lunes, 30 de septiembre de 2013


Que hacemos

 

Debe de parecer que se trata de una broma a tenor de las respuestas que al respecto me llegan sobre este penoso asunto de lo de la Encarnación. Una situación en la llevo tanto tiempo intentado hacerla comprender a las responsabilidades, lo cual no es nada fácil.

Es por lo tanto que no sorprende el silencio, pues la sorpresa acaso sea, después de tanto tiempo,  que la seriedad que conlleva el demandar una puerta automática, para que al menos se obliguen  cumplir con la Ley de Accesibilidad, que  nada se tenga  que decir.

Puede que sea por aquello de que las responsabilidades en lo de la Encarnación están compartidas, divididas al punto de que en ocasiones se tiene que echar mano del contrato de concesión para saber donde están las que corresponden a l ala concesionaria y  cuales a la administración, y en ese juego de algo que debe de ser serio, con las bromas se quiere,  uno por otro, ignorar la letra de la Ley. Es evidente que la de Accesibilidad es para cumplirla, pero por el momento, nada por aquí, nada por decir.

Cualquier persona que haya visitado el laberíntico mercado de la Encarnación con seguridad se habrá percatado de lo de la puerta inexistente, y también de lo de las puertas aleatoriamente situadas, y aplicando la tontería colocadas por pares. Pues de todo esto y otras deficiencias fácilmente detectables, tiene sobrada información tanto la responsabilidad municipal, como la que corresponde a la concesionaria, y a tenor de las respuestas que  ambas responsabilidades dan al cumplimiento de la Ley de Accesibilidad, pues como que mas parece que le dieran poca importancia lo cual seria mal asunto, o tal vez que dejando pasar el tiempo, la estrategia sea, tomarlo a broma. ¡Que podemos hacer!

Sevilla a 30 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

domingo, 29 de septiembre de 2013

Los cuarenta

Si veinte años no es nada en la letra del tango, cuarenta son dos soplos, por que se pasaron volando. Tiene el tiempo luces y sombras y la vida ratos malos que por suerte se van olvidando con el paso de los años y cuarenta son demasiados, incluso para todo, mas aun para volver.  
Volver. Lo que se dice volver  ni tan siquiera fueron los cuarenta previstos por el berlinés, pues solo fueron treinta y ocho los que retornaron, y es que entre fugas previsibles, deserciones predecibles, aparecieron los abandonos de pura lógica, lo cual suma que ya fueran cinco los que decidieron, nada menos que en el primer año del retorno, que visto el volver a la nueva provisionalidad, lo mejor para sus intereses era no continuar, una vez que la eterna, y la de  fenólica palidez, son chapas de un mismo bidonville.

Cuarenta años se cumplen, “forentas” que diría Forges, donde tanto hubo, que  bien valdría para contar en un comic esta historieta de lo de la Encarnación de risa, y cuarenta volúmenes harían falta para escribir la gravedad de dramas, ausencias, diáspora, cubil de zorritos, y jaulas para una estabulación no permitida, ruinas y riquezas, escapadas y cierres, vida y muerte, en  un retorno anunciado. Cuarenta años.

“Volver con las nieves del tiempo plateando la sien”. Cierto que no fueron cien, pues bajo las chapas eternas en el espacio  del que fuera parador de la Encarnación, solo pudo acoger a noventa y tres, de esto ahora hace cuarenta años, para que en los receptáculos de espera, los placeros que formaron este reservorio resistieran, no los tres años según lo previsto, si no treinta y siete, palíndromo numerario del setenta y tres, que en este tercero hace, Encarnación desfigurada, que “ errante en las sombras te busque y te nombra”, quien  por falta de puerta no consigue entrar.

Los ocho lustros que se cumplen, ocho de la Encarnación, de ocho calles adyacentes, de ocho interiores, marcan el tiempo de la efeméride que nunca tuvo celebración acaso por que el silencio convenía a las partes, a uno para no recordar los orígenes, otros para olvidar la procedencia.

Volver, era como dice el tango “vivir en el dulce recuerdo” de algo inexistente, como un tango de palmas reclamando el inicio de la obra sentados en la platea. Volver era el cuento de palmeros sumisos aplaudiendo proyectos y proyectos de engaños, propios y extraños. Volver eran cuentas propias que hacían otros intereses. Volver, acaso solo fuera salir de un rincón donde ya los recuerdo dejaron de ser dulces y las ventas se hicieron amargas.
Tal día como es te primero de Octubre en el que se cumple los cuarenta años de la salida de los placeros de la Encarnación plaza de abastos ya de por si en esa fecha desertada por los placeros ávidos de modernidad, plaza mutilada con anterioridad, plaza condenada a desaparecer, plaza derribada llenando las escombreras, de donde se dice fue rescatada Ceres, abandonada en las urgencias.



En la provisionalidad el gentío era tal que no se cabía, la temperatura hizo estragos en muchas personas dentro de aquello que se hacia pequeño. Los vendedores realizaron ventas que les correspondía en parte a aquellos que nunca mas volverían a la Encarnación, y hasta es posible que algunos intuyeran, al poco tiempo que a incluso a ellos mismo les seria imposible volver.
De esto, efeméride de los cuarenta años, volver la vista atrás, supone comprobar que a pesar del tiempo transcurrido  en esta Encarnación, es preocupante no tener avances, y que se haya podido volver atrás con solo verla. Así cumpla otra provisionalidad.
Sevilla a 29 de septiembre de 2013
Francisco Rodriguez Estévez

jueves, 26 de septiembre de 2013






Negaciones

 

Disimulando, queriendo estar allí para enterarse, como si lo de la Encarnación no le importara lo mas mínimo, negó la mayor cuando canto el gallo. Sucede  a veces, que aunque no se quiera la gente se fija en las caras, y pueden reconocer al mas pintado, tanto en las luces como en las sombras, e incluso con los reflejos del fuego de una hoguera crepitando. ¡Más madera!

Hoy, como ayer, como antier, y como otros tantos días pasados salgo en busca del responsable de mantenimiento de esta Encarnación apagada, con el vano intento de obtener de el la respuesta, y a que negarlo, cuando es evidente que no la tiene.

La respuesta tiene que venir de donde no contestan, y sin contestación el no tiene respuesta que darme, eso si al menos pude escucharle dando el cante. La debilidad de su voz se hace fuerte gritando, todo un gallo,¡ America, America! que mas parecía Rodrigo de Triana.

Estas reiteradas negaciones han dejado al gallo más que ronco, a tenor que no se le escucha, por más que se encadenen las mentiras del silencio.

Podría enviarle una carta, otra, y otra, y otra más a Juan Ignacio para que me disponga cuando tenemos  ver lo de la puerta. Le podría  reiterar a Gregorio mi fraternal petición para que esta Encarnación de errores vislumbre una salida coherente a la Venera.

 Aunque sirviera de poco, le enviaría una nueva petición a Juan García, director de la oficina municipal de Accesibilidad, para que en este espacio municipal, se cumpla la Ley que afecta a las personas con discapacidad motriz. De igual manera se le enviaría a María de Mar Sánchez, la que pudiera motivarle traer a la escultura de Vasallo, la diosa Ceres, para embellecer con su retorno la puerta de la travesía central. Otra mas tendría como destinatario Beltrán Pérez, de Participación Ciudadana, que como conocedor del tema, quien quita que no tenga este asunto participativo para la mejora de los usuarios, y de paso copia a  José Miguel Luque, al que pude sacar del laberinto en una visita particular, y que perfectamente reconoció como es la cosa de complicada en este mojón (léase hito) pues parece que le hicieron por donde sale .

Estoy por decir que por esta vez no le haría llegar ninguna nota a Amidea Navarro, Delegada del casco antiguo, donde se encuentra en planta baja este lugar de complicado diseño, mas de galería que de mercado, pues ella, salvo la respuesta, tiene mil veces formulada la petición, por registro, por escrito, telefónicamente y verbalmente. Pienso que está totalmente de acuerdo con esta petición, y que debería de ser una exigencia para ella, y su responsabilidad, pues este edificio público pertenece al distrito  que gestiona, y  todo lo que sea mejorar lo público es calidad de vida para los ciudadanos.

 Sin duda todas serán negaciones, y ni tan siquiera cantará el gallo, pues se da que por todas las misivas estas  tendrán la respuesta del silencio, pues de otra forma no se notaria si da el cante.  

Tenia pensado no enviarle nunca mas esta petición al responsable de la concesionaria el Sr. Peláez, pues después de tantas, pienso, y eso es a mi parecer, que no se haya abierto allí una puerta tiene la connotación propia del desinterés, impropia en cuanto se dice  desde la responsabilidad eso de mejorar los aspectos comerciales, cosa que en lo privado es  causa fundamental, pues donde se ha visto que no exista una puerta automática justo en el lugar donde cada día la busca aun después de casi tres años un considerable numero de personas, y que por el ridículo costo de esta, solo se puede pensar negando conocer a la Encarnación.

¡ No  se de que me hablas! Por esta vez,  no canto el gallo a Pedro, pues era el gallo de Sócrates,


Critón buscó una piedra, apuntó a la cabeza, y de la cresta del gallo salió la sangre...
El gallo de Gorgias perdió el sentido, y al caer cantó por el aire, diciendo:
-¡Quiquiriquí! Cúmplase el destino; hágase en mí según la voluntad de los imbéciles.
Por la frente de jaspe de Palas Atenea resbalaba la sangre del gallo.
Sevilla a 26 de Septiembre de 2013

 

 

martes, 24 de septiembre de 2013



El Master
Dos meses y una semana

Recordaran que justo hace ese tiempo,  vino a visitarme un joven geógrafo que estaba preparando un master, un minucioso trabajo académico sobre lo de la Encarnación para la  Universidad de Edimburgo. Hoy me ha llegado por Internet el texto de 153 páginas que forman el detallado estudio metodológico que acerca otra forma de ver este asunto de las "setas  de la Encarnación" y en el que durante tres jornadas tuve a bien darle mí particular parecer.

Demasiadas graficas, creo que excesiva bibliografía, de demasiada gente que ahora nos aparece, por lo general mas en contra de algo que ya es inevitable, cuando de lo de la Encarnación lo que hubo fue demasiado silencio.

Está bien que salgan a toro pasado, cuando los hechos están consumados, aun con sentencia del Tribunal Supremo de Andalucía,  lo cual viene a decir que fue un gran error continuar el proyecto de las setas, por cuanto era imposible, y que los modificados desvirtuaron totalmente la idea premiada, mas cuando incumple la propia Ley de Patrimonio de Andalucía,  la FERAEE, y la de Accesibilidad. Amen del Reglamento de Mercados municipales de abastos en vigor,  eliminar los alcorques y los arboles de su perímetro, y alterar las alineaciones supuestamente medievales.

 Ni que decir tiene que este nuevo volumen es un documento que tiene financiación de la Generalitat de Cataluya, y que podrá ser consultado imagino que en la facultad de Edimburgo, acaso por Internet, recoge tres paginas con mi opinión, no es que los datos sean los mas relevantes de cuantos fueron expresados, pues acaso los mas contundentes tuvieran mejor cabida en  otro estudio y no en este. Diría que no me ha gustado, pero siempre es de agradecer que hay recogido parte de mi opinión.

Dos años lleva la cátedra Metropol-Parasol, bajo la gestión del ex concejal Rey, quien fue calificado por el doctor Sánchez en el evento del Salon Colon, como la persona que fue capaz de terminar aquello, que ya sabeis fue abandonado por quien se pensaba seria el próximo alcalde de esta ciudad, y de igual modo, posteriormente lo dejo plantado su propio delfín que  a la postre presagiaba ser digno sucesor, ¡mas madera!.

Así pues el ultimo resulto ser el tercer hombre, el decisivo para que fuera acompañante en los aserraderos del kerto en la finnforest, y como no,  ser el encargado a la posteridad de apretar el ultimo tornillo de la foto, compartir la euforia de los placeros y colaborar con la entrega de las carteras negras.
Pues no parece por lo que afecta a este mercado municipal de abastos de la Encarnación que este profesor, antes Delegado de Urbanismo, que recepciona un proyecto en entregas por fases que da nombre a la catedra,  del que dos años después de dejar la experiencia política de tal magnitud, en la que aun se advierten demasiados errores, y que lo mismo ya podrían poner esta cátedra, cuando menos, para cumplir con los objetivos por la que se crea.

Y así aparecieran artículos sobre los trabajos realizados y añadirles  los que la larga historia de este entuerto, de tal suerte que la cátedra metropol parasol de la universidad hispalense  pudieran en el futuro hacer un libro, lo mismo nos enteramos que contaran de la colaboración de Rey esta historia.

Sevilla a 24 de Septiembre de 20123

Francisco Rodríguez Estévez

domingo, 22 de septiembre de 2013


No se entendería

 

Fue preguntado el doctor por los medios de información, cuando en aquel tiempo que no ejercía la Medicina, sobre que podría decir acerca de lo de la Encarnación, justo en el tiempo que era imposible. Tras una pequeña pausa, y con locuacidad meridiana, de cuando el tiempo rosa, balbuceando ligeramente expresó: "Lo que estamos haciendo es de tal magnitud e importancia que es  algo que no se puede explicar, y además, no se entendería".

Sin el más mínimo escozor, y  así fueron recogidas por la prensa del día, en el tiempo de los aplausos. ¿Mas, que no se entendería, sus palabras llenas del enigma de la incomprensión? Si recurrimos a la explicación “que no se entendería” si lo que no se puede explicar es, o bien,  que no tienen explicación lo cual seria inexplicable, o que en el peor de los casos, (cuando ejercía de tse-tsé construyendo sueños por doquier) que no supiera dar la explicación, si es que la sabia, o que no tuviera explicación y eso, me temo, que era cosa sabida. (Que no tenia explicación)



Casi todos los día tengo que recordar aquello, mas cuando me llegan tantas personas con preguntas acerca del mamarracho y como no, sobre  la colocación de las puertas, y es entonces cuando creo que como no tiene explicación la cosa, y ademas no dan explicación alguna, pues como que no lo entenderían.

Trato en vano de dar respuesta al asunto, y acaso dar la explicación, a mi parecer, pero el caso es que aparte de resultar inexplicable, es decir que no tiene explicación, esta no se entendería.

 De todas maneras volvemos una y otra vez a darnos cuenta de que lo de la puerta de la Encarnación, por más que sea puerta automática para cumplir la Ley de Accesibilidad, no se entiende que no tenga explicación pues cualquiera entiende que allí se hace necesaria,  lo que no se entiende es la falta de explicación.

No es raro que el aun estén afectado por el síndrome del doctor, de cuando los tiempos micologicos, de cuando la madera, y este haya inoculado al consistorio con el resultado de no explicar lo inexplicable, y que además no se explica por que no se entendería.

 En la Encarnación a aquellos que preguntan por la puerta, no se lo explican pero entienden perfectamente que muy torpes tienen que estar donde sea, pues es más que fácil entender que falta una puerta, y si no tienen explicación, resultará mas sencillo averiguar que es lo que tienen.

Sevilla a 22 de septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 19 de septiembre de 2013


Gorrilla

 

El caso es que no es que esté ni en contra , ni en favor de estos que logran sacarse el sueldecito gracias a mover la mano, advirtiendo que existe un hueco, un escaso sitio que ya habías visto donde aparcar el coche.  Es verdad que en ocasiones aparecen inesperadamente en plena maniobra realizando indicaciones y aspavientos para tener que decirle adiós cuando menos a cincuenta céntimos,  ochenta y tres pesetas de antes.

Siempre te quedará el susto, de algún posible “arañazo”, si te niegas a participar de su merecido trabajo. No es mi caso, pues apenas cojo el coche en esta circulación imposible. Cierto que la distancia me lleva una caminata saludable para bajar el colesterol, cosas del Doctor Sánchez, que me hizo, con sus medidas en trafico tener que abandonar mi coche, mi viejo coche, y caminar impertérrito en las madrugadas por el laberinto de un solitario intramuros.

Allí, en el barrio permanece mi coche toda la semana aparcado en lugar cercano a mi casa, y a la vista, y no es por gusto pues he decidido no traerlo a esta Encarnación, donde no se puede aparcar en ningún sitio, lo cual puede salir caro y además no es saludable, mas cuando en esta Encarnación que el capricho nos ha dejado, y que también la dejó según las bases sin historia, sin sueño, y  sin  una ordenación racional del trafico,  sin sus aparcamientos en superficie, una zona de carga y descarga en la planta menos uno, y con un anillo perimetral de gran aparcamiento rotatorio. Todo un hito, (léase mojón)

Viene al caso que llevamos muchos día realizando ventas de pesadillas, y con menos beneficios de los que consigue el gorrilla de  mi calle, donde mi coche aparcado le resta ingresos,  donde basta estar agitando su brazo para llamar la atención de quien conduce lentamente buscando un sitio donde todos los espacios están ocupados.

Dicen las vecinas, especialmente las mayores, que estos jóvenes son muy buenas personas, por cuanto se muestran solicito a ayudar a quien se lo pide en pequeños menesteres. Posiblemente sean centro-africanos.

 En la puerta del súper, una mujer extranjera, diminuta, enjuta y de edad indefinida permanece  intemperiita en la puerta tanto en invierno como en verano, mostrando un vaso de plástico donde recoge las monedas, que luego lleva a la frutería para que se las cambie. Son jornales de un estilo de vida y que requiere su trabajo, y sobre todo tiempo para que el público les vea como ejemplos de adversidad en los tiempos.

Nadie diría que en ambos casos obtienen algo mas de beneficios de los que muchos días no se logran en pequeños negocios que soportan los gastos propios, motivados por la ausencia de publico, posiblemente por aquello de que no pase ni un alma por delante, al menos para poderles hacer las indicaciones con el brazo para que entren, como el gorrilla, ni  para mostrarles un vaso sin monedas.

En la desértica calle de la puerta inexistente, desde donde se muestra un panorama sin salida, no tiene gorrilla, ni estoica mujer de edad indefinida. En la calle exterior estacionar un instante puede salir pero que muy caro, y en los bancos de piedra, en la fuente bulto y en la baranda del agujero la demencia juega en sus miserias, mientras la escalera de poniente permanece acotada inmisericorde, siendo publica, y la puerta, esa  que según la responsabilidad acertó a decir “tenemos que verlo” sigue permaneciendo inexistente para que sigamos teniendo ingresos de gorrillas, y gastos de empresa . Lo mismo hemos tocado fondo en esta "construcción de sueños" Pura hipnosis.
 Hoy he podido contactar con una persona con responsabilidad en el asunto y me confirma que seguimos sin noticias. ¡Será posible! Después de tanto tiempo no hay manera de despertar.

Sevilla a 19de Septiembre  de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

miércoles, 18 de septiembre de 2013


Ocho que ochenta

 

Los indicadores de la situación nos hacen ver que estamos en ese punto que a estos les da igual ocho que ochentas.
 A decir verdad no se ha alcanzado todavía los ochenta casos, pero cada día superan ampliamente  el número de ocho las personas que buscan la puerta inexistente.

Surge pues, la posibilidad diaria de hacer llegar esta circunstancia a cuantos pudieran tener la responsabilidad, por mas que sin ser ni ocho, ni mucho menos ochenta, son tantas las veces que he reiterado esto, que con menos alguien debería de estar enterado y en cambio parece, por los resultados obtenidos, que nadie sabe nada.
 Esta situación que se hace inexplicable me lleva a la continua petición en la confianza de que alguna les llegue,  y es por lo que se las envío a ambos, aparte de todas mis direcciones de correos, pues es evidente que son solo dos las responsabilidades que gestionan el asunto de la plaza municipal de abastos en el metropol parasol, y como responsables directos, lógicamente, se encuentran al frente las dos personas que asumen la totalidad responsabilidad. De sus partes, con perdón.

Ambos representan a las partes que se le supone pueden decidir. Son otras partes, una por delegación es autoridad máxima de la parte municipal, la otra persona es un profesional de la gestión y asume, como gerente de la concesionaria, todo el poder de su parte para solventar el asunto.
 Así pues conocido los intervinientes, y sobradamente la intervención que se solicita, (la puerta automática, y la idoneidad del emplazamiento) preocupa sobremanera la coincidencia y el sincronismo de silencio que mantienen al alimon, y sorprende que ambas personas, tan distantes en sus intereses, se mantenga en una actitud pasiva y sin dar respuesta razonada, pues no haría falta que, aun en el misterio, las hicieran hermenéuticas.

Todo hace indicar que ni ocho, ni ochenta, ni tan siquiera ochocientas misivas, cuando se advierte que no existe voluntad en resolver este asunto de la puerta que se reitera con sobradas razones.

 Podría argumentar hasta lo inexplicable, pero como es seguro que nadie lo entendería, por eso cabe la posibilidad de que en la responsabilidad crean que la cosa se solucionará por si sola, como que no va con ellos, o lo mismo puede ser que piensen que de esto no se entera nadie. Por suerte no todos los lectores piensan igual.

Sevilla a 18 de Septiembre de 2013
Francisco Rodríguez Estevez

martes, 17 de septiembre de 2013


El interés

 

 A nadie se le escapa que este elemento de la puerta sea algo necesario en el laberíntico diseño del mercado de la Encarnación, no en vano, después de tanto tiempo, el publico se interesa por cuando se va a proceder a su apertura, mas se diría de su colocación, hasta ahora inexistente, pues es el interés del propio publico  a tenor de lo evidente que resulta, que se haga inexcusable colocar allí una, especialmente  por ser un lugar donde el propio sentido de la orientación intuye que puede existir una, pero que resulta ser un fracaso, un chasco evitable, mas conocido por la risa berlinesa, o el silencio de los placeros.

En todo este tiempo, cuando las distintas responsabilidades son conocedoras de esta reiteración, que se  completa con sobrados argumentos, se puede decir que el silencio ha sido toda la solución que tanto en la  parte municipal, como en la de la  concesionaria han aportado, cosa que, por inexplicable, permite comprender lo que hay.

Cada día se intensifica el interés del público por saber como se encuentra este asunto. Acaso entiendan que tambien es algo de su mayor interés que exista una puerta que le facilite tanto la entrada como la salida, y le evite tener que dar tantas vueltas en los caprichos de un galimatico diseño. Cada día el desinterés de los responsables se hace mas patente, y acaso los rodeos que una puerta evitaría a los clientes, son como pocos los que vienen dando para evitarla.

Lógicamente cuesta entender este asunto que parece que nadie ha visto, ni quieren ver, (de hecho la puerta ni existe) ni tan siquiera quien prometió, en tiempo de promesas, que este asunto tenemos que verlo, pero ni por asomo.

Después del tiempo que ha transcurrido, ¿Como explicar que no ha habido ni el mas mínimo intento por colocar una puerta automática, obligatoria por la Ley de accesibilidad?

Puerta que mejoraría la circulación y los aspectos comerciales en una plaza municipal de abastos en las que las deficiencias

que se advierten a simple vista son tantas que merecería la penar llevar  a cabo algunas acciones que mejoren las que de forma galopante deterioran esta. A falta del interés de los responsables, la responsabilidad del público acrecienta el interés, por saber como acabará lo de la puerta, Y como no puede haber otra respuesta la puerta cuando no existen los tapujos, siempre se abre de par en par.

Sevilla a 17 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

 

 

domingo, 15 de septiembre de 2013


Un país sin  tiempo                                                                                                             
 
Son seis enormes pilares de hormigón, fijados en los fondos reservados al coral rojo, los que sustentan el sueño hecho realidad del sátrapa que se hizo, a su imagen, a su medida, nada menos que un provocador icono de su poder al que llamó Sealand. Cansado de su inútil capricho, su dueño le ha puesto en venta. Setaland, esta adjudicado por cincuenta años.
El tiempo, marcado por Cronos de toda la vida, en aquel reducto no tiene relojes que lo mida, dado que no tiene horario laboral comercial, ni autobuses que esperar, solo el coche oficial del nuevo Midas recorre su superficie peatonal.
Tampoco existe constancia de que disponga de templos religiosos, donde el repique de campanas, o la llamada a la oración, darían cuenta a los fieles del tiempo en que se vive, tiempo de noches y días de luces y sombras. Así se evita, en la aconfesionalidad del denario, que aparezca el Tomas de turno.
Ahora en saldo, parece que trata de eliminar los números rojos de una cuenta de resultados detenida en el tiempo de los dispendios.
El tiempo de la Encarnación lo detuvo Longino, aunque existan otras versiones, entre la conjetura del “hastae” de la lanza, hasta el “ius hastae”.Pero hace tanto tiempo que, aun pareciendo cercano, en lugar de la cuenta atrás, para ir hacia delante, parece que con tanto adelanto se vuelve atrás.
Mucho mas allá del tiempo en el que el reloj de la remozada plaza circundada por el tranvía, tal como la Encarnación de entonces, siempre adelantaba, por lo que para saber en el que se andaba, y ajustar los de correa, en aquella época de aprietos, no había mas remedio que hacerlo con el parte, de ese modo, las sincronizadas saetas marcaban el discurrir, con la exactitud de diputado de Cruz en la Campana, y el pulso de la ciudad, con sus manecillas.
Por Sierpes, las esferas de los Longines al unísono, incansables, corroboraban el transito y eran terstigos de los contratos verbales de los tratantes. Documento indubitado. Palabra de Honor. Nada de cuentos.
En los cuentos de setas, siempre aparecen los gnomos a la medianoche, pero no está claro lo que puede aparecer bajo aquellas en la fiebre del sábado noche. Por el momento en las brumas de las madrugadas los descomunales estípites son fantasmas de un tiempo sin horas en la micologica tierra de Setaland, donde los cilíndricos gnomones solo pueden marcarlas cuando el Sol alarga su sombra hasta los abandonados mingitorios municipales para indicarnos que son las tres.
 Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 16 de Enero de 2007
De pájaros
 
Por su fabulosa imaginación, don Alfredo fue llamado con todo merecimiento, el rey del suspense. De su creativa mente salió aquello de los pájaros, un furibundo ataque a las personas de vida tranquila y sosegada. Con sus obras vino a marcar, como un adelantado a su tiempo, una forma de sentir el miedo. ¡Que susto!
Los pájaros de su película más emblemática, se hicieron peligrosos cuando la banda estuvo acomodada en sus perchas de espera antes de la acción. Silencio, se rueda.
El ataque de los pájaros sigue causando miedo, pues eran de pájaros de mal agüero, nada que ver con los insectívoros que actúan de ecológico sistema en beneficio del medio ambiente.
Miedo intenso, aquel del pajarillo que, en su remonte buscándose la vida, presiente el vuelo de la rapaz dispuesta a cazarle, será cazador cazado.
Temblores de muerte en el silencio de los caminos vacíos, si aparece el rapaz harto de volar por los campos de cáñamos. Pájaro loco.
Del pájaro bobo, nos libre Dios. Incertidumbre en “los pájaros” cuando no se anda por la ramas anunciando demoliciones y reconstrucciones sobre papel, y revoleteo de los que, por las ramas de paraísos, tipuanas, y grevilleas del pequeño bosque, en capilla de lo absurdo, sentirán en su piel, de carne de pájaro, el escalofrió helado del síndrome de lo de la Encarnación, al ver que tras la tala de sus acacias, otros realizan nidos de hormigón.
Los pájaros de marras, que no de error, si no de terror intencionado, siguen causando tal pánico que, a nada que se vea a tres juntos, vuelven las secuelas producidas y dirigidas por la maestría de su creador y director.
Otros pájaros, los de documentales, son merecedores de tener en cuenta, sobre todos los de idem, en especial de aquellos que solo saben hacer  números de Kamasutra en equilibrios imposibles y pico largo, tal como zancudas, y aquellos que deciden poner los huevos en cualquier sitio a fin de que el producto salga a costa de otros y tal vez por eso le digan cuco, pero estos no dan tanto miedo como los de don Alfredo.

Sevilla a 11 de Septiembre de 2008
 


Al final

 

De esto hace más de cuarenta años. Alguna vez que otra, le había atendido en el viejo mercado de la Encarnación, y su  imagen ya era conocida en esta ciudad, y mira por donde me lo presentaron unos amigos de vino y poesía, justo cuando gozaba del prestigio ganado en el desempeño de impartir justicias en su delicada profesión.

Ante mi temor, porque las fechas galopaban en la euforia de los placeros por derribar esta plaza de abastos, que aun no era municipal en su totalidad, tenia en la cabeza la idea de que solo podría salvarla de la piqueta la ciudadanía, por mas que de plata fuera la que clavara su punta de herida de muerte en el costado derecho entrando por Regina.
En el pequeño bar cercano donde tomaba café, le propusimos nos diera su ayuda y saber para que liderara la idea redentora, para vindicar manumisión, incluso si llegara el caso  pedir el merecido indulto a esta pieza vital de la historia de nuestra ciudad, a la que otros deseos querrían convertir en Dios sabe que cosa.

Por más que demostrara interés por la petición que le había formulado, acaso por aquello de no tenerlo claro, o vete a saber que demonios, el caso es que los tiempos corrieron más que los deseos y además de que le perdí como cliente, la demolición me instaló en la eterna provisionalidad.

Alguna vez que otra crucé en las calles un saludo que cortésmente me devolvía, pero generando la duda si sabría de que me conocía.
 Pasado algún tiempo, la galerista del evento, enterada de mi afición al coleccionismo tuvo a bien invitarme a una colectiva donde exponía sus cuadros y  acaso al reconocerme, me llevó a adquirir uno de sus cuadros de pequeño formato, y para celebrar el reencuentro, y la venta, única venta, nada mejor que una cena en un prestigios club de negocios.

En la carnicería provisional junto a otras piezas, tal galería, quedó la obra instalada para la admiración de los clientes y amigos, en especial los suyos, que acostumbraba a traer hasta mi puesto para que vieran el cuadro.

La venganza de un desalmado chapero le implicó en el caso mas sórdido de esta ciudad, de la que tuvo que esconderse , en la que por suerte un día le pude ver, después de muchos meses, caminar por la calle, con los ojos enrojecidos y sin lagrimas, camuflado bajo una enorme gorra, y escondiendo el rostro con una bufanda.
Su abrazo me hizo sentir el dolor, y mis palabras de aliento en tanta soledad, creo que me las agradeció para siempre. Tanto, que cuando le pedí  que escribiera algo para el zaquizamí de la Encarnación no dudo en regalarme la memoria de cuando lanceaban toros.
 

Cuando pudo abandonar el embozo, y mostraba la faz de su cara, esta había perdido la alegría, pero mucha me causo que viniera expresamente para invitarme a otra exposición de cuadros que había pintado en tanto llegaba  la resolución absolutoria  de toda intervención en un caso infame. El dolor se hacia notar en sus cuadros. Adquirí otra pieza en la que nos muestra una atormentada situación, una obra digna de análisis  profundo en la que el río Guadalquivir no busca Sanlucar de Barrameda, Luciferi Fanum,  si no que intenta remontar por Reyes Católico, como buscando Pacifico.
 La capillita de la Virgen del Carmen aparece ingrávida en la levedad,  y el puente de Triana, forma un ángulo recto en las azules aguas donde se mece una barca practicando las artes de la pesca de  cuchara.
 Una obra de Arte salida de su mente, arte povera, arte rico, un paisaje en azules tonos que siempre pude contemplar en la provisionalidad y que por culpa del fenólico amarillo hoy la guardo en una caja.
Al final amigo, he leído que te fuiste de muerte natural, como si la muerte fuera algo artificial, y aun en tu juventud octogenaria de siempre "rico", habías decidido ser polvo. Genio y figura.
Sevilla a 16 e Septiembre de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
 

sábado, 14 de septiembre de 2013


Que voy a llamar

 Encarnación del costal. De  "meteores" a los Cielos formando cuadrillas cansadas, de espaldas rotas que se sueldan al igualar con negras fajas. El cuerpo aguanta, el jornal pa casa. 

Uno siempre piensa que  la gente debería estar preparada, dispuesta en todo momento a dar el paso, pero por   lo que son las distracciones, que, entre el que no se entera y el que no escucha, la fuerzas se dispersan y a sí no hay manera de andar medianamente.
 Tiene la Encarnación ese misterio de paso,  en el que puede pasar lo que sea e incluso que no pase nada, por cuanto poco puede importar, pero que muy poco, que llamen, o dejen de llamar,  si las fuerzas sin conexión, no tiene la más minima sincronización para dar el salto.

El paso, que por cierto no es de la oca, ni de cebra, aunque al animal se le ocurrió  la tontería del paso que queda cegado en la calle desértica de la puerta inexistente, donde a falta de la ojival que encierre las dificultades de la entrada y la salida, por este paso no hay quien pase.

Predomina la fidelidad mayoritaria de los placeros en esta nueva andadura, que antes tuvieran la Esperanza, que acaso, una vez pérdida esta,  recurran a la portentosa imagen de Cristo por desenclavar que porta su Cruz paso a paso, en un paso que anda sin andar pero que no se detiene en los descansos. ¡Anastasio! Que voy a llamar.

En esta Encarnación debilitada, en la que derrama salud la negritud del bronce, los placeros de agrupan al finalizar la chicotada diaria, paso de misterio, para la reflexión del trabajo y aliviar las carnes del esfuerzo con ese perentorio descanso. ¡No corré!

A mis años no esta la cosa para trabajos, como estos en los que el cuello se cobra su parte del lúdico emocional, diría devocional ardor, donde los beneficios se supone deben de lograrse a largo plazo. Evidentemente tampoco están los tiempos para formar una cuadrilla fidelizada que, en la ceguera de los respiraderos, se dejen guiar a la voz segura de quien, como un capataz que se dejo los lomos, finaliza el camino, pero que por muy conocedor del trazado y los tiempos, en estos que corren ya no se tiene el predicamento de madrugadas de aguardiente, por mas que todo sea noche de desprecio en la amargura, y en el silencio de la fraternal sangre. Por algo la Encarnación es esclavitud.
Hermanos en la Encarnación de las tres encarnaciones, de las tres generaciones, que con el itinerario  finalizado, una vez mas, hacen recuento, y  lo que se encarta es escuchar el martillo para arriar la dorada madera.
En la Encarnación de madera todo hace pensar, que después de la provisionalidad en la que tanto se ha pasado, y no pasó nada, que siendo nuevo paso, lo que sugiere, es que llegado el momento de la redención, del abandono voluntario del conformismo del mas falso de los besos, y acabar en la madera, tal como empezó todo y era el fin previsto, por lo que no queda otra que, por el momento, saber que ahí quedó.

Sevilla a 14 de Septiembre de 2013-

Francisco Rodríguez Estévez

viernes, 13 de septiembre de 2013

 

Que teníamos hoy

Se pasan los días, y el responsable de mantenimiento, una vez informado por el cauce reglamentario del escrito, pues como que a pesar del tiempo transcurrido, aun  no tiene respuesta.

Todo pueda ser, mal por que no haya leído el detallado escrito solicitándole que por su falta de responsabilidad  lo eleve a sus superiores, entiéndase los responsables tanto de la concesionaria como de la administración, pues lo que se solicita entra en el campo de lo indefinido, pues parece ser que fuera una irresponsabilidad cuando no aparece quien pueda tener la responsabilidad para llevar a cabo lo que se solicita.

También puede ocurrir que lo haya remitido a las partes que se solicitaban, y estas, sin definición de la responsabilidad que pudiera corresponderle, tuyo, mío, nuestro, dilata la respuesta mas por desconocimiento que por ganas de encontrarla. Es como una puerta inexistente, pues puede buscarse inútilmente y no lograran encontrarla.

¿Qué teníamos hoy? Dado que la información del asunto esta sobradamente en las mesas de los responsables con responsabilidad, o sin ella, (pues malo seria que le hubieran destinado a la papelera de reciclaje) no hace que más y más pudiera tener un sentido mas amplio que lo que se conoce sobradamente, sobre todo cuando lo que no existe es la intención por encontrar alguna respuesta.

Hoy no teníamos nada de nada, pues nada pasaba, cuando me llego la información de que los placeros solicitaran su puerta en el lugar más inadecuado, y lo peor, algo tan lamentable como que esta quieren que sea sufragada por una individualidad del débil colectivo.

Creo que la cosa es preocupante. Mientras tanto, ninguna respuesta de los responsables, ni por parte del concesionario, ni por la administración. Algún día tendremos algo muy distinto a lo que teníamos hoy.

Sevilla a 13 de septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 12 de septiembre de 2013


Es algo tan evidente
 

Ni que decir tiene que, desde el primer momento, de cuando aun no habían traído los destartalados mostradores que encargaron como equipamiento de desmesurado presupuesto, era algo que podía advertirse tras los cristales. Puerta de entrada. De cuando montaron el mastodontico bloque de cemento para instalar la grúa auxiliar, al objeto de concluir el polietapico y multidisciplinar conjunto, ante de las inminentes elecciones, cuando se acababa el plazo político, (puerta de salida) y de tal manera, acelerar el proceso de instalación de la estructura de los tubulares para el ensamble machihembrado de los panales de madera .

Aquello era tan evidente  que no cabía error, puerta por puerta, tabla por tabla, por lo que  resultaba perceptible que las puertas en esta fachada resultaron insuficientes cuando desapareció la que resultaba inexistente  justo donde dispusieron una ventana inaugural, tan propia como la tramoya teatral del acto, que en la realidad podía constatarse que como un capricho mas habían suprimido una de las puertas previstas en el proyecto básico, lo cual es algo tan evidente, que en todo  el tiempo trascurrido, es algo que aun  puede ser advertido por cualquier persona que decida entrar en el laberinto de la Encarnación, pues ni para salir, ni para acceder, encontraran esta que distraídamente suprimieron.

El nuevo equipo de gobierno está sobradamente informado de las consecuencias que supone en el publico y en los usuarios, que esta inexistente puerta, no solo es una trasgresión a una Ley, cuando es evidente que se trata de algo peor cuando no se soluciona.

 Ni se imaginan la cantidad de personas que lamentan no encontrar una puerta donde el sentido de la orientación les hace intuir su existencia, y en su lugar, pues nada menos que  se mantiene la burla del berlines, y sobre todo saber que desespera a aquellos que tiene la pretensión de entrar, y entran en una trampa, un fanal de cristal que se convierte, sin puerta previa, en  un elemento mas de vergüenza de los muchos que pueden advertirse en este proyecto desmesurado y caprichoso que en todo el tiempo de gestión, nueva gestión municipal,  hubiera merecido que se hubieran llevado a cabo mas de una acción reparadora, modificadora, o cuando menos, que no fuera transgresora con la Ley, y respetuosa con el publico.

De nada vale, por el momento, que la responsabilidad tenga sobrado conocimiento del delicado asunto, cuando se advierte que es algo tan evidente como que falta la puerta, y nos muestra el escaso interés en llevar a cabo la reposición de esta a la que parece importarles muy poco que el publico, reiteradamente sufra las risas que el chasco les produce, y aun siendo algo lamentable, al menos que esta se instale para que la Ley no sirva de risas.

Sevilla a 12 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

lunes, 9 de septiembre de 2013


Sepa

 

Acaso tuviera que ver con el sabor por lo mal que sabe que una cosa se sepa como se sabe y hagan como que no hay quien lo sepa. Me refiero al laberíntico lugar en el que alojaron al reservorio de resistentes placeros que sobrevivieron en la provisionalidad. ¿Lo sabe? o no lo sabe.

Sepa, que el disparatado diseño no tiene autoria germánica, es mas, no tenemos indicios que se sepa a quien corresponde la paternidad del disparate que llaman plaza de abastos municipal, pero eso si, se sabe y esta documentado, filmado y fotografiado el cuantioso numero de palmeros que le aparecieron en cada acto en el tiempo especialmente cuando le anunciaron como sinergia del degradado sector, locomotora del comercio, aparcamiento, mirador socializado, estación de metro, nudo de comunicaciones, intercambiador del metro centro, lugar de encuentro para la juventud, sinuosa calle fashion, y además de otras actividades, incluso “planetarium” y vergel de trepadoras para el bioclima y la bio diversidad, amen del botellodromo en las escalinatas,  contenedor único de la Hispalis, y así como no se cuantas mas bondades.

El caso es que lo que hay es lo que ustedes saben, solo que no saben, una vez dentro, donde pueden encontrar una salida lógica, y aunque no lo sepa igual ocurre desde fuera donde aunque la busque  siempre encontrara la puerta inexistente. ¿Saben una cosa?, Pues todo el mundo, una vez dentro del laberinto del mercado, advierte fácilmente esto de la puerta.

Pero siendo cosa que se sabe desde el principio, los que lo sabe, prefieren hacer como que es algo que no conviene que se sepa, pero si usted no lo sabe puede venir a comprobarlo, y entonces sabrá perfectamente que algo debe saber mal en este asunto. Sepa, que lo saben.

 Lo mismo saber se sabe esto otro, pues la estatua de la diosa Ceres, esa que se encuentra depositada en un lugar que se sepa no fue el que pensó el autor mientra la modelaba para instalarla en esta Encarnación, lugar que al derribarse nadie supo mas de ella, salvo que años mas tarde fue encontrada en una de esas escombreras en las que tanta Encarnación de la colonia y del turbante, de garum y manzanilla, de fuentes y alfajores de almendra y miel, incluso de ayunos y penitencias de la esclavitud de la Encarnación se fueron amontonando, por lo que su hallazgo, se sabe desde entonces, que siendo algo premonitorio indicaba que Ceres algún día volvería a la Encarnación.
 
Pues eso no parece que lo sepa, ni que se sepa, o no quieren saber que se sabe, ni que se sepa, en la variada responsabilidad de las distintas áreas que convergen en este asunto de las dos partes contratantes. Algo para que ninguna sepa que le toca saltarse a la torera. A saber: Tres leyes y un Reglamento en vigor.

La Ley, la dura Ley (cuesta saber que no se sepa por los responsables) dice que para que puedan acceder las personas con discapacidad motriz las puertas tienen que estar dotadas de mecanismos para que estas personas puedan sin necesidad de ayuda entrar y salir de los edificios públicos.

Ciertos es que, por sabido, la responsabilidad de mercados sabe que lo de la Encarnación tiene un contrato de cesión algo rarito y que no hay quien lo sepa entender, pues tiene demasiada letra pequeña. ¿Lo sabe? Es hasta posible que no lo sepa, pero el director del área de la accesibilidad es seguro que lo sabe, pero que pasa, que eso es algo que no se sabe, por más que se sepa lo que sea de este asunto, donde algo sabe mal. Para que lo sepas.

Sevilla a 9 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estevez

 

sábado, 7 de septiembre de 2013


Sin derechos

 

En palabras de quien padeció la represión sufrir las condenas eran como medallas, pues la injusticia pudo privarle de la libertad pero nunca fue mas libre teniendo la palabra.

Vinieron los emisarios para hacerme llegar la comunicación a la que había llegado la asamblea de los placeros jugando a “cooperativitas”, y ni risa me dio la resolución que venia a poner a mi impoluto expediente esta medalla que ,como una  sentencia, me impusieron.

Solo me produjo una tristeza, casi del alma, saber que hubiera sido por unanimidad, que  no hubiera generado ninguna duda, ni un ápice de consideración de uno solo de los que ni me conocen, por más que mi conocido historial, acaso por ser el placero que más años lleva en activo. Duele el  desmesurado acuerdo tomado por estos “compañeros”, cuando con seguridad ninguno de estos que lo suscribieron tiene ni pajolera idea de las causas o motivos, para que, en mas de cuarenta años, fuera este el único expediente  iniciado que tuviera esta resolución de general complacencia. Una medalla.

Las estadísticas dicen que el fracaso escolar empieza cuando a los niños se les pasan de clase sin saber leer, y  sin esta premisa se hace imposible la comprensión de los textos, por cuyo motivo apenas alcanzan aprobar alguna asignatura son solvencia.

Estoy convencido que estos que escondidos en el grupo ejecutan sumarísimas decisiones, ni leyendo mil veces serian capaces de entender el texto del articulo que tanto revuelo causó, pienso que sorprendentemente, por cuanto este era fácilmente comprobar que tenia nombre y apellidos en su autoría, y evidenciaba con claridad meridiana que se decía y quien lo decía.
El articulo periodístico editado en un medio de gran difusión local estaba realizado por un profesional, y ni que decir tiene que  siendo un trabajo de contenido tan acertado  podía suscribirlo en su totalidad.
 

Esta medalla en mi expediente me posibilita tener la excusa justa para dejar de asistir a las asambleas, donde ni se pueden imaginar las luces que alumbran, y que decir del desarrollo de las acciones que se acuerdan para el mayor beneficio de la sociedad. Placas y relojes. Esto tampoco me da la risa, pues me entristece la ineficacia existente donde hay tanto que hacer.
Cierto es que mi desacuerdo con la forma  de gestionar esta cooperativa inoperativa y fuera de lugar, sin objetivo social estatutario, y con la aplicación de otros procedimientos que acrecentaron  mas dudas que confianza, desde hacia tiempo, motivaban que me alejara de esta, y sin presencia, que puede importar no tener voz donde la sordera no te escucha, ni voto donde tanto pucherazo se cocieron.

De ejemplar me consideraron el merito de haber llevado mi voz, la que ahora los placero me niegan, hasta foros como la Universidad de Sevilla, los Reales Alcázares, Ateneo de Sevilla, Circulo Mercantil e Industrial, Colegio de Abogados, Sala Villasis, Facultad de Bellas Artes,  Sindicatos,  medios de difusión, prensa, radio, y televisión, y en cuantos sitios me fueron posible

Sin voz, sin voto, y para realzar mas la ejemplaridad y hacer mas grande el tamaño de la medalla que estos me otorgaron por unanimidad, me suprimen el derecho de ser elegible en el plazo de un año, cosa preocupante cuando las próximas elecciones están previstas para dentro de tres, todo un contratiempo, y aun una privación mas, el lacerante acuerdo me suspende que sea elector, y la verdad es que si así lo contemplara la Ley, pues como que esta será la mejor opción que hacer en tal día,  mas cuando lo mismo para esa fecha, acaso ya sea todo una comunidad de usuarios.

Sevilla a 7 de septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

viernes, 6 de septiembre de 2013


Pom, pom ¿Quién es?

 

Llamé a la responsabilidad, golpeado insistentemente la puerta imaginaria. ¡Eh!, ¿Hay alguien ahí?
Me costaba entender que si había responsables como que no teníamos respuesta.

La mirilla delataba la presencia y confiaba que  alguien contestara. Tiene la responsabilidad ese plus de tener que estar siempre en el “candelabro” para que la ciudadanía entienda lo imprescindible que resulta, claro que la eficacia tiene la ambigüedad del si pero no, y el no pero si. Pues nunca todos estarán de acuerdo pues estarlo seria un ejercicio de responsabilidad y los irresponsables, es decir los que no tienen responsabilidad, al menos pueden tener la opinión acerca de las actuaciones de los responsables, en especial si son responsables.

Pom, pom. ¿Quién es?, Soy la ciudadanía. ¿Qué quiere la ciudadanía?, Pues cuando menos atención, sabe la responsabilidad el tiempo que llevo solicitando la atención para que actúe en algo que será sumamente beneficioso para este singular espacio publico, que incumple la Ley de sostenibilidad y que de llevarse a cabo su realización evitarían que la ciudadanía siga buscando una puerta inexistente, esa que por las risas del berlines y las palmas de los epígonos de la flor, no hay manera de encontrar y con el cabreo la ciudadanía se acuerda de los responsables, y crean que eso no esta nada bien.

Dice la responsabilidad que aunque parezca que estuviera desaparecida, no deja de estar en todos los asuntos que las horas le permite, solo que da a entender que no puede venir a lo de la puerta, y es pura lógica que no pueda llegar a entrar por la puerta que espero, antes tienen que instalarla, y eso solo corresponde, como no podía ser de otro modo, a las indicaciones que desde la responsabilidad se marquen. ¡Todos a la puerta!

Sevilla a 6 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 5 de septiembre de 2013


Tiempo sin tiempo

 

Durante el tiempo de los miedos se hizo el silencio y se llevo a cabo su destrucción. Aquello, por extraño que parezca hoy, fue un hecho consentido y dado al aplauso de la euforia de las  propias victimas inmoladas, lo cual supuso el grave error de dispersar las unidades, pues así se iniciaba  una estrategia de segmentación del personal que se fundamentaba en la falta de espacio, dado que el que se generaba en la recuperación del que se desocupaba, tenia destino ajeno a los propios intereses de los auto damnificados, pues el aprovechamiento de este territorio en nueva construcción se utilizaría para la financiación de una moderna plaza de abastos, pero que la propuesta, por engañosa, evidenciaba que cuando no hubiera miedo en el tiempo y se pasara el de los sustos, se iniciaría el de la desintegración. Tiempo al tiempo.

 Este vaticinio formulado hace cuarenta años por un viejo carnicero en la puerta Neptuno, en el mismo momento que se quedó cerrada definitivamente la cancela, una vez acabado de dar el ultimo viaje trasladando a la eterna provisionalidad los enseres que quedaban,  y abandonando otros tantos para siempre, pues como que da miedo volver atrás en el tiempo para recordarlo, mas cuando la continuación era tan estremecedora como que no sabían muy bien aquellos placeros que regresaran en que tiempo volverían.

Lo peor era el pronostico de cuantos, pues al afirmar que nadie volvería ya era lo bastante inquietante, en cuyo caso restaba importancia el cuando, así se tardara mas de treinta y siete años. Tiempo de condena.

En el tiempo de la euforia, todos contra el fuego, el solar paso de ser territorio en posesión, a espacio publico desposeído, y el proyecto, de cuando las flechas bordadas en el corazón era inexistente, tal como el  de en donde y cuando, que de tanto tenerle apretado en un puño que casi parece una flor, es igual pero no es lo mismo, pues entre inventos y tonterías se pasaron los tiempos en algún cajón esperando otro tiempo para mejor suerte.

El tiempo Bambi, coincide con el del mimo, y por mucho que la facturas fueran falsa, y los chozos otra historia, otro cuento, el misterio de   la provisionalidad daba paso al tiempo de capricho. Ni que decir tiene que los damnificados, aunque dicen que se le pasaron los miedos, solo aplauden por si acaso. Tiempo de proyectos. Tiempo de concursos.

El descabellado hace que la imaginación se crea sus propias mentiras, ciudad de la personas, construcción de un sueño, y como plaga siete años dura la aventura micologica, justo cuando se le acababa el tiempo rosa, tiempo de pegamentos, y se había terminado con todo el dinero que adelantaron los constructores para, según se dice, crear infraestructuras para nuevas construcciones. Total ciento ocho millones, cuatro para equipamientos para los pobrecitos placeros. Más madera,

Llega el tiempo nuevo con poder suficiente, y las arcas vacías. Lo cual me hace ver que el  tiempo del doctor los pobrecitos placeros luciendo la flor en el pecho le pedían equipamiento y en segundos firmaba el cheque.

Que los mostradores estaban mal realizados, el de la empresa subsidiaria, llamada global, ordenaba que rectificaran a gusto de aquellos que manifestaban que no iban a subir el tomate. Que la concesionaria imponía una cuantía en conceptos indefinidos, los placeros retorciendo su colmillo muestran el puño cerrado indicando la virtud de no dar, y es el mismísimo doctor que con las horas contadas para la inauguración polietapica, ordena la subvención. Plaza de la mayor indignación, inauguración pasada la Esperanza.

Trato de entender que si tantas dificultades fueron fácilmente solucionadas por el doctor Sánchez y sus colaboradores necesarios, como una vez comprobado el error en lo de las puertas, y el incumplimiento de la Ley, como este equipo de gobierno municipal, no lleva a cabo la rectificación- Aunque debo de incidir que como no valen ya ni flechas, ni puños, ni pájaros, y menos, herramientas, sepan pues que en el pecho de mi jersey blanco lo que tengo bordada es una vaca lamiendo el hocico a su ternero, y digo yo que a lo mejor es por eso. Pero lo otro seria volver a otro tiempo.

Sevilla a 5 de Septiembre de 2013

Francisco Rodriguez Estevez

miércoles, 4 de septiembre de 2013


El ahorro energético

 

En el punto opuesto de la calle sin puerta se encontraba. Me disponía a abandonar la plaza cerrada e iba buscando la salida del laberinto, cuando escuche al “gato montes” que se encontraba detrás de la columna final de la travesía. No podría decir que me asustara pues evidentemente no era el rugido de “Garfio” en llamadas de amor, pues lo mas seguro es que el salvaje animal haya acabado bajo las ruedas de un camión.

En los tendidos del diez, dos toros, el primero y el ultimo tienen el Sol garantizado, y el gato montes es presagio de abrir la puerta de la plaza, en esta que llenaron de sombras permanentes, cuando se escucha, es por las conexión llevada a cabo para el ahorro energético, que no tiene nada que ver con las fotovoltaicas, y mucho menos que aquello, en el silencio de la recogida pueda abrir ninguna puerta, salvo la de los servicios, Salida de emergencia. ¿Gato?, siempre gato.

Los coloraos son los nuestro, pero la observación del consumo furtivo, ni de bromas parece entenderlo siendo a los ojos tan iguales, tan diferentes,  y como quien pisa el albero, llega a los medios para santiguarse. ¡Dios, mío!
 Algo que no se entendería, a no ser que sea un enigma tal como planteaba el doctor para no tener que explicar el misterio en lo de la Encarnación de mis carnes.

El gato montes sigue consumiendo energía con las correrías que no son tonterías, si no ahorro energético. Mientras, en  lo mas bajo se guardan los medios autorizados para los desplazamientos y sotto vocce, para no ser notado por la larga licenciada, que no es larga cambiada, advierte que tanto saber es para caminar, única manera de bajar el colesterol de forma natural y que igual que se  viene se va, aunque la puerta de salida no está dispuesta en lado contrario de donde se podía escuchar al gato montes, pero  que le vamos a hacer si es algo que no lo entendería, pues siendo la puerta algo tan serio mas parece gato, y la broma, aunque signifique comida, la verdad no era en absoluto motivo para persignarse. A decir verdad dentro del laberinto uno siempre intuye que le pueda salir un toro.

Por esta vez esquivamos los derrotes de sangre, evitando los hules, y una vez mas abandonamos la plaza, por nuestros propios medios. ¡Taxi!

Sevilla a 4 de Septiembre de 2013

 Francisco Rodríguez Estévez

domingo, 1 de septiembre de 2013


Los arbolitos

Fue en la mañana del 18 de Abril de 2002, un inesperado festivo de ideas cambiantes, cuando las talaron, y en el silencio del amanecer de farolillos, nadie dijo nada. Una valla de opacas chapas acabó por tapar algo mas que los alcorques, y que sirvieron para ocultar lo que se estaba haciendo, y permitir sin contratiempos lo que pudiera convenir, y, de paso, modificar, sin que se pudiera percibir,  unas alineaciones medievales, que mire por donde se mantuvieron en su tiempo de plaza municipal de abastos, aunque en parte esta fuera privada.

Cuatro años, y dos estaciones, que no son de metro, si no medio año mas, nos pasaron en nuestra efímera vida para ver con mayor gracia florecida, si cabe, que la rama del olmo, retoñar con fuerza las pseudoacacias, aferrándose con sus raíces sin suelo, a la placa armada de hormigón que realizaron en todo el perímetro del solar de la Encarnación, pensando hacer un gran aparcamiento, del que aun tenemos la muestra de su inútil rampa.

Buscando recuperar la cegada vida han tenido que modificar su original emplazamiento, pues el vaciado que alteró varios metros las alineaciones que guardaron durante siglos, les obliga para rebrotar a tener que hacerlo allí donde pueden, como higuera bravía, con lo cual desubicados como la Hispalis, como la propia Isbilya,  los jóvenes troncos se abren paso en la biosfera, con la sentencia de tener los días contados.

La fuerza de su enraizamiento, el vigor que demuestran tener, dicen inútilmente, que estos retoños proceden de unos árboles sanos, para nada enfermos, y que se talaron sin argumentos, cosa que no es nueva, para que se pudiera llevar a cabo esa obra por la que sin duda sus autores serán conocidos. Anónimos necios.

Los pequeños arbolitos no llevan pancartas, ni megáfonos al uso, pero cada una de sus verdes hojas, que con seguridad no llegaran a amarillear, para caer muertas sobre un acerado inexistente, son gritos reivindicativos de la eficacia de su follaje, todo lo contrario, por distinto al metálico y permanente de la agresiva propuesta, sobre todo por antinatural, pero, ¿de que sirve el grito y la pancarta?

¿Que importancia podía tener si las pseudoacacias eran centenarias?, acaso no lo era también la plaza de abastos que nos guardaba la Hispalis milenaria, pero algo mas de dos metros, alrededor de todo el perímetro del solar, algo mas de cuatrocientos metros cuadrados, era tan tentador, que hasta lo publico parece que se encuentra en otras manos, y no hubo manera de evitarlo, sobre todo por la rapidez con la que se llevo a cabo la operación.

Estas cosas hacen pensar, que cuando vengan a contar lo sensible que son con la piel de esta ciudad, lo pol(iticamente) del metro, y lo para(noicos) del Sol, aquellos que en sus luces solo quieren sombras, como que lo mejor, lo sensato, será evitarlos.

Antes que arda en el hogar mañana, te arranquen, y te arrojen a la cubeta, por una tontería, unas setas, premiaron a la idea más germana, es lo que tenemos, pseudoacacia, bien sabes lo que siento, al verte crecer en este tiempo, y que no pueda hacer nada.

Francisco Rodríguez Estevez

Sevilla a 9 de Octubre de 2006