo que allí sucede cada día, y lo que es peor, que como todos sabéis,  que de sobra tienen las dos responsabilidades el total conocimiento de lo que allí acontece.

La primera tiene como protagonista a un hombre de mas de cincuenta años, bien pertrechado, con traje gris claro, corbata, bien peinado y oliendo a after shave, no parece que sea cliente, pues no lleva bolsa que delate el motivo de sus estancia en el laberinto. Mas da la impresión que llegó al paso y tiene toda la pinta de que su permanencia en el interior era debido a la curiosidad por ver aquello.
No serian mas de las nueve de la mañana, y se le notaba en su voz una cierta prisa, lo cual evidenciaba que fuera posible que buscara la salida, que se le resistía.
Cuando le observaba, viéndole al parecer contrariado por no encontrar la puerta , tuvo a bien preguntarme por donde se podia salir, intuyendo que estaria cerca la puerta inexistente.

Pero no había puerta donde la buscaba para salir, mas cuando advirtió que la mas cercana le hacia retroceder en la dirección que intentaba llegar , y que  no había puerta en ese lugar exclamó, ¡Lo que hay que ver! Refunfuñando por el chasco, tuvo que volver sobre sus pasos para llegar hasta una de las puertas dobles que se colocaron en la calle cubierta, como el camino mas corto para su salida.

Seria cerca de las dos de la tarde, la señora parece que físicamente alcanzó los ochenta, y con voz pausada y tranquila me dice, ¿sabe usted por donde se sale?, le pregunto hacia donde se dirige y el caso era que para llegar a la calle de las hermanas, pues tendría que cruzar todo el laberinto, como el hombre de por la mañana, y llegar hasta la sinuosa calle cubierta, para girar a la izquierda y salir de allí. ¡Virgen santa! Que cosas hacen. Sin duda era la voz de la experiencia, que tantas cosas habrían visto.

No es probable que lo olvide, pero en estos casos, siempre me acuerdo, cosa que ocurre a diario, de cuando me dijo de forma coloquial y campechana, pues aun no era autoridad, “lo de la puerta tenemos que verlo”.
 Les puedo asegurar que lo de la puerta que teníamos que ver,  el no lo ha visto todavia, en cambio yo lo veo todo los días, como muchas personas.

Mirando al piloto rojo de la cámara, el mensaje para  el próximo año es un deseo,  dice : Para que este sea una entrada a la ilusión, y una salida de la crisis. Como ven, el también pide una puerta de entrada y salida , como las de toda la vida de Dios, solo que en lo de la Encarnación, después de tres años, podremos ver, si viene, como se sigue engañando al publico, soslayando la Ley, y dando una imagen cutre de la modernidad en un espacio municipalizado.
No hay otra, por eso se hace exigible que la puerta que se coloque, mejor pronto que tarde, tiene que ser automática, para que en cuanto el censor detecte la presencia de cualquier persona, nunca mais tenga necesidad de preguntar, ¿Pero donde pusieron la puerta?, Pues esta se abrirá de inmediato.

Sevilla a 20 de diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 19 de diciembre de 2013


Al tercer año
 

De aquel que amaneció azul, tras la tormenta del día anterior de una esperanza desangelada y gris, el recuerdo me lleva, cuando se empieza a escapar aire por la rendija,  que comenzó con una vigilia de nervios ante lo insólito que nos quedaba por descubrir, y que por los años de espera, la impresión no era, evidentemente, algo que en un principio fuera igual para todos.
El amanecer soleado nos empezaba a calentar el día asignado para una inauguración comercial, donde el capricho, aparte de llamar plaza de la mayor indignación a la azotea, la nueva ocurrencia, en el icono rosa, le llevó a elegir que fuera en domingo la inauguración de aquello, cuando las previstas ventas navideñas se quedarían rotas por el traslado. Manías del poder.

La policía municipal tenia tomado los alrededores desde muy temprano, como medida de seguridad ante el temor que la presencia del doctor Sánchez, mas que posiblemente, pudiera atraer a los colectivos ciudadanos que, muy enfadados, habían visto como el gasto de las innecesarias “setas” afectaron a partidas de sus reivindicaciones. Para acceder a sus puestos los placeros necesitaron identificarse.

La única entrada estaba en la falsa fachada de Poniente. Un decorado de madera, ocultaban los tubulares de hierro de una estructura que tardarían en retirarse, y las grúas tenían todavía trabajo para varios meses, mientras aun volaban los últimos trozos de los tablones del pino finlandés, a falta de cobro, por encima de las cabezas de los transeúntes.
Los actos previstos debieron de comenzar en su horario, pero por la desértica calle donde me encontraba como apenas pasaba nadie, fueron desapercibidos.
Cuando todo hacia indicar que aquello se había iniciado, las calles interiores se comenzaron a llenar por el bullicio que se dejaba oír reclamando la pitanza que desde algunos sitios se ofrecía.
Un gran murmullo de voces mezclado con los tambores de la batucada retumbando, y el griterío de los manifestantes (estos puesto a raya por la policía) intuía la oficialidad politizada del acto pre-electoral.
Mientras, el edil, al que no tuve la posibilidad de ver en su breve recorrido de fotos dando manos a los palmeros por la calle central,  y una vez descubierta la placa conmemorativa, salía de najas, según me dijeron, por la salida de los aparcamientos, que se encontraba protegida por la policía.

Apenas pude atender algunas visitas que acertaron a pasar por una desértica calle, tal como de un fondo de saco, fuera del recorrido de la calle central que se preveía optimizaría el propio publico, cierto fue que otros comerciantes habían preparado degustaciones con larguezas, y por mas que no llegué a verlo, la propia organización  al parecer había preparado un rumboso detalle de ibéricos.

Creo que puedo afirmar que la primera venta que se hizo en este nuevo mercado de la Encarnación tuvo que ser la que hicimos en el puesto de mi hermano, cuando la señora insistió que le despacháramos algo que no teníamos previsto, 3.50 euros.

El publico, en gran parte estaba formado por los numerosos manifestantes, colmataron el lugar, pero ni por esa, se pudo apreciar el gentío en la desértica calle, que  empezaba a intuirse que allí faltaba una puerta, por mas que aun no se habían abierto las  cuatro dobles y aleatorias que estaban en la fachada de la calle interior cubierta, por el momento clausurada en el día inaugural.

El cansancio de una larga jornada de atenciones y preocupaciones, de vigilia y de insomnio, nos llevó a todos los familiares, juntos en este especial día de recordar tantas ausencias, hasta un bar cercano para tomar un café, y descansar para emprender esta nueva singladura que en mi suerte nuca puede imaginar que fuera tan perverso, cuando con solo una puerta podría convertirse en un lugar ideal desde el punto puramente comercial.

Así llevamos tres años, tres años, y aun parece tiempo insuficiente, para que la administración, y la concesionaria caigan en la cuenta de que no se puede maltratar al publico con la irresponsabilidad de no facilitarles, a cuantos entran en el laberíntico diseño, una salida lógica, y a cuantas personas tienen el deseo de entrar, que lo puedan hacer por una puerta colocada en el lugar que esperan encontrar.

 Tres años. Tres largos años, y ni por mejorar el decadente aspecto comercial de un lugar que por sus distribución crea desigualdades en los propios placeros y su negocios, ni mucho menos por cumplir con la Ley de Accesibilidad. Tres largos años intentado que las responsabilidades realicen, lo antes posible algo tan sencillo cono es instalar, de entrada, una puerta, como inicio  para continuar con una larga serie de actuaciones que puedan evitar la decadencia que, a tres años, ya se advierte en este lugar de tan desacertado diseño y distribución para darle el uso de plaza municipal, donde las puertas no fueron lo único aleatorio.

Tres años, uno con el doctor, y dos con el juez, el asunto se escapa de la Medicina, y de la Justicia, pues evidentemente es cosa de placeros. Tres años, pasada la Esperanza.

Sevilla a 19 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez