sábado, 31 de agosto de 2013


La vuelta

 

No será fácil volver a la normalidad después del largo estío, poco a poco. Aun faltaran por llegar los rezagados, los que posiblemente dispongan de mucho mas de lo necesario, y que sin duda son los que generan que se mueva el cotarro.

Las pésimas ventas de Agosto fueron descorazonadoras, si acaso el ultimo día cubrió de forma inesperada las de la semana, pero ni por esa, la caja indicaba que ni el turismo había vuelto, ni que regresaron los bañistas. Solo ocurrió lo previsible en venta, que nunca sabes cuando.

Hoy lo de la puerta ha sido todo un espectáculo lamentable. Algo bochornoso, que me tengo que acostumbrar a mí pesar. Son muchas horas las que me paso viendo algo tan denigrante, y muchas mas las que pienso si merece la pena seguir intentando, por inútil que parezca, que los responsables, claramente definidos, tanto D. Gregorio Serrano, concejal municipal responsable de mercados de abastos, junto con D. Mariano Peláez, delegado de Sacyr, empresa concesionaria total del Metropol-Parasol, puedan mínimamente entender la necesidad de colocar en ese lugar una puerta al mercado, pero como bien saben, esta tiene que ser automática para que puedan cumplir con la Ley de Accesibilidad, que por la demora, mas parece que en vano intento tratan de soslayar.

Ni que decir tiene que con esta vuelta a la normalidad,( una vez acabada las vacaciones) llega el momento de volver  a intentar contactar con ambos para insistir que la falta de esa puerta en la plaza de abastos, lugar publico, es una vergüenza, cosa que continuamente manifiestan cuantas personas intentan localizarla donde no la dispusieron, y como pueden imaginar es algo que ya saben perfectamente.

Aunque no crean que por ello se dan por enterados, pues  mas parece lo contrario, pero desde luego,  que si no encontramos la manera de que la denuncia continuada de los ciudadanos les llegue a ambos, no será por que no lo hemos intentado.

Con la vuelta a la normalidad, lo de la puerta intuyo que tiene que ser ya una realidad su instalación, No obstante, están previstas la filmaciones de cada una de las deficiencias subsanables que podemos advertir en este espacio de laberíntico diseño que se inventaron para lo de la Encarnación, y lo mismo, cuando se emitan a alguien se le caerá la cara de vergüenza, dicho sea de paso es lo que me sucede al escuchar los comentarios in situ de la ciudadanía que, a causa del chasco de la puerta inexistente, a viva voz “envían a los responsables”, solo que ellos ni lo escuchan.
http://noticias.lainformacion.com/noticias/chamizo-critica-los-problemas-de-accesibilidad-para-discapacitados-como-consecuencia-del-diseno-de-metropol_l3eRGTNYmnOCWuFOpHFUs1/
Sevilla a 31 de agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

viernes, 30 de agosto de 2013


Al igual que la ciudad

 

La ciudad forma su fisonomía, al igual que la persona su carácter, gracias a los cambios que a lo largo de los años, en el caso de estas, de los siglos, que con aciertos, y aprendiendo de los errores, la fueron modelando.
La persona, al igual que las ciudades, tiene elementos básicos inalterables, que no se cambian, a menos que todavía esté en formación y el carácter no se tenga definido, o bien que la debilidad forme parte de tan voluble humanidad.

La ciudad, al igual que la persona, no puede, una vez alcanzado un cierto reconocimiento, cambiar su impronta, su marcada dirección, con la misma facilidad de la veleta a los caprichosos vaivenes de los vientos que soplen.
 
 
Tampoco las personas, al igual que la ciudad, debe de someterse a perder su identidad por imposiciones de unas modas siempre pasajeras, que acaban por desfigurarla al punto en ocasiones que llegan ha ser irreconocibles, salvo cuando se aplica las medidas correctoras que la cirugía necesaria determine  .
Bien es cierto que el hábito no hace al monje, pero por ejemplo el tricornio tiene su carácter, tal vez sea por eso que la vestimenta talar y el charol tengan el efecto identificativo, como elementos indubitados, para saber fehacientemente ante quien nos encontramos.
Otra cosa es el disfraz, ahí cabe todo. La persona, al igual que la ciudad, gusta del travestismo en las bromas, pero otra cosa sería que se esté en la broma de forma permanente, en cuyo caso se puede cuestionar la identidad tanto del individuo, como de la ciudad.
Así pues, como en la normalidad a nadie se le ocurre vestir de nazareno de cola en la noche del pescaito, ni lucir un vestido de faralaes de talle bajo con volantes, un jueves santo, de igual modo, no parece razonable que alguien piense que, por bonito que quede, se deba pintar de gualda la Giralda, ni colocar las icónicas fungiformes en el centro histórico, a menos que algo falle.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 9 de marzo de 2006

 

jueves, 29 de agosto de 2013


Al pairo

 

Tal cual fuera una nave esperando que la mar y los vientos vuelvan a ser favorables, a los placeros esta se la trae al pairo. Lo peor es que aun no se han dado cuenta de que ni hay viento, ni esto es una embarcación, pero que son muy peligrosas las aguas en las que están navegando, y por lo visto no se piensa en nada para evitar el posible “hundimiento”, o al menos hacer algo para mantenerse a flote, y en todo caso tener una tabla a mano.

Seguir al pairo es una decisión acertada en la incertidumbre de los elementos, en la que toda la tripulación tiene que estar preparada para el menor indicio de cambio y poder salir rápidamente de la situación, mas si se hace desesperada la espera, pues si no se vislumbra la costa, por mas que las cartas de navegación indique la situación, cabe la posibilidad que se pierda el rumbo, y lo que es peor se pueda llegar a quedar a la deriva.

Lo de la Encarnación no es una nave, si acaso sea como una plaza de abastos, pero hace tiempo que perdió la hoja de navegación, y aun más, que si  hubiera sido buque insignia del tiempo rosa, se advierte claramente que no era de los vientos, cuando va surcando sin patrón.

Todo hace indicar que no están los objetivos de esta singladura bien trazados en las cartas, y menos aun las responsabilidades, pues no caben dudas de que lo que suceda no será solo culpa de la marinería, teniendo en las oficinas a los armadores, y a los consignatarios, jugando a barquitos, y que decir de todos aquellos que llevan entorchados de dorados sueldos para lucirlos a babor y a estribor, para que todos lo vean desde la popa hasta la proa en continuos paseos que se me antojan inútiles. No hay nada peor en la ignorancia, como lucir galones.

Al pairo, es sin duda un acierto como medida de transición, de espera, de calma tensa para cuando cambie las circunstancias, una decisión que, mal tomada, no hace que se exculpe a quienes se cubren la cabeza con la gorra de mando para que se le vea lucirla en el puente, ni tampoco a los que se lo permiten. La nave va.

Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velum umbra. Se va el tiempo, como las nubes de la tormenta, como nave bajo la sombra, y los placeros, es de intuir, que esperan que alguien les cambie su destino, como si de ellos no lo fuera.

Cada día que pasa no pasa nada, solo que pasan los días, en la calma chicha interminable de lo incierto dentro de la modernidad, y su laberinto. ¿Cuándo soplara Eolo? 

Lo mismo debe de suceder en la patera al vaivén de las miasmas, cuando hacinados ansían divisar la costa, o al menos ser avistados por la Cruz Roja. Todos salvados.

Sevilla a 29 de agosto de 2013

Francisco Rodriguez Estevez

miércoles, 28 de agosto de 2013


Agosto

 

En otro tiempo era importante hacerlo, evidentemente no fueron como este. Todos los planes se quedaron en planes, y cuando menos, como no se consiguieron ventas, al ser imposible las ganancias, al menos fue posible reducir los gastos que el descanso en lugares exóticos y ajenos causa.

Nada mejor que pasar el verano en casa. Ni que decir tiene que es una delicia conducir el coche y poder aparcar en la puerta. Ha decir verdad aun me queda de cuando tenia, y en menos de veinte minutos.
En lo alto de un cerro que divisa la ciudad en gran parte de su extensión, la sombra de sesenta árboles y cuatro palmeras, crean un  microclima casi paradisiaco, y en la solanera, una pila de  aguas turquesas donde hasta sesenta bañistas pudieran refrescarse, me aguarda.
La gran casona aun dispone de las estancias que  apenas se utilizan. Veranear en Sevilla, y de paso hacer el Agosto.

No pudo ser peor este año, y es que entre el calor y lo de las puertas en este laberíntico mercado apenas entra el público que seria necesario para que se generara algún negocio.

Ayer vino un joven dispuesto a facilitarme la jubilación, pero en la desértica calle interior empezó por advertir que allí seria muy difícil levantar cabeza. Era la primera vez que asomaba la suya por esta Encarnación de mis canas, que tendrá que seguir siendo de mis carnes, al menos hasta que lo de la crisis se acabe, y siempre y cuando los responsables sean consecuente y decidan que aquello debe de tener una nueva puerta, y dejarse ya de tonterías. Que si uno y que si el otro.  Carajotadas ¿Acaso puede haber otro camino que el de la gran puerta?
 
Llevan varias semanas rota la puerta de la entrada de hojas que se extienden manualmente, y los pasamanos de otras, la cerradura del cuarto de basuras, y hasta una docenas de lámparas fundidas y, ¿ que creerán que sucede para que no se repongan, reparen, o subsanen estas?  pues que los placeros tiene que comunicarlo a los vigilantes multiservicios, estos lo pase en su informe al jefe de mantenimiento, que a su vez lo remite a la concesionaria, y esta al la Delegación de consumo, al servicio de mercados, y allí se comprueba si es competencia de uno o de otro, (otra vez lo mismo), y así como en ninguna de las cajas tienen partidas para llevar a cabo la reparación , reposición o cambio, pues le diré cuando puede ocurrir que lo lleven a cabo. La verdad es que parece que nadie tiene las responsabilidades, mas que fueran todos irresponsables.
Nadie sabe nada, nadie informa de nada. Hoy me ha tocado ser puesto de información en lugar de carnicería selecta, y delicias de ibérico, chacinas de la Sierra Note, y de la de Aracena y Picos de Aroche, por mas que los lomitos puedan verse en la azotea, y la lechal en la cervecería. ¿Los servicios? segunda puerta  a la izquierda. La ruina de Hispalis salga a la calle y descienda por la esquina. ¿Subir al mirados socializado? ¿La puerta de salida? ¿Algún banco? ¿Para sacar dinero?

Todo parece indicar que una vez que se ha autorizado algún cambio en el fenólico intocable, que la cosa haya cambiado y empiecen a darse cuenta de que en este galimatico mercado se necesita cambiar muchas cosas y que no tiene que ser todas de golpe, aunque seria aconsejable. Los placeros están pensando que deben de pensar en hacer cosas para que este lugar no languidezca mas y se pueda aplicar alguna idea que ayude para empezar a subir el tono de ventas, cuando menos para que cuando llegue un joven dispuesto a relevar,  el lugar no sea a la vista algo tan deprimente.

Sevilla a 28 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

lunes, 26 de agosto de 2013


 Sueños

 

Bajo los soportales, tomados como dormitorios, la imagen refleja una situación desesperada. Entre cartones, aliviando el frio del relente con el calor que le proporcionan los perros, fieles acompañantes, las miserias pasan las noches.

Con las claras del día como despertador, van espabilando del sueño reparador, y desperezan sus entumecidos músculos contraídos, para recoger lentamente sus pertenencias antes de encontrar en la samaritana fuente un mínimo aseo.

Hasta una veintena de personas se pueden contar en esa larga habitación común, falansterio de Imagen, donde la pobreza viene ocupando las precarias camas de un duro suelo. Es la indigencia. Un estado social del que cuando se entra,  es casi imposible salir, pero que abre las puertas de par en par a otros peores, diabólicos infiernos que no tienen salidas.

La falta de techo, es una dificultad añadida para la contratación laboral, más cuando los índices de desempleo crecen, y para optar a una escoba, lo de menos es saber barrer, cuando se hace necesario poseer un currículo académico.

No lo tienen fácil. Adelantándose al futuro, volvieron al pasado. Se convertirán en el hombre del saco que tanto asustaba a los niños que ahora somos abuelos, por que en el saco está toda la esperanza de seguir un día más,  para poder salir, y solo llevan lo que tienen, lo que encuentran, y  por no tener ni donde dejarlo, siempre lo llevan a cuestas.

En la calle porticada de un ensanche imposible, la indigencia duerme a la espera de que la epatante cubierta pueda servirle de techo.

 En la demora, como temiendo que nunca pueda acceder al futuro, la mente y el tetra brik,  juega malas pasadas y en la duermevela retiene en la pupila la imagen de un monstruoso espectro de dos ciclópeos cilindros de hormigón, acaso fue lo ultimo que pudo ver  antes de acabar por arder en llamas como un bonzo

Noviembre de 2007

Francisco Rodríguez Estévez

 

sábado, 24 de agosto de 2013


 
Succionado
 
Cuando me di cuenta me encontraba dentro del tholo. No me podía creer como había caído en la embeleco de la puerta inexistente.

Ni me explico como pudo suceder. Regresaba al laberinto por la Venera, y  a pesar de la dificultad que ejerce los cristales para poder ver el galimatico interior, podía intuir  donde se encontraba el lugar exacto que me hace ver este lado cada día, para contar cuantas personas, como me estaba ocurriendo, son succionadas por la trampa del capricho del alemán, siempre aplaudido, y nunca solucionado.

Era tan lógico que sucediera tal cosa, como lo demostraba la evidencia, pues es una disposición natural la que hace que se busque precisamente en ese  lugar una puerta. Pero el alemán debió de tener la mente lucida en el capricho, cuando estaría pensando en cobrar,  y es mas que posible que en el Ayuntamiento se estaba en no enfadarle, temiendo que con la tontería de la Ley de la Accesibilidad en vigor, apareciera un  modificado mas, y a ver de donde se saca de la manga el doctor, agotado el voto de calidad, la partida para cubrir los nueve mil euros de la puerta, doce mil  la automática,  cuando las cuentas disparadas, van por ciento ocho millones de euros. Nanay, que venga otro y lo arregle.

Por fortuna nadie me vio entrar en aquella lagrima de vergüenza , a modo de fanal, que el ratón dibujo en el arabesco de curvas de la pantalla del ordenador, para la creación de semejante patochada, y como disimulando acerqué la cara al crista, como hacen los incautos, para ver la travesía central colmatada de entorpecedoras columnas revestidas de fenólico, a fin de restarle la diafanidad que se hubiera logrado con un mejor diseño.

Por suerte en ese espacio perdido, donde estaba prevista una de las fuentes bultos, no llegaron a instalarla, ni tampoco realizaron un  parterre ameba donde el arbolito hubiera tenido los días contados, ahora convertido en trampa a la lógica, permite que todos los días alguien se acuerde del alemán y de muchas mas gente.
Debieron ser los efectos de la absorción que aquello produce, pues también me ocurrió que recordando a mas de tantos, ahora irresponsables, me acorde de otros mas que decían querer tanto a la Encarnación y a sus placeros, que como podeis imaginar se quitaron rápidamente de en medio.

Sevilla a 24 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

viernes, 23 de agosto de 2013


Danzad

 

El oso amansado con aguardiente, bozal de alambres, y argolla de pircing en las fosas nasales, balanceaba su cuerpo al son de la pandereta, al objeto de mantener, a duras penas, su capa de grasa. Mundo cíngaro. Escalando los peldaños de la desvencijada escalera, la cabra subía hasta lo mas alto, cual imaginario monte, para realizar giros al toque metálico de la desafinada trompeta. Los cartujanos de pura raza lo hacen con música clásica en los espectáculos ecuestres, e incluso por sevillanas.

Pero no solo los animales bailan, trepan, giran, o se balacean, al son que le tocan, basta ver los frikis, por tal de salir en las pantallas televisivas imitando a las mama chichos, me toca, o no me  toca.

Un contratiempo, es algo inesperado. En la melodía aparece en el tiempo débil del compás, pero la sincopa no es imprevista, muy distinto al sincope del mandatario televisivo, que le cogió en plena arenga el bajón, no se sabe bien si  fue al oír las primeras palabras del candidato por la rosa de Madrid, economista de toda la vida, reprobando las obras en la capital,”no se pueden hacer todas las obras al mismo tiempo, a menos que exista un interés personal”. El desmayo le duró poco, pues le reconfortó el siguiente mensaje, dardo al rival, “todos sabemos que detrás de las grandes obras, hay alguien que gana, además de los constructores”. El doctor sabe de enfermedades del cuerpo, y para el colesterol, caminar y hacer ejercicios, para el corazón la bicicleta, para evitar la contaminación la jardinera, y para evitar la obesidad, champiñones. Sevilla tiene un olor especial, en especial algunas calles, con botellón o discoteca. Danzad, danzan, pero orinan, como animales.

Zona libre de humos, zona libre de botellona, zona libre de especulación. Coto alejado de riesgos, dicen que no existe el baile de números, ni números que bailen. Urbanismo libre de sospecha. Urbanismo de urbanidad.

Las sevillanas, bailan y se bailan en toda clase de eventos y ferias, nuestro representante permanente hace palmas a la caballa, y los anaqueles de las librerías jalapeñas se llenan de arte de Triana.
 Que raro es todo esto del baile, cuando hasta las vírgenes abandonan la clausura conventual para presentar, bailando danzas tribales, su ultimo disco “Construyamos la casa del Señor”. Al menos, que busquen un arquitecto baratito.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 27 de Noviembre de 2006

jueves, 22 de agosto de 2013


La octava (Ultimo día)

 

Evidentemente no se trata de las setas que solo son seis, no como los seises que son por lo menos el doble.
 Concluye hoy  la Octava, en la que se baila en honor de la patrona de esta ciudad de patronazgos, Hiniesta, Santas Justa y Rufina, San Fernando, cuando el tiempo nos ha dado, con el pegajoso nublado,  un respiro en plena semana del ferragosto, que por lo general cada año nos trae la calima sahariana, y por ello,  en la desértica calle del laberíntico mercado me asoma la enorme ventana de cristal a la desolada panorámica del exterior por donde no transita ni un alma. Calma chicha.

No parece que sea muy atractivo pasear por el candente camino de hierro que tiene por recorrido el mirador socializado. Nadie por aquí, nadie por allá. El lucernario sigue esperando cobrarse su primera victima, y no hay manera que esta pueda evitarse. Las fuentes bultos mientras esperan las gotas de agua para estrenar el surrealista surtidor, deja que ocasionalmente algún niño se suba, y alguno que otro ya se pego el batacazo.

La escalera acotada, publica, a todas luces se mantiene acotada  y la barreduela de cristal  (esperando a Ceres) sigue engañando a cuantas personas  buscan la puerta  inexistente para entrar en el laberinto.

Uno tiene la esperanza, acaso por aquello de que no pueda entender que las cosas se hagan tan mal intencionadamente, y menos por que no puedo creer que no se le aplique ninguna solución, cuando es evidente que todas tienen más de una. ¡Pase, pasen y vean!

De cómo traer publico a este desolado lugar, ¡vamos piensen! Digan algo. Siéntense en la escalera de poniente la publica, la acotada, y cavilen, verán que al menos le aparecerá una idea y puede que hasta sea viable.

Viendo lo que fuera plaza de los urinarios públicos, ahora entre toneles, veladores, fuente bulto, bancos de piedras, algún coche municipal estacionado, las barandas invadiendo la calle, y algún que otro camión de reparto aparcado, y el que trasiega la cerveza, el quiosco cerrado, transformador de algo en todo el medio, los parterres de remate para las barandas donde se amarran las bicicletas, y el peligroso lucernario,  era evidente que lo que estorbaban eran los dos árboles que quedaban en pié.

En la desfigurada placita de la Encarnación la fuente se ahoga de contaminación y ni la propia Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, hace nada para que se cumpla, acaso a la espera de que prescriba con el tiempo. Tiempo de octava. Indulgencia plenaria.

Es posible, o cuando meno existe la posibilidad de que cuando acabe el verano vengan a interesarse por el asunto los concejales que faltan, y lo mismo sentados en las escalera acotada, que no es la de la indignación si no la otra, y allí juntitos al calorcito del granito les viene al consistorio en pleno la inspiración, y a esto de la Encarnación se le van haciendo cositas.
Ni que decir tiene que una vez que se instale la puerta, si no como van a poder entrar, en razones.

Sevilla a 22 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

martes, 20 de agosto de 2013


El hueco, hueco

 

El doloroso vacío que me ha dejado, me tiene que ni ganitas tengo de relatar nada que a lo de la Encarnación se refiera, pues llenarle de momento puede hacerme perder mas que el sueño.
 Ahora el hueco que dejó el poderoso incisivo al que en su débil marfil  le incrustaron distintas pastas y resinas para que siguiera teniendo la consistencia ebúrnea y la funcionalidad propia de molar a falta de otras piezas, pues evidentemente su hueco, aun sensible y sin cicatrizar, me tiene alejado de esta motivación que a lo de la Encarnación  le dedico. Sangrante vacío en una absurda barreduela de cristal, fanal del laberinto, luciferis fanum, quod vocant lucem dubiam (Templo de la Luz, que llaman luz dudosa). Me temo que sean por las olvidadas fotovoltaicas.

Todo hace pensar que esta omisión intencionada, donde era de prever que sobre la epatante cubierta se generaría tanta luz como para que con la tontería, en la tontería la sostenibilidad fuera un argumento suficiente para cumplir con la Ley, pero acaso por esta distracción en los planes de realización y consumido el desfasado presupuesto, puede resultar que, con la nueva reforma de la Ley, lo mismo es una suerte no tener células fotovoltaicas, pues todo hace indicar que el consumo de energía gratis, cual es la que proporciona el Sol, que no es de nadie (como dijo la ministra de Cultura del dinero publico) pues para que las empresas sigan repartiendo dividendos, el gobierno se ha propuesto penalizar a aquellos que tengan un hueco, semejante como el  que dejo  el canino, donde se encontraba el medidor del consumo que se factura estimativamente.

Procuro que no me afecte, pero si no es doloroso, no estaría bien eso de pegarle un bocado a la puerta, pero al menos es lo suficientemente penoso comprobar como a diario entran en ese hueco demasiadas personas, la mayoría, una vez descubierto el chasco que la trampa  le lleva a una puerta inexistente, desisten de su intención de entrar en este laberinto, que puede ser una tontería germánica, que tal vez lo sea, pero por el tiempo que se lleva sin darle la correcta solución, parece como si fuera el propio consistorio quienes fueran los primeros en reírle la maldita gracia, al   punto de que quisieran que la tontería les resultara propia.

Es algo tan fácil que cuesta pensar en ineptitudes, pues estando el hueco, algo debe de pasar pero que no pasa. Como diría un palmero antes de la huida, “hay que enseñar el colmillo” pero por lo pronto no seré quien lo muestre, de momento estoy esperando a que cicatrice la herida, para que me puedan colocar en el hueco existente, un implante que remplace su perdida.
 Sin duda, lo mismo en este ínterin, quien puede dudar de que la responsabilidad  se desinhiba, y aunque sea por una vez aplique el sentido común, en este caso, en el hueco. Hueco para una puerta.

Sevilla a 20 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estevez

miércoles, 14 de agosto de 2013


El bloqueo

 

Buscando la puerta inexistente acabó perdido en el laberinto. Por la indignación que muestra no parece que lo de la puerta sea el motivo de su disgusto.

Lo cierto es que ha llegado hasta este recóndito lugar para saludarme. Pero lo que le ha traído no ha sido la curiosidad por comprobar como se puede ver la ternera lechal en la azotea y los lomitos de la sierra norte en la terraza de la casa de ladrillos en la fachada.
 Me cuenta que nada peor que te bloqueen la cuenta de la caja , la nuestra, donde todo el dinero generado del poliglotismo viene justo para hacer frente a los pagos cotidianos. Por tal circunstancia confiesa que vino quien domina el francés en las tres mil aprovechando la larga cola a la que se tenia que sumar para generar la demora que se prevé al objeto de,  nada menos, que alguien le pueda mostrar el expediente que justifique de cómo le birlaron el dinero.

Es tremebundo encontrar que se le esfumaron así de  pronto casi una paga mensual, a la que ya se le había dispuesto su empleo. Ahora solo quedaba esperar a tener acceso a la documentación sobre una ignota multa de tráfico, por la que no recibió según me dice con  sobrado desembozo ninguna notificación. Lo cual no quitará el bloqueo.

Lo importante es que ha venido y se ha interesado por el tema, pues aunque es cierto vistió chaqué en otro tiempo, no es menos cierto que evidentemente aquel no era para llevar las herramientas en el fúnebre cortejo.

Con la temperatura de este Verano que diría apacible, en comparación con otros que la provisionalidad me ofreció bajo las horneantes chapas, Agosto comenzó rompiéndose  el carillón del muy antiguo reloj de pared, que fue de mis mis padres, estropeada la televisión Samsung gigante, fundido el TDT Nevil, y con un canino enterendengue que acabó desprendiéndose  encima de  la lengua, no me ha quedado otra que agotar mi cuenta, la escasa cuenta de la caja, tal como a mi amigo Antonio le hicieron en la suya, en la nuestra, y con el tapon ensangrentado por la lucha titánica que le entabló el canino al Doctor González, no nos quedó otra que hablar de la Primavera Verde, y ya nada mas que por el nombre de esta nueva asociación, da la impresión de endeblita, y lo mismo es argumento par adherirme, (siempre con el débil).
Cuanto mas contundente hubiera sido “bautizarla “Andaluces por Andalucía, lo mismo tiene mas salida. Pero lo importante es que todo tenga una puerta para evitar los bloqueos.
Puerta para llamar, puerta de emergencia, puerta del Príncipe, puerta de San Miguel, Puerta de los palos, Puerta de Jerez, Puerta Osario, puerta Real, puerta de atrás, puerta para entrar, puerta grande, puerta abierta, incluso puerta para la Travesía Central.

Mi amigo Antonio, se ha tomado el café con los churros, y  ha quedado envolver, si le daba tiempo, pero parece ser que se le hizo demasiado tarde.  Adonde estaré Dios mio, la próxima Primavera.

Sevilla a 14 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

jueves, 8 de agosto de 2013


 
Declaraciones, si
 

Siempre esperando impacientemente esas buenas noticias, que no llegaban nunca, para salir de la rutina en la que se permanece inmerso y poder encontrar al fin la solución que le deparara el destino. Declaraciones.Como al coronel, la Encarnación, no tiene quien le escriba.
.
Declaraciones, sí. Hablar por hablar. El verbo fácil y de patas cortas aparece de vez en cuando para contar historias del misterio. Declaraciones a los medios, siempre declaraciones, no les queda otra para permanecer en la pomada, de untar y untar.
Como a pesar de todo se mantiene la idea de lo de las setas, y que al parecer a nadie hace ascos al invento, se tendrá que soportar la decisión política de la premiada ocurrencia, a la que se le supone que tiene el respaldo de los que técnicamente saben de eso, y el sostén económico lo suficientemente sólido como para que pueda acabarse sin contratiempos. Lo que se dice un capricho.

Preocupa en demasia el silencio de los placeros, ¡pero, que podrian decir los pobrecitos!  
Apenas se lee, en las declaraciones, que en la cota del yacimiento de la Hispalis, lo aparecido será puesto en valor, y las piezas arqueológicas encontradas se custodiaran en un museo construido a tal fin, sin determinar su ubicación, dentro del solar.
Que el espacio en principio destinado a plaza de abastos se ha reducido para dar cabida a una zona de bares y tiendas. Pobrecitos los placeros. Ninguna referencia a la futura estación del Metro, y se soslaya, tal vez sin intención, el incierto futuro de las paradas de autobuses existentes. Que decir como se sube a una altura superior de seis metros, a la que llaman suaves rampas, para acceder a la azotea- botellodromo, que no deja de ser el paradigma de los inventos urbanos. Escalera de caracol.

Las desmochadas setas, que no se sabe si serán espárragos, tornados, o amanitas phalicas, junto con el hotel de los milagros, en la desafectación en alquiler, pago en espacies, no dejan de ser anécdotas en esta historia interminable de declaraciones, de mil comienzos inmediatos e inauguraciones, pero que no se escribe pues, como carta al usía, aunque se espere. A la Encarnacion de verdad no tiene quien la escriba. Ni fotovoltaicas. 
Francisco Rodríguez Estévez

-Sevilla 23-1-05

miércoles, 7 de agosto de 2013


Desde 1973

 Nadie se pudo pensar que en esta situación se permaneciera tanto tiempo, nada menos que treinta y cuatro años se cumplen con semejante anacronismo en pie, y lo que es peor, que este no será el ultimo, pues se ha iniciado el tiempo de cumplir los cinco lustros de provisionalidad para batir todas las marcas.

Con el paso de los años, el arrinconado mercado provisional de la Encarnación dejó de ser una vergüenza, pues lo que avergonzaba era tener ese magnifico solar, expropiado, y de que manera, a los vendedores, para hacer en el un mercado moderno, y no haberle encontrado el modelo como una solución a su debido tiempo.
 A muchos nos avergonzaba tanto el solar del demolido mercado, como las inhóspitas chapas del degradado reservorio, lugar impropio e inadecuado, pero a muchos más la actitud indolente mostrada durante décadas, ya que de aptitud siempre es mejor no decir nada. 

Larga espera, y lo que son las cosas, son los vendedores los que al parecer por salir de debajo de esa chapas que durante tantos años padecieron, pero que les permitió seguir desarrollando su actividad laboral de servicio publico, (los mismos que aplaudieron aquello del mercado sótano), ahora abanderan esta modernidad que, para colmo de gestión, solo le reservan a menos de la mitad de los que quedaron en ese rincón insufrible. El cainismo está servido.

Triste destino el que es de presagiar para estos vendedores supervivientes, pero lo que nadie se explica es como se llega a esa situación, que no es cosa de la noche a la mañana, ni por una sola causa. Algunos, y no son pocos piensan que todo se ha debido a la mas que notable ineptitud mostrada por tanta responsabilidad de paso, mientras otros, que no son muchos, creen que fue la indolencia de los vendedores al no exigir la justa compensación por tantos años de abandono. Con lo cual, junto a la desidia de unos creció la ineficacia de los otros, para un asunto tan aparentemente fácil, como era construir un mercado municipal de abastos en el solar expropiado a los vendedores,(a fin de que este fuera totalmente municipal), con el empaque de su singularidad y tradición, donde todos los vendedores que dejaron sus puestos en el antiguo mercado, y soportaron la incuria de la pasividad pudieran recobrar una dignidad que, aunque participaron en perderla, les fue arrebatada  por decisión municipal hace justo treinta y cuatro años.

 Una deuda histórica que lastimosamente se cancela con el pequeño reducto que, a la sombra de la caprichosa vanguardia, ha negociado a la baja unos comerciantes ávidos por salir, sin tener en cuanta donde, otros intereses, les habrán metido.

Francisco Rodríguez Estévez
 Sevilla a 5 de Septiembre de 2006  (Para primero de Octubre, dia del XXXIV aniversario)


 

lunes, 5 de agosto de 2013


De ganado

 

Parece que para obtener el sillón y su escabel, necesariamente se tiene que buscar en lugares de olvido, que llaman de vergüenza, cada cuatro años. Los aseos para firmar pactos.

Cierto es que algo deben tener aprendido donde los que tanto rendimiento sacan, en los tiempos de promesas y solidaridad, a la precaria situación en la que se encuentran, pero no viene al caso con lo de la Encarnación, que de siempre fue una constante preocupación de los politicos, evidentemente.

Hacia mucho tiempo que no aparecía una hoja al respecto, hasta que llegó este  día anunciando el “antiquarium” y, casi medio kilo más de papel  pasaron a engrosar las henchidas maletas de una débil memoria.

No se ofrecía espacio para todos los chabolistas, ni bolsa para su desalojo, que eso es siempre para el tiempo de urnas. 

En este penitencial, los distintos medios han recogido el anuncio que la responsabilidad ha realizado para la inauguración de este impresionante centro de Cultura, tiempos de la ciudad, aunque en otro tiempo no muy lejano le llamaran “cuatro piedras”, bajo lo que será un pequeño mercado, aunque en otro tiempo no muy lejano le llamaran “mercado emblemático”, así pues, solo falta esperar,  a que hable el tiempo de nuevo, para saber si eran sabias palabras, o palabras hueras, si fue un pronostico o en todo caso un vaticinio, y que llegado el día nos encontremos con la realidad que acontezca, o el chasco.

Con seguridad, sea la que sea, llegará la fecha en la que abrirá sus puertas ese compendio de modernidades, para ipso facto, abandonar definitivamente el chabolismo comercial donde los vendedores están asentados desde hace treinta y cuatro años, pero lo dejaran sin haber logrado el rendimiento que otros lograron al aprender. El chabolismo enseña.

Llegado el momento sabremos si todo tenia las patas cortas, pero nada nos cogerá de sorpresa de lo que acontezca en esta Encarnación, que al llevar tanto tiempo alojada en la provisional mentira, resulta incapaz de correr por sus desgastadas patas, y por lo tanto fácil de capturar.

 Si acaso, solo alcanza, como serpiente de verano, de campaña, a “deslizarse”, al punto de que, en un sinuoso retorcimiento, no es que le inventen leyendas inexistentes, sino que le crean el cuento de la maldición. Por llamar la atención.

De tenerla, sería la sufrida por los vendedores, por cuanto le tocó resistir en la provisionalidad, y en la gestión indolente, aunque ahora le digan preocupada.

Otra versión de la creada maleficencia acaso, la que se puede esperar le caiga a quienes ignoraron haberla defendido en los tiempos difíciles de la picota, cuando Medusa tenia dormitorio bajo la carnicería de Montada. Pero si la maldición existiera, no les quepan dudas de que algo les caerá a  todos cuantos le metieron mano, y no se las limpiaron de patraña. Menuda es la Gorgona.

Parecía que lo de la Encarnación con su disfraz de seta, de pura broma en ese carnaval permanente, arrebataría a la Alameda, ¡Ay Alameda!, ese protagonismo travestí, transgresor, de chusmas y eventos a la que de siempre fue dada, pero no. Intencionadamente la cosa es bien distinta, se trata de recuperar el próximo otoño, la perdida Feria de San Miguel, que idearon otros socios.

Feria de ganado, feria de perdidos, de encontrados, de aparecidos, de prestados y de empeñados, bestiario de animaladas, en la que están en vendernos la burra de la modernidad, llámese jamelgo desdentado, por los años, de la estación del metro, mula, por la testaruda sostenibilidad, de lo insostenible, pony, por diminuto, mercado central, también llamado emblemático, acémila, por su uso, del botellodromo, y recua, por las filas, de las vanguardias, todo el lote por 58 millones. Lo peor es que en la graja de origen certifican estos productos como “pura sangre”. ¡Que dolor!

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 15 de Marzo de 2007

Día de portadas
(Palop, acaba de marcar el empate)

sábado, 3 de agosto de 2013




 

El cuento de la estación

 

Tal es el cuento de lo que no suele, ni por asomo, aparecer por ningún lado en los medios. El famoso cuento de lo de la estación del metro en la Encarnación, esa que estaba prevista desde el principio de los tiempos y que le borraron al proyecto premiado del metropol, y es que alguna explicación debería de tener para que semejante proyecto de vanguardia, que así le llaman, con el cuento le dejaron en parasol, por cierto que al cual, además de que por olvido de las fotovoltaicas  no se aprovechará tanta energía solar  en esta “parada”, aunque el rumor que corre es porque nadie explica que se le suprimiera ese importante nudo de comunicaciones,( tal cosa fue lo que pudo escucharse en la memoria explicativa, que públicamente se le dio al jurado, definir la  importancia de esta estación como intercambiador) Un cuento con de estaciones  y resulta casi imposible que tantos ojos se les pasara inadvertida su ausencia.

Lo cierto es que, como la única estación prevista que llegará a la Encarnación será esta de la Primavera que se nos viene encima, haciendo crecer los días casi a la velocidad que crecen las enormes columnas de lo que serán las gigantescas setas previstas para sombrear esta desarbolada plaza, donde, (sin que exista duda alguna) el destino de lo que fuera su plaza de abastos, si se mantienen los actuales criterios, y no se modifican en beneficio de los damnificados vendedores que fueron expropiados, para que estos tengan garantizada  la continuidad de  esta singular actividad comercial, se lo zampará alguna boca, que no de metro, sino con mayores fauces.

Al igual que realizados los grandes números, los macroeconómicos, de vital importancia para que este mastodontico elemento fuera posible, se deberían de tener hechas las pequeñas cuentas, las que conlleva la cotidianidad  para que perviva lo emprendido, y no acabe siendo engullido, que ejemplos hay, al menos para aquellos placeros en previsible huida que aplauden las bondades inexistentes en este proyecto de mercado, como tal, absurdo e inútil por su ridículo planteamiento, sabiendo por donde puede derivar la cosa, cuando al menos, comprueben que si no se hacen estas, a lo peor, el invento tiene de antemano fecha de caducidad.

A “grosso modo”, serán tantos los gastos a soportar, que las ventas,( en competencia con la concurrencia de la oferta generada en la actualidad), en ese reducto comercial necesitarán, no solo quintuplicar el volumen, sino que complementariamente tendría que ampliar el tiempo de las jornadas laborales, (a fin de no perder las escasas posibilidades que existan de lograrlas), a unos limites físicamente fuera de los derechos obtenidos en las reivindicaciones de los trabajadores, para retrotraerlos al tiempo donde empezaron las luchas sindicales. Acaso, tengamos que andar para atrás.

Puede que después de tantos años pasados en la provisionalidad, guste soñar con irrealidades, y hacer cuentas como la lechera, pero se deberían de hacer esos números que inexplicablemente nadie hace, y al igual que para la realización de este cuestionado diseño de mercado fueron realizados,  no estaría de mas que se hicieran también, este otro, para que las cuentas le salgan, si fuera posible, a estos vendedores, tan desesperados de la provisional instalación, al menos, para que puedan resistir a duras penas, como lo han venido haciendo siempre, y se atengan a las amenazantes tragaderas del insaciable pez grande que les merodea, sin tener que esperar que esto cambie.

De nada servirán las promesas, ni las palabras, ni aquello de que eso va a misa, pues es sabido que incluso a esta le llega el tiempo ordinario, justo cuando el calor nos traiga la estación de las vacaciones. Para entonces la sombra al menos aliviará las caldeadas chapas.

Francisco Rodríguez Estevez

Sevilla a 26 de Febrero de 2007

Via cruxis del Valle

 

jueves, 1 de agosto de 2013


Dentro del laberinto

En este día que inicia Agosto apenas pasa nadie por la calle que me ofrece la enorme cristalera.  En el interior del laberinto la afluencia de público es minima, y se advierte la soledad de las vacaciones, o puede que sea hoy por causa de las explicaciones inexplicables de las distracciones de muchos millones de dinero público, el que la excelentísima tuvo a bien calificar que tal dinero no es de nadie. En la calle desértica de la puerta inexistente ni les cuento.

Se hace larga la jornada cuando no aparece la venta, pero que se puede vender cuando lo que se ofrece no lo puede ver nadie, pues la luz actúa en el cristal de las vitrinas como espejos y en lugar de perniles de la sierra norte, y chuletas de ternera blanca, si alguien mira, en su lugar observara, la terraza lavadero de la casa de la esquina, y la fronda del único árbol que queda en lo que fuera placita de salón, que la perimetraba diez sombrillas chinas.

Evidentemente no puedo coger con lazos a los pocos clientes que pasan sin detener la mirada, pero podría colocar una pequeña cortina que pudiera solucionar el problema de la luz, y acaso se fijarían en las excelencias que se muestran.

Vendría fenomenal poder colocar unas series de tubos fluorescente especiales, pero no hay manera de que lo autoricen, por aquello de una uniformidad que nunca ha existido. Lo que son las cosas, decididamente hacenloimposible, o cuando menos no ayudan.

Da tiempo para pensar en soluciones para mejorar comercialmente un espacio que empieza a degradarse tanto en los aspectos de las instalaciones, con puertas rotas que no se reponen, como donde deberían de abrirse cuando menos una automática en la travesía central para cumplir con la Ley de Accesibilidad, mejorar la luminosidad en los pasillos, como  otras cuestiones en especial las que competen a los propios placeros para discernir la competencia en lo particular, en lo comunal y lo general y diferenciar lo publico común y lo publico general.

Los aspectos comerciales y de competitividad en el sector, cosa difícil donde existe tantos años de experiencia efectiva y también obsoleta, deberían de partir de las responsabilidades, implicadas en el mejor uso y  optimización de rendimiento, por ser las que tienen, al menos eso creo, el mayor interés en que aquello se mantenga en el tiempo, cátedra aparte.

Hoy quien tiene tratamiento de ilustrísima estaba distraído en la barra del bar, no me quedo otra  para aprovechar que abordarle  una vez que se encontraba dentro del laberinto, hacerle ver entre otras cosas, que esto debe de tener una salida y que sobradamente se sabe cual es el mejor lugar para colocar la puerta automática para al menos cumplir la Ley de  la accesibilidad.

Creo que me pasé mostrándole tantas cosas por modificar, debido a la pésima realización llevada a cabo, pero lo de la puerta  como no podía ser de otro modo lo sufrió en sus carnes, pues cuando intentaba abandonar el galimatico recinto advirtió que no encontraba la salida, y precisamente donde creyó que la encontraría se dio con la puerta inexistente. Me ha dicho que transmitirá esta experiencia y todo lo que me oído a los responsables. Un correo más.

Sevilla a 1 de agosto de 2013

Francisco Rodríguez