jueves, 31 de enero de 2008

PALABRAS MEDICAS (Como las guerras)

Informe del corazón

Todos sabían que era grave la situación, que venia de largo, pero nadie se atrevió a meterle mano. Aunque hubo tiempo, las prisas llevaron al doctor a tener que tomar la más drástica de las medidas, pues ya no era cosa de andar con enemas y parches Sor Virginia, viendo el cariz que estaba tomando aquello después de siete largos años de evacuaciones.
La operación parecía inminente pero se demoraba esperando ese informe del centro neurálgico, paso a paso, y de paso conocer el transito, las paradas, las vías, visto que si fuera necesario se tendría que realizar a corazón abierto.
De que existen técnicas menos invasivas tampoco hay duda, pero son mas complicadas de llevar a la practica, a fin de cuenta el diagnostico, al menos el doctor, lo debía de tener claro, cuando dispuso,-Hay que abrir todo esto, sin que le temblara el pulso.
Una intervención de las de caballo, pues basta ver las profundas heridas para darse cuenta, a primera vista, del riesgo a la que esta sometiéndose, pues son tan evidentes que esto no admite discusión, otra cosa es que con las medidas tomadas, la mejoren.
La callada mariana tiene muy malita cara, en esta operación vital de plástica avanzada, como cura rejuvenecedora, que no va a haber ni quien la conozca.
Cuesta comprender, aparte de los emolumentos, que, si estuvo hasta la fecha en una situación “controlable por un pequeño y selecto grupo”, imagino de especialistas cualificados, que se haya cambiado al grupo, por otro que adquiere experiencia a pasos agigantados, cuando no se cambia el tratamiento.
No seré quien contradiga al galeno en su diagnostico, pero al menos que se me explique, como que no sé para que quiere llevarla a toda costa “al sueño”, seguramente inducido, como el coma, si advierte “que sestea en el sopor que le entró hace muchos años”, de cuando el evento.
El doctor tiene su criterio, y como no esta la cosa para una segunda opinión, con la urna en la puerta, uno sana, dos te mata, tres te remata, al menos puede compartirse “que esto no está como antes”, aunque puede discutirse aquello de que “se le ha puesto fin al vuelva usted mañana”, es de suponer que a recoger las recetas. Mañana, es hoy.
Dice mi amigo Miguel, que la atención de un relato está en los primeros párrafos, estos los he sacado de un tostón propagandístico, pero tiene el interés de algo en lo que estoy totalmente de acuerdo, pues se reafirma en eso que no debemos de olvidar, ni para bien, ni para mal, pues los sesenta y ocho millones de euros son suficientes razones para que no caiga en el olvido, de que toda la responsabilidad, en esto de la modernidad “del puerta, puerto, plaza, mercado, estación, y aeropuerto”, y aunque se le olvidara, museo, restauran, botellodromo, azotea, y la energía solar, en esto de la Encarnación, es totalmente del autor de la proclama sanatoria. Así se desprende del informe del corazón, tras la prueba de la anestesia.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 11 de Agosto de 2006

IDENTIFICACIONES (para no ser reconocido)

Anónimos con la primera



Apócrifo y autentico; apolítico y adscrito; ateo y ad latere; agnóstico y abducido; aburrido y ameno; acatador y acallado; aliado y adverso; abanderado y a bandazo; a esta es y a la próxima; amanitico y amado; a contramano y a mano; Alameda y ay dolor; álamo negro y álamo blanco; antagonista y amigo; a babor y a estribor; acrata y advenedizo; aladino y anodino; adalid y aguantando; arqueólogo y atónito; arriba y abajo; abecé y a veces; avefría y ave fénix, alianza y andalecio, alibabá y al lobo no tememos; alienígena y antropólogo; a con asas y Atanasio, a la playa y al monte; aliquindoi y alicaído; amilanados y atentos; al socaire y al pairo; acebuche y hace buche; a pelo y al pelo, abogado y afiliado; al dorso y al vuelta de pagina; abreviado y alargado; acelerado y al paso; apretado y aflojado; a por todas y a por uvas; a porta gayola y al quite; a oscuras y a solas; a todos y a todas, para que no quede ningún ciudadano, ni ciudadana, de esta ciudad noble, leal, heroica, invicta, mariana, callada y soñadora , excluido ni excluida, para que su acomodo elija, en la muestra de seudónimos que ofrezco con la primera letra del alfabeto, la a , de Andalucía, de andar, de avanzar, de alcanzar para que lo utilicéis con el fin de salvaguardar vuestra identidad, si es que a bien tenéis, con esta oculta, expresar lo que pensáis de lo de la Encarnación y sus setas, que tan poquito interesa a ciudadanos y ciudadanas de nuestra ciudadanía, a tenor de que solo se protesta en la privacidad de la barra del bar, y mirando por si acaso alrededor.

Pero nada es de extrañas a estas alturas, donde tan solo queda la claudicante frase de

“ que lamentablemente esto solo pasa aquí” pues ciertamente, si los ciudadanos y ciudadanas, estuvieran tan comprometidos y comprometidas, como los de cualquier otra, no habría duda de que hubieran mandado al respecto tal cantidad de cartas autógrafas, también con a, como alcalde, Alfredo, y adiós, como para empapelar el arquillo del Ayuntamiento y con las que sobren el anden y los aledaños.

Para el próximo día con la B.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 10 de Julio de 2006

miércoles, 30 de enero de 2008

Cuando el poder quiere

Poder, querer, y querer poder

Si querer es poder, resulta evidente que, en tanto tiempo transcurrido, si se hubiera querido, se hubiera podido. Una conclusión para pensar, sin encontrar la explicación por lo sucedido durante treinta y cinco años en esto de lo de la Encarnación, cuando los vendedores de la arrinconada plaza de abastos permanecen impávidos, en esa provisionalidad calificada de vergüenza, de la que dicen querer salir y no lo hicieron a lo largo de tantos años, irremediablemente tuvo que ser, por que no quisieron.
Lo mismo, que no es igual salir a tiempo y en forma, que hacerlo con urgencias ajenas de otros intereses, puede deducirse, en este caso, que todo nos lleva a la lamentable máxima de solo quien puede quiere, y quien quiere, no tiene otra que conformarse.
Cuando a los treinta y cinco años, embelesados en la pasividad, esperando y desesperando por contratiempos y parones de un futuro prometido, ante la laxitud contrastada de estos damnificados, no eran ellos, si no otros, los llamados ha hacerlo realidad. Y mira por donde, resulta que no por temido, ante lo que parecía una salida inminente ahora se le anuncia dos añitos más de demora a esta Encarnación de instalación provisional, mercado efímero realizado en tubulares y chapa, pero con una solidez duradera, del que los vendedores no cejaron de expresar sus deseos por querer salir de esa anacrónica estructura. Tal vez fuera debido a que su querer, fue un querer desganado, casi sin consistencia por lo cual hacía imposible que pudieran hacerlo.
Es el poder el que decide, el poder quiere, y decide que, ahora que pueden, quieren que salgan.
Para ello ofrece una salida, aprovechando el deseo, en la desesperación para el abandono de una provisionalidad abandonada, donde nadie se preocupó de su conservación, mantenimiento, remozamiento y mejoramiento, con lo cual se facilitó un deterioro lógico creando una decrepitud que invita a la huida de los clientes y a la forzada fuga de muchos de los cansados comerciantes que, victimas de la apatía, de la indolencia galopante, fueron incapaces de aguantar.
Los latentes temores de una evacuación atropellada hacia lo desconocido, no se hacen notar e impertérritos dejan pasar los días que le acercan al final que pueden querer, como si poder quisieran que todo acabe. De lo que no cabe duda es que lo conseguirán
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 30 de Enero de 20008

martes, 29 de enero de 2008

MORDER, O TRAGAR

En la boca

La Naturaleza fue generosa, gracias a la buena genética que mis procreadores me aportaron. No tendría ninguna queja, ni motivos para hacerlo, salvo por la debilidad del marfil que me dejaron de herencia. Un cuidado extremo, por consejo medico, me permitió desde los veinte años conservar una precaria dentadura, a la que le faltaban tantas piezas, como la irracional conducta medica de la seguridad social que entre los años 60 y 67, cada dolor de muelas, cada problema bucal era solucionado con una extracción, al punto de que si no hubiera acudido a la sanidad privada desde hace muchos años hubiera tenido una prótesis con engorrosos pegamentos.
Fue a partir de los veinte años cuando los empastes empezaron a recuperar las debilidades ebúrneas, de un frágil esmalte y con ayuda de diferentes prótesis esqueléticas, con enganches fijados en piezas relativamente sanas la cosa fue tirando, hasta que unos de los enganches vinieron a producir una sujeción imposible. Durantes muchos años, varias prótesis metálicas no dieron solucion suficiente, y la articulación, al masticar sin estos artilugios, cada vez de mayor tamaño y cada vez mas difícil de portar, y soportar por la falta de adaptación y la enorme fatiga producida, al punto que, las distintas presiones en la masticación forzaban a un trabajo en desequilibrio de las escasas piezas, con la consecuencia, de nuevas e irreparables perdidas.
El estomatólogo, amigo, me ha aconsejado que la solución pasa por implantar algunas piezas, pues difícilmente, conociendo el estado de los huesos y al paciente, cree que una recuperación en su totalidad, tiene poca viabilidad. Lo malo es que el no realiza estas intervenciones.
Durante un tiempo he consultado en distintas clínicas, todas de contrastada profesionalidad médica, de hecho algunos de estos especialistas ejercen en la sanidad publica, pero ahora viene lo peor que es el precio de esta intervención, que sobrepasa de manera desmesurada la que puede soportar una economía apretada.
Ni que decir tiene que este servicio de vital importancia no tiene cobertura en la seguridad social, la misma, que tantas piezas retiraba tan alegremente cuando era un adolescente.
Esta reflexión me lleva a pensar, como este servicio público puede dejar sin atender a tantos pacientes. No quisiera hacer comparaciones con otros tratamientos e intervenciones, que no dejaran de ser importantes, pero si la boca es la entrada de muchas patologías, la masticación fundamental, y la alimentación básica, para una buena salud, tendré que, en la madurez de un retiro próximo, solicitar un crédito, y contratar un seguro de vida que avale a este, e hipotecar parte de una pensión mínima, para poder masticar las diferentes texturas de las comidas y alimentarme sin las restricciones que la falta de piezas causa, no solo en el organismo, cuerpo y mente, sino en el carácter, aunque sea posible que solo me quede para comer sopa de sobre después de tragarme las setas, o chupar los alcauciles, como el mamón, su dedo.
Invito a las fuerzas políticas que estudien a la mayor brevedad, la incorporación sanitaria de este fundamental servicio, si es que se quieren realizar políticas modernas, de vanguardia, y solidarias para mejorar la salud de tantos pacientes, que posiblemente con los años, presente otras patologías como consecuencia de esta grave deficiencia, que con alta calificación y eficacia, como los emolumentos, la sanidad privada nos ofrece.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 28 de Enero de 2008

domingo, 27 de enero de 2008

RATERIAS

En pleno centro

A menos que la imagen captada fuera un montaje, la foto demostraba, inequívocamente, que la rata se encontraba en la Encarnación cuando fue abatida.
Allí mismo, en pleno centro, justo en el lugar que destinaron para concentrar la larga fila de contenedores para las basuras, donde, encontrando la comida facil, bien que alcanzó un tamaño desmesurado, se diría enorme.
Pero definitivamente se le acabaron sus correrías de prisa nerviosa, y sustos inesperados para los paseantes distraídos que, mirando aquello de las setas, o alcauciles, horrorizados, se topaban con su presencia.
Detenida en el tiempo, por la cámara, el ciclópeo fondo de una mole gris, revela una escasa actividad en esta cuesta de Enero, que mas parece cuesta de hormigón, cuando, en plena crisis del sector de la construcción, esta coincide justo con el inicio de obras para la estación del metro, (aprovechando el paron), nuevo paron, en esta ocasión por seguridad, que sufre, (como los vendedores afectados), eso del parasol, que llaman metropol, si es que la línea trazada se hace realidad, y mientras tanto, al menos, pensar que puede llegar algún día el tranvía. A ser posible, antes que fenezca por causas naturales (la falta de clientes), cosa que es de temer, pues tiene diagnostico de gestacion larga.
Es, esta Encarnación de Sevilla, de vanguardia, moderna, en nueva encarnadura, (según lo del concurso), la que le pondrá la sinergia, al grave asunto de un decadente sector comercial, donde los vendedores del pequeño mercado de abastos, bastante milagro tendrán que hacer con esa estructura de diseño, para aguantar, y evitar su desaparición.
Es la misma Encarnación, y a la vez diferente, de cuando, en sus siete vidas de gatos, Emblematico y Peligro, se disputaban el dominio del solar, (como si fuera responsabilidad de animales), en la que perdieron las suyas, como se perdieron los aparcamientos para residentes, rotatorios, y en superficie. Es en esa Encarnación, donde se ha podido verificar que la rata ha muerto por las dentelladas de un perro fiel que acompañaba en su perra vida a su dueño.
Es esa Encarnación, centro del centro, que siendo parte del Imperio desaparece, como la media Luna del menguante, y acaba en cruz, y en cuadro de desolación de centro anticomercial, que acoge a cuantos carecen de techo, para que en sueños de tetra brik viajen a galaxias siderales fijando en las retina su paisaje, antes de que el coma, sin probar bocado, se lo lleve, esa Encarnación, que enfría la sangre de tiriteras alucinantes para que el holocausto de hambre arda, como un bonzo, sin que nos lleve a la reflexión de las prioridades, si el ser humano muere, como la rata, a su sombra.
Alargada sombra, de paraguas plegado, como ciprés, como cerrado alcaucil, como capullo de rosa, en la que el agónico comercio pasa los días practicando en su carne el harakiri, para cuando le llegue su turno, si es que no le salva antes la jubilación, eludiendo hacer hilo con los aires del fiel perro, para no acabar en sus fauces, como la rata muerta, en una dentellada de innato instinto.
Era una rata de alcantarilla, desubicada por su glotonería, que posiblemente tuviera de madriguera alguno de los comercios cerrados, y casas vacías sin inquilinos, sin dueños, aparentemente muertas, cebándolas en el sueño de la espera hasta que engorden a reventar, que rodean este círculo central, onfalo caprichoso, a la que el destino le puso final en este año ocho, que es el de las ratas, para los chinos.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 26 de Enero de 2008

viernes, 25 de enero de 2008

Ochenta años

Obrero

Buscando paredes en alquiler, que devoraban sus esfuerzos, lograron hacerlas hogares que el tiempo deterioró como la vida, y huyendo de los puntales de ruinas, buscando el refugio, como dolorosas de puñal traspasado, entre bombas y cañones, y leones venerados, en la cañada de sangre, campamento de soldados, se atrevieron, siendo viejas, luchar, por tanto pasado, que ocuparon casa nueva donde a casitas jugaron, y por derecho encontrar, para ser reconocidas, abuelas de San Bernardo, y merecer, sin sobresaltos, disfrutar de la conquista, como hiciera el Rey Santo.
Duro tiempo en el que el obrero bebe para olvidar el dolor producido en los músculos por jornadas interminables, y el desgaste que cada noche supone recontar las miserias conseguidas, que apenas alcanza, para pagar un cubiculo entre esterones, más, su cansancio, no le aleja de una razón procreadora. Obrerito que llega al mundo, te guarde Dios.
Pero la miseria de esa o, de obrero, encuentra en “la pintada”, el acomodo de un retiro hasta la fecha imposible, justo cuando la Encarnación se hace centenaria.
Obrero y torero, no se retiran, ni dejan de serlo, son como estigmas de una identidad de cuna en solidaridad con su estatus, gente de barrio sin subvenciones, pues estas, se pierden por los camino del silencio. Refugio en San Bernardo, de las abuelas su burladero, en la Trinidad, misterio, casa de baños, en Retiro Obrero, hogar de los abuelos.
Tal como si ocho décadas no hubieran pasado, ocho de la Encarnación subvencionada por las cosas del silencio, que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, todo acaba por descubrirse.
O de obrero, O de Ollero, el retiro quiere rendir tributo y homenaje a su mentor, para ponerle nombre al gran desconocido, en uno de esos edificios por él construido, ahora destruido por urgencias de una o ociosa, o de oportunista, inicia una lucha para que sean restituidos en su integridad a quienes pertenece, y una vez que sean recuperados, recuerde a quien tanta oportunidad de vivienda digna, ofreció para obreros necesitados de ella, y se comprometieron para poner fin a un sueño, haciéndolo posible. Un barrio ciudad en extramuros, con todos los servicios integrados, una verdadera vanguardia del momento, guardería, asistencia medica, escuelas, biblioteca, iglesia y piscinas. Una nueva ciudad en la ciudad, expandiendo una ciudad encorsetada.
Fue una idea de la privilegiada mente de su promotor, el gran desconocido, por voluntad propia, libre de la sospecha de la especulación, que supo encontrar su formula en el embrión de seguridad social, con S, de Sevilla, para que los obreros, sin más filiación que su palabra, ni mas flores que su trabajo, pudieran hacerla realidad. En la Encarnación, el mercado abastece las necesidades de la ciudad, pero aparece la primera idea de derribarle.¡1920!.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 24 de Enero de 2008

martes, 22 de enero de 2008

Y aun falta la sentencia

Del ayer, hasta hoy

Solo cuando se rebasó los cuarenta se puede tener memoria de aquello. Y aunque no inspirara la historia interminable, por increíble que pueda parecer, esta es una historia increíble y de momento inacabada.
Para los que no conocieron ni la plaza, ni lo acontecido, en este largo periodo en que permaneció no más como un solar, un increíble solar en pleno centro de la ciudad, del que todos sentíamos una vergüenza contenida, de comentario al paso, viéndole años tras años, y de vergüenza ajena, de barra de bar, por la actitud de cuantos políticos sentaron, poco mas del final de la espalda, en los asientos de plenos, no dejará de ser algo pretérito, y no pueden imaginar que hubo en todo aquello.
Muchas intenciones se tuvieron, pero sin ganas, de resolver una situación, a la que llenaron de complicaciones, de espurios intereses, en lugar de aplicar la lógica de un sentido común, a nada que se buscara en los motivos de una expropiación realizada por un régimen autoritario que había finalizado.
Una larga cadena de proyectos, algunos con firma de altos emolumentos, vinieron a engrosar un expediente del que pocas noticias existen. Resultaba raro que todos priorizaban que la plaza de abastos estuviera en dos plantas, cuando menos en los sótanos, pero no crean que esto les importaba a los callados, temerosos, y obedientes vendedores del mercado, cuando la suya era salir. Salir de una provisionalidad, para volver a su mercado recuperado, ignorando, se diría que intencionadamente, que suerte le esperaba, mal en los sótanos, tal como una fracasada galería alimentaría de las que ya se tenían ejemplos, peor en dos plantas, con idénticos antecedentes.
En otro punto vital en todos los estudios, era sin duda, dotarle de un gran aparcamiento rotatorio.
Con estas llegamos a tiempo reciente, cuando la alianza, bastón por metro, que como sabéis no es una medida fiable.
Había llegado el momento de sacar del cajón del olvido a la Encarnación, que después de de lo del Olímpico, se convirtió en baza de un juego de cartas, julepe en pareja, tute subastado, en la que no cabía el renuncio.
Y así empezó lo de la rampa a ninguna parte del gran aparcamiento, la primera piedra, sin proyecto, y proyecto sin arquitecto, excavación sin metodología, tala de acacias, adjudicación de obras, colocación de la placa armada a 24 metros de profundidad en todo su perímetro, nombramiento del arquitecto, proyecto sotano, cambio de arqueólogos, se pierde la madrassa, aparece la fuente de cerámica (todos a la foto), aparece la famosa frase de “esto no hay quien lo pare”, la del mimo, y la de emblematico, y va, y se para, Encarnación de parones. Hasta tres veces el aprobado el proyecto del aparcamiento, con el modificado de mercado en superficie, lleno de escalinatas y laminas de agua, para mandarlo al garete. Y no passsssssa ná.
Ciento cincuenta pilotes desubican al pasado, antes que las impresionantes zapatas, de hormigón armado se encarguen del resto.
Llega el concurso, un concurso de ideas a nivel mundial, no se sabe cuantas universidades fueron informadas, pero por algún motivo su participación resultó escasa. Las bases, extrañas en su lectura, peor en su ambigua comprensión, aparece la primera mutilación de vendedores, se fija en cincuenta y cinco, se lee claramente 18 carnicerías, se aprueba el proyecto mas osado y no el más respetuoso, por un jurado de prestigio tan internacional que ni conocían de visita el lugar, cuando en lo publico la osadía no es virtud, ni puede prevalecer, mas si es en detrimento de un casco histórico protegido, luz verde en patrimonio, es desenterrada la Gorgona Medusa, la Consejera visita el yacimiento y los placeros aleccionados, la increpan, con lo de las cuatro piedras, se realiza el peinado eléctrico, aun se conserva la basílica paleocristiana con todo lo que le pasa por lo alto, por suerte que aparece el perdido Peri-C7, se modifican las alineaciones medievales, no se concluye la excavación arqueológica, se retira del in situ, todo lo que se ha podido salvar, se convoca nuevo concurso de adjudicatario de obra, se ignora la cuantificación del trabajo realizado a pesar de que pp. e iu, reclamaron un seguimiento del gasto, cosa que no gustó a los placeros que acudieron en manifestación guiada, se construyen una cimentación calificad de agresiva, se pone la primera cubiertas de unas umbrelas, y el tiempo dice, que el material era inadecuado.
Y aun nos falta lo de los locales, la desafectacion del edificio municipal, el botellodromo azotea, el planetarium, la estación del metro que se iba a iniciar hace un mes, la parada del tranvía, el mercado dedalito, que incumple el reglamento municipal de mercados, las declaraciones de las Isabeles, lo de las columnitas, la demora, las penalizaciones, la provisionalidad, la fuente que estuvo a punto de desaparecer, las indemnizaciones, la reducción de puestos, los treinta y seis años, la explotación del adjudicatario, los ignotos costos de mantenimiento, el retrato del hombre romano de la Encarnación, lo de la encarnadura, el pacto, y la Alameda ¡Ay Alameda!, y así cuento hasta noventa capítulos mas de esta historia para no dormir, en esta ciudad de los sueños.
Francisco Rodríguez Estévez
22 de Enero de 2008

lunes, 21 de enero de 2008

Pasos de misterios, ¡Ay, Alameda!

La Trinidad, paso a paso

Suele pasar frecuentemente, que la vacua palabra de la responsabilidad no está sincronizada con la pauta burocrática, al menos, cuando aquella emplea el clásico “déjalo de mi cuenta”, con la que trata de “igualar”, lo que llaman desigualdades. Pues, no es lo mismo trabajo, que “trabajadera”, ni tragar que tragaderas.
A las trágalas es arrancado un compromiso, que (supuestamente) contraído, puede ser interpretado como que, además de que por fin aquella ha quedado enterada, existe ahora una sensibilidad solidaria, generalmente mostrada en crucial momento, para la causa expuesta, más cuando expresa abiertamente su adhesión, y despotrica contra los elementos perturbadores, a los que sin pudor califica duramente, para regocijo de la pequeña representatividad (de lo que se ha venido a llamar, colectivo, asociación, mesa, salvemos, plataforma), al oírle. “Todos por igual”
Así salen, de la reunión confortadora, imaginando un “está con nosotros” ilusionador, como un halo de esperanza, para aguardar con cierta tranquilidad que el asunto se resuelva favorablemente. Aquí, paz, y luego gloria, ¡Esta es!
Pero la cronometrica de los plazos no se detiene, no admite atrasos, y el vigilante desde la atalaya, en lugar de lanzarse al agua, si fuera de playa, lanzó un flotador pinchado. Izquierda atrás.
La plataforma Salvemos la Fabrica de Vidrio de La Trinidad, sufre en sus carnes, tal como carnes de una descarnada Encarnación, la incomprensión de los misterios. Siempre de frente.
La salvaguarda garantizada, para conservarla siendo una, que son tres, tres naves de la historia, tres carabelas a la conquista del pasado, tres naves para el futuro, tres naves a las que embarcar para no perder los destinos, está visto que no es suficiente cuando se tiene la incertidumbre de que no haya recibido la hoja de ruta con las indicaciones prometidas. Ahí quedó.
La plataforma salvemos la Fabrica de Vidrio de la Trinidad, teme, con las carnes abiertas, como las carnes de otra Encarnación, que no solo en cuestiones patrimoniales y culturales se anda cortito, en especial, cuando los misterios solo se entienden, como pasos, Ahí andamos, paso a paso, queriendo pensar que los misterios son inescrutable, a menos que se reinterpreten, para quedar como una mera especulación. Las tulipas talladas encierran la luz en los misterios.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 20 de Enero de 2008

domingo, 20 de enero de 2008

La energia olvidada

Campaña de setas

Ocurrió cuando llegó por aquellas tierras el solsticio de invierno, justo el día en la que en esta se prepara la Navidad esperando que la suerte ruede para que el azar cambie la vida de sus elegidos.
Era el día previsto, sin aplazamientos (como los de la Encarnación), en el que quedó inaugurado el gran casino de Macao, ciudad del juego, donde este está permitido y que alberga varias decenas de estos establecimientos. Dos años, (tantos como la demora que acumula lo de la Encarnación), dicen que han tardado en hacer este edificio monstruoso, (por no decir colosal), debido a que genera la perniciosa ludopatía. Era evidente que, donde hay tanto en juego, nada quedara para la improvisación y menos, en manos del caprichoso azar, por lo que los plazos previstos se cumplieron con exactitud, no sin cobrarse varias victimas, seguramente, por aquello de la velocidad antes que la seguridad.
El gigantismo de esta construccion de fungiforme estilo,(como lo de la Encarnación), nos hace pensar en esa moda hongo de arquitectura globalizada, donde la clonación de setas, champiñones y phaloides, aparecen como la vanguardia de una modernidad, que acaso estuviera inspirada, como lo de la Encarnación, en las higueras (Ficus) de San Pedro, pero mas parece que este hongo asiático “supermegaguay” por la magnitud de su volumetría, que se diría que su idea hongo le vino, al ocurrente, del cielo, como regalito de un Enola Gay, que no es un saludo mariquita.
El revestimiento utilizado para esta catedral del juego, (que no es de madera como lo de la Encarnación), dice la información, que fue minuciosamente estudiado y por tanto se tuvieron en cuenta todos los factores de riesgo, por lo cual se decidieron por el vidrio reforzado con calentura, que no es que el soplador de la Trinidad tuviera cuarenta de fiebre, ni que eso fuera algo que hay que desfogar como fiebre del sábado noche en el botellodromo, si no un método de fabricación.
Para el soporte, una complicada estructura, teniendo en cuenta que la superficie es cinco veces mayor que lo de la Encarnación, y su altura más que considerable, al no tener edificio del siglo XVI que por su protección se lo impidiera, está realizada en aleación de aluminio.
Llama la atención que, donde tanto dinero corre, han instalado para el ahorro, por el gran consumo eléctrico, los convenientes acumuladores de energía solar que recogen los paneles al efecto, y eso en lo de la Encarnación parece que no han caído en la cuenta, pues lo que cuenta, es que sin prisas, pero sin pausa, haciendo las cosas despacio, y bien, bien por seguridad, bien por lo despacio que vino la noticia, (dos años de demora acumulada), de lo de la cubierta desplomada, de similares características, a la que por lo generado no se instala, como tampoco las celulas fotovoltaicas, en esta Encarnación a la que llamaron de las urgencias. Pero eso fue, en la última campaña, y, hace tanto.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 12 de Enero de 2008

sábado, 19 de enero de 2008

La referencia catalana

Seguir durmiendo



El sueño es un tiempo de descanso necesario para reponer las fuerzas, pero el rico vocabulario castellano también acepta que sea un vehemente deseo, un anhelo por conseguir, un objetivo a cumplir, algo por lograr, una meta que nos imponemos para seguir insistiendo con la esperanza de que algún día se nos haga realidad.

Todos soñamos con que alguna vez nos toque el euro millón, pero solo conseguimos el reintegro que nos hace salir de el cada semana para volver a intentarlo.

La Encarnación no tiene ese sueño de ilusiones, le construyen uno, y además equivocado porque es un sueño político, cuando debería ser un sueño consciente del ideal que se tiene como referencia, y no las fantasías animadas de ayer y hoy, de gnomos y setas. A veces pienso en los clientes del restaurant por las nubes, cuando se recaliente las chapas. En el botellodromo de la azotea oliendo a amoniaco. En el candado del cinturón de la pequeña Julia, para preservarle su virginidad. Y en emblemático dedalitos. Tal vez sea el efecto de aquellos que soñamos sin dormirnos en la narcosis de las setas, los que despiertos soñamos con emblemáticos mercados, y para nada en iconos, y menos aún con epatantes cubiertas.

Internet, ofrece la posibilidad de ver el mundo sin salir de casa, con lo cual fácilmente pueden advertir las diferencias entre lo que se ofrece como icono municipal en esta ciudad, y lo que en Barcelona y Valencia, son funcionales iconos, referentes indispensables para sus visitantes.

La pagina Web de la Boqueria, es un sueño hecho realidad para cualquier comerciante de mercado, lo mismo que la del Mercado Central de Valencia, entren en ellas y deléitense recorriendo en un paseo virtual por dos mercados emblemáticos.

La Encarnación no tiene Web, y la del concurso la descolgaron, tal vez si entran en Pergola, encuentren un reportaje grafico y un comentario, sin comentario.

Pero si lo prefieren, busquen Mercado de Santa Caterina de Barcelona, y se les caeran los palos del sombrajo champiñonero de vergüenza, su visita bastará para saber como se miman a las tradicionales plazas de abastos en esa Cataluña, que al parecer, tan solo nos sirve de ejemplo para el estatú, bien, gracias, ¿y tu?,-pues soñando, - ¡ea!, Pues hijo que descanses.

Francisco Rodríguez Estévez
-Sevilla 20 de Junio de 2006-

viernes, 18 de enero de 2008

Un silencio con incentivos

La verdad del toreo
Cierto es, y por eso es de temer, que, al igual que el tiempo habla, la verdad, siempre se cobra su venganza, cuando no se la ha tenido en cuenta.
Por eso, sería para temblar, si en esta Encarnación, plaza que fuera de toros, caballos y caballeros, antes que tomara nombre la de abastos, y ahora “eso”, en la que el tiempo nos ha dicho todo lo que hay, lo que ha habido, y lo que habrá, ocurra que si por no echarle cuenta a la verdad, esta tiene, en las setas, preparada su venganza de por vida.
Y no valdrán para entonces los lamentos de lo que pudo ser, y no ha sido, pues llegaran más que tarde los duelos y quebrantos, a ser posibles de ibérico, y serán tan inútiles, como el silencio. Silencio, al portador. Changue, Exchange. Suerte de cambios, cambios de suerte, suerte del toreo. Silencio.
En los cajones de muerte, encerrada está la fiera, y en el destino la suerte, en los pitones, chequeras, en que manos el poder de cortar sus dos orejas.
Toreo de salon, banderillas de pasillo, corrida de alcoba, suerte de recibir, suerte contraria y la plaza boca abajo. De nuevo el silencio.
Es, por larga experiencia, que cuando la responsabilidad publica concede algo, de las mil cosas que se le solicitan, que se le piden con mil firmas, como mil pañuelos, esto no ha sido fruto de la casualidad, ni por que se haya metido un chute en vena de sentido común, menos, por haber inhalado el prodigioso aroma del saber atender, cuando logra alcanzar el éxtasis con la borrachera de multitud. Nada más lejos.
Cuando accede a conferir la gracia, el favor de ese “algo” que se le demanda, se le solicita, (cosa harto difícil incluso después de múltiples valoraciones a la que la someten), solo es posible si en los estudios realizados encuentran el rédito conveniente. Favor, con favor se paga.
Este dispar interés, generalmente, depende de factores indeterminados. Que embista el toro.
Con el logro, se consigue poner la sordina en los clarines que cambian las suertes, y el morlaco de los miedos, a nada, se distrae con el sonido de las campanillas que dejan oír las nerviosas mulillas tras la puerta de arrastre. Silencio en la plaza.
Con la femoral por fuente, el cheque es solo migajas, para tapar el boquete por donde tanto se escapa. Silencio en la plaza.
El premio, la ayuda recibida, fideliza con un lazo invisible. La afición acalla la posible crispación, que en ciertos momentos, puedan enrarecer el buen tono alcanzado donde nadie conoce a nadie. Nadie regala nada. Con buen criterio, ante la petición mayoritaria, y de acuerdo con el reglamento, sobre el rojo repostero de deja ver el pañuelo. El anestesista, lo tiene todo preparado para que el doctor pueda intervenir.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 17 de Enero de 2008
(Algo darán por el silencio)

lunes, 14 de enero de 2008

Un contratiempo, a tiempo

El bien y el mal

Es sabido dicho “que no hay mal, que por bien no venga”, motivo suficiente para pensar que a lo de la Encarnación puede ser que le venga bien esto, que no es del “todo” tan malo, si sirve para la reflexión.
Por eso, en este etapatico asunto, mal, que se pare, bien, si rectifican. Bien, cumpliéndose las normas, obligaciones, medidas, reglamentos, ordenanzas, y Leyes, mal, si estas se soslayan.
Bien si se alcanza la reacción, mal, si persiste el sonambulismo.
Bien, si aquello se incrementa un con gran museo, mejor que un aparcamiento, mal, si perdido del “in situ” mucho de todo lo que nos guardaba sus entrañas, peor, cuando aun permanece enterrada la iglesia paleocristiana, al entender de los que saben, la mayor joya.
Bien, recuperar un espacio público, plaza sombreada, mejor, con los benefactores efectos de naranjos y magnolios, mal, que esta sea en altura, privatizada y dura, peor, con metálica y plastificada umbría, sustrayendo el calido sol de invierno.
Bien, que después de tantos años de abandono el vacío sea recuperado, mejor si el mercado actúa como sinergia, mal, que se haya esperando tanto tiempo para semejante propuesta, peor, si tienen que crearse nuevos locales de negocios, cuando es una zona (Francos, Álvarez Quintero, Lineros, Rivero, Regina) donde, solo el caminar, no invita al negocio.
Bien, si se llega a construir esa estación para el metro, mejor, si llega tambien el tranvía, mal, si esto no se acomete de inmediato, peor, si suprimen las paradas de autobuses. Bien, si se recuperan las alineaciones, mejor con su genuina anchura, que permita el escaso estacionamiento en superficie, mal si mientras tanto no se realizan aparcamientos, peor, si creando desigualdades, solo se le permite el acceso a aquellos que dispongan de una economía como para adquirir una plaza de garaje.
Bien, que se diga que se está construyendo un mercado imposible, peor que se le llame de vanguardia, del siglo XXI, mal, disponiendo de espacio, hacerlo para cuarenta vendedores, cuando se duplica en numero los que resisten en la provisionalidad de 36 años, cuando se acabe, peor, no incluir a los nuevos negocios, locales financiadores, en integridad con el edificio al objeto de reducir costos y ampliar la oferta.
Bien, si se cambia el revestimiento de madera recubierto de poliéster, mejor, si la posible multa se acompaña con un reenvío directo a Finlandia, mal, si se vuelven a olvidar las celulas fotovoltaicas, peor, si desde la responsabilidad no se le hace llegar las indicaciones para evitar nuevos modificados, y por consiguiente nuevos parones.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 14 de Enero de 2008

jueves, 10 de enero de 2008

El acaloñamiento de dos años

Responsabiliflautico

Vuelvo a tomar la palabra acaloñar, que dice mi diccionario que significa calumniar, pero tambien significa pedir responsabilidades. En que quedamos.¿ Que podría interpretarse si se escribe que hay que acaloñar a los responsables del perno flojo, acaso que se le está calumniando?¿ Sería una calumnia que lo de la Encarnación no acaloña por miedo a las represalias?¿ Estaría correcto que se acaloñara por la utilización, si se realiza, del revestimiento de poliéster?¿ Se acaloña, pidiendo responsabilidad? o se calumnia.
No sabía que pensar,( al leer lo del perno flojo), de los eficaces y preparados funcionarios del cuerpo de extinción de incendios. No daba crédito al ver lo que ofrecía el reportaje televisivo, en esa actuación de urgencias, si todo el acaloñamiento de la causa recaía en un perno flojo.
Durante los minutos que se ofrecieron de la actuación, pensaba en el despliegue operativo; en el supuesto; de que de inflamara el revestimiento de polierutano en la cubierta de esa Encarnación de testudínea marcha,( incapaz de acaloñar la circunstancia del retraso cuando teme represalias), que en combustión lenta, le invadieran de gases venenosos, y negro humo, el ambiente del botellodromo, mientras llega esa escalera que no alcanza el foco de combustión, que se encuentra localizado en el capialzo micologico, justo en la punta del cimborrio, por que resulte corta.
Y no es que se tratara de llegar ni tan siquiera a la mitad del gran pepino, ni tampoco que la escala fuera para encender la candelería de cola.
En la imagen, se pide un palo. El palo la sujeta hasta que cede el alambre, y se alcanza la altura que se precisa.
Mientras, con una pica, se levanta la guirnalda lumínica, (instalada para el solsticio que tuvo lugar dos semanas antes, y que se reutiliza manteniéndola para la Epifanía), y a la cual se le aflojó el acaloñado perno, facilitando que el gran reloj que marca los tiempos de fantasía pueda pasar triunfante bajo ella, por lo que el retraso originado, sería injusto pensar, que alcanzara al record, que por seguridad, se le ha establecido a lo de la Encarnación. Y todo por un perno flojo. Afortunadamente no pasó nada, pero ante el peligro, no se puede improvisar, pues este siempre se toma sus represalias, y pasa lo que pasa. Pasan los Reyes. Pasará la cuesta, carnaval, elecciones, pregón, Pasión y la Macarena. Pasará la feria, el Corpus, el Rocío, pasa la primavera. Pasa la vida, pasará el verano, pase misí, pase misá, pasa todo, y no passsssssa ná. Pasaran los Santos, los difuntos, y pasará otra Navidad, y aun faltará una año de eterna provisionalidad,¡ y que a esto de las setas no se pueda acaloñar.!
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 9 de Noviembre de 2008

miércoles, 9 de enero de 2008

El silencio de los placeros (Por seguridad)

Seguro, inequívoco y convincente

Resulta ciertamente absurdo, a estas alturas, temer represalias. ¿O, no? Acerca de la noticia de la demora de lo de la Encarnación, los medios tratan de conseguir una información, un parecer de los damnificados, pero solo encontraron el silencio de los placeros. La seguridad del silencio es inequívocamente un convincente seguro a las represalias, extraña actitud por los miedos, cuando creíamos que todo había cambiado, si todo sigue igual, y además no se explica.
El importante retraso que se anuncia para lo de la Encarnación, se justifica en esta ocasión por motivos de seguridad, lo que no deja de ser un argumento poco consistente en estos plazos de la actuación, pero al menos, la declaración vino a sacar al plano informativo, en todos los medios, este asunto de las setas de nunca acabar, a la que si junto a la previsible multa le acompaña una justa resolución.
Si lo dicho, oído y leído, indica que el desfase de dieciocho meses mas en esta construccion de despropósitos, lo ocasiona algo tan importante como es la seguridad laboral dentro de un blindado cajón de obra, hace pensar que la falta de previsión en seguridad debió de ser importante, tan importante como la ausencia de comprobaciones responsables, las que en su día tuvieron que realizarse, para haber detectado en las verificaciones de las plicas, las carencias existentes en esta oferta ganadora, y que lamentablemente causan este nuevo, no por inesperado, retraso.
La alta valoración establecida en el pliego de condiciones para la reducción de los plazos de ejecución, seguro que tuvo que poner en marcha la gran maquinaria de técnicos y especialistas en grandes obras, de la empresa adjudicataria, con experiencia contratada, que resulta harto complicado entender que se le pudiera olvidar la partida de seguridad, más tratándose de un concurso publico, donde todas las partidas, incluida la de seguridad, serían minuciosamente revisadas, lo que nos da una idea contraria a lo que se manifiesta para justificar un atraso, por mal que fuera previsible. Mal si no se examinó con pulcritud la oferta, y peor, si se hubiera omitido para reducir plazos y costos, al objeto de ganar la adjudicación, e incompresiblemente se coló.
Nada parecería mas sano para la higiene política que, desde la responsabilidad se explicara detalladamente, alto y claro, inequívocamente y consecuentemente lo de “la demora por seguridad”, así como una comunicación de la constructora sobre esta partida de seguridad, plazos y costos, su cobertura si tuvo, tiene, o no tiene, la que pudiera cubrir o afectar a la integridad de sus trabajadores, al transeúnte peatón, a la gerencia, a los responsables públicos, o a la propia empresa.
Y como no creo que eso de la seguridad fisica tenga nada que ver en este asunto, seguro, inequívocamente, y convincentemente a esto le está faltando la verdad, desde el principio, como para que se le tenga temor a represalias.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 9 de Enero de 2008

martes, 8 de enero de 2008

Cuando nazca el Sol

En el pesebre

Pasado los Reyes, me llegó la tarjeta. Un mapamundi de políglota felicitación. En su interior, una ilustración a plumilla y color de formas extrañas, sugiriendo la nueva encarnadura de un inhóspito lugar donde el vacío colmata al vacío, en una noche que alumbra el plenilunio envuelto en tinieblas. En esta Encarnación, nacida entre animales y dormida en el pesebre, puede intuirse todo lo que no puede verse, ni tan siquiera en sueños, por eso seguirá siendo siempre un misterio.
Acaso sea, algunas de las rayitas del ángulo izquierdo, la firma del creador, en caso contrario, el apócrifo intento es fruto de anónima autoría.
Basta ver aquello, que mal que bien parece una base sideral, en algún lugar remoto del Cosmo, para darse cuenta como el metro oculto llega a la prevista estación (que en la panorámica no sale) lleno de viajeros, dispuestos a recorrer las peatonalizadas calles de esta ciudad de las personas.
Quizás, donde el garabato hace unas líneas paralelas, indique el lugar destinado a la parada del metro-tren (al que llaman tranvía) del futuro, y lo negro de la derecha, tal como se mira, tiene que ser la entrada al “antiquarium”, con salida a rampa, que tampoco sale.
Cabe imaginar, que los locales, quedaran en el lado oculto, y que el oculto mercado (antes emblematico), se encontrará tras la maraña negra de trazos indefinidos.
Seguramente, que escondido en la breña del montículo de marrones, tiene que estar el restaurante con terraza al viento fresco, y tal vez los espacios blancos, puedan interpretarse en la litografía, como puntos lumínicos de una bóveda celeste a la que nadie quiere asumir su paternidad, como todo misterio.
Bajo la sombra de una luz de Luna envuelta por los cercos de nubes, en presagio de tormenta, el dibujo deja en penumbra la azotea-botellodromo, y aunque en retorcidos escorzos los fustes, erectos como vergas, en increíble equilibrio sostiene las umbrelas de este noctívago cimborrio, conjunto sombrío e insostenible con la escasa luz solar que le proyecta la debilidad del selénico espejo, punto central de la obra. Pero a nada que el amanecer de Osario, de cada día, llegue con los primeros autobuses, si se mantienen las paradas y traiga junto a los viajeros de siempre, los rayos de un Sol de Oriente, como magos, para que las celulas fotovoltaicas llenen los generadores ocultos en esta perspectiva desde abajo, para “QUE TODO ESTE PROYECTO BRILLE CON LUZ PROPIA, Y LA FELICIDAD LE ACOMPAÑE SIEMPRE”.
Una leyenda hermosa, que no firma nadie, con la que Urbanismo nos obsequia en este año ocho de madeja, de vaticinio, de pronósticos, de sostenibilidad, de metro, y ya veremos que pasa cuando San Bonifacio llegue.
Francisco Rodríguez Estévez
8 de Enero de 2008 (8-1-8)

lunes, 7 de enero de 2008

treinta meses pasaron

Mi callada mariana
Cuando no se tiene conocimiento de un asunto lo sensato es preguntar. Cuando se sabe, es aconsejable no decir nada. Mi callada mariana da sobradas muestras del saber que atesoró con los años.
Cuando no se tienen respuestas lo sensato es exigirlas al saber.
Cuando se sabe que no las tienen, para que molestar. Mi callada mariana tiene toda la vida para lamentarse.
En la aplicación del sentido común, el encefalograma plano demostrado en la historia de la Encarnación, merecería un cum laude.
Es evidente que la escasez neuronal, debió causar estragos para que, en todo ese largo periodo de vacío, no encontrara ninguna ocurrencia valida y que se tuviera que recurrir a una foránea, cara y caprichosa que, para su realización, buscando poner fin a una situación insostenible, en especial el acomodo definitivo a los mas de noventa placeros del mercado, damnificados sine die, acabará por crear nuevos problemas. Problemas a los propios placeros, cuyo número es superior al proyectado. Problemas al tráfico, que no ordena los posibles lugares de aparcamiento. Problemas de movilidad puesto que, en el último reformado, hasta la fecha, las estaciones previstas para los dos metros ni tan siquiera aparecen. Problemas con el comercio de la zona, deseoso de que lo que fue llamado locomotora de sinergia, el mercado de abastos, revitalizará el mortecino existente, y que este
aparezca ahora mutilado, incapaz de tirar de si mismo, y para colmo de su sino, acompañado de nuevos locales comerciales en sus muñones. Problemas con los vecinos, pues la plaza botellodromo, dejara a muchos sin sueño. Problemas de limpieza, de mantenimiento, Problema social, de la indigencia mendicante que busque el refugio del relente en la epatante cubierta.
Merece especial atención en esta, noble y leal ciudad, cuya ansiada sinergia, por utópica, no la puede dar por si solo, tan esperpéntico mercado, pero si el turismo, que el asunto de los valiosos hallazgos de Hispalis, por su importancia, fueran, en su totalidad, puestos en valor de inmediato, a no ser que, lo que se pretenda, en un tuya mía de administraciones, sea que tome el camino de otros ejemplos y la estrategia fuera la del famoso candado, en la puerta de la Historia.
La inversión para ello, además de no estar contemplada al día de hoy, pasa a un plano secundario, donde la máxima atención son los parasoles, setas, champiñones, espárragos, tornados, phaloides, o vete a saber lo que saldrá, y para lo que sirven, fuera aparte el desorbitado costo.
Cuando la ocurrencia tuvo el carácter de idea seleccionada, se pudo comprobar,( al menos el jurado debió de advertirlo), que aparecía como solución para aparcamiento, un rebaje alrededor de todo el perímetro de la plaza. Idea descabellada pero aplaudida, tal vez por su osadía, así me pareció oír en la traducción. No cabe duda de que sería técnicamente realizable, económicamente prohibida y materialmente imposible, a tenor de su desaparición en el último, de momento, de los reformados realizados.
Lo mismo sucede con la prevista estación del metro subterráneo,( el otro más reciente, es invento nuevo), del aquel que toma nombre el lema concursal que apellida las sombras, pues en este último, el de nuevo trazado superficial, tampoco aparece. Ambas estaciones, siguen en paradero desconocido.
La rara estrategia de realizar este proyecto por trocitos, este si, ahora este no, cuando menos, resulta sospechoso que se pueda acabar algún día en su integridad, y no se quede empantanado, en algunas de sus etapáticas fases.
Desde, el de las dos plantas, al de la bajada sinuosa, del mercado cueva al dedalitos, todo parece indicar lo difícil que debe resultar proyectar un mercado como Dios manda.
De este, dijo el alemán, que su reducción era una imposición de la Gerencia, segregar una zona comercial y disminuir el numero de puestos, le creo firmemente. No me cabe duda de que her Mayer nunca hubiera pensado en realizar un mercado dedalitos tan ridiculo, ni tratar tan mezquinamente a este que, en las bases de la encarnadura, estaba llamado a ser mercado, plaza, puerta, puerto, estación y aeropuerto, (y dicen que soy críptico) y cuando menos, el mismo lo califica de catedral, y otros de sanmameses. Me hubiera conformado en que hubiese pensado en el mercado central de esta ciudad. Pero una vez más aparecen los locales financiadores, cuando estos puntos de apoyo comercial, preferiblemete de servicios, quedaría perfectamente integrados dentro del propio recinto.
Se mantiene el botellodromo. Nuevo concepto de plaza pública elevada, en la que queda convertida la ondulada azotea del mercado-dedalito para solaz recreo de la juventud. Plaza de las que se denominan duras, selénica y llena de lucernario, ideales para concentraciones, manifestaciones, mítines y esparcimiento juvenil, tal como está concebida por el berlines.
Desacierto total en esta invicta y heroica, que aguantará la mala idea, made in germany, aunque algo debería de escucharse al respecto, que no fueran halagos, desde medio ambiente, vía publica, limpieza, e incluso algún vecino, sobre esta creación.
Lo de la cubierta se lo dejo, a quienes tienen la obligación de velar, por su sueldo, de que se cumplan las normas, disposiciones y leyes escritas, y las no escritas, de uso y costumbre, y me limitare a decir que además de cara en su construcción y mantenimiento, el adorno tan solo da, si acaso, sombra, y para eso lo mejor de toda la vida son los árboles de hoja caduca, ya que cuando llega el frío invierno también se agradece, por estas latitudes, el tibio calor del Sol.
Francisco Rodríguez Estévez
-Sevilla 23-6-05

domingo, 6 de enero de 2008

Con las cosas de comer, no se juega.

El precio justo



El concurso era fácil, al menos lo parecía. Calcular el precio de los regalos que el presentador mostraba, y que hizo famoso con su frase “a jugar”.

Sería un concurso sin ganador, una estafa, si aparecieran por el escaparate las setas de la Encarnación. Nadie podrá calcular por cuanto nos saldrá lo de las setas, phaloides o muscarias, porque tendrán un costo que ni se lo imaginan. Todo un derroche.

¿Lo calculan?, Pues se quedaran corto.

Cuesta imaginar, poniéndole valor monetario, lo que ha supuesto durante tantos años permanecer calladamente en semejante sitio para los 91 comerciantes que lograron permanecer arrinconados en ese purgatorio de espera, llamado provisional, donde algo mas de un tercio de ellos han sucumbido.

Mucho más difícil resultaría calcular la vergüenza soportada en esas jaulas de dimensiones inferiores a las que exigen para habitáculo de los primates.

¿Saben lo que ha supuesto permanecer en un chabolismo comercial, por una expropiación municipal, tan degradante, como para perder los estímulos necesarios para ejercer la venta con dignidad, bajo unas chapas recalentada en los días calurosos por un poniente inexorable, haciendo del lugar un horno insoportable, fuera de toda normativa legal sobre condiciones de trabajo?

A todo eso únase la mentira del mercado emblemático para la ciudad, y cerciórense de lo que es la ocurrencia del “parasol y los cuarenta” puestos del mercado dedalito, todo un cuento, pero de los de Calleja.

Añadan el expolio a la Historia, donde cada excrescencia de la perla retirada era paginas de un pasado que se perdía. Calculen si pueden el valor de las acacias taladas, y los castaños de indias, lo de las modificaciones en las alineaciones medievales.

Incrementen el lucro cesante del anterior concesionario para evitar los retrasos de un litigio, ponderando una desposesión, tras un gasto y una inversión que al parecer le faltó de todo menos urgencia.

Resten, por que no encontraran ni estación para el metro, ni tranvía bajo la alargada sombra de una cubierta que no dejará de ser un inútil icono del tiempo del sueño. Ni que decir tiene que deben de incrementar, para cuando este pase, la factura del derribista, y eso si, en esta ocasión se efectuará el pago cuando se compruebe que el trabajo ha sido realizado, evitando la duplicidad en las facturas.

Con estos datos y los flecos que omito para no aburrirles en esto del concurso, les digo, “a jugar”.

Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 29 de mayo de 2006

El sindrome de salmon (mayo de 2006)

Enrojecidos



En estos días tristes, en los que abatido me encuentro, pierdo las ganas de perseverar en nada, y menos para seguir blandiendo el estandarte que tan inútilmente reclama razonamiento. Son duros días en los que aparece el deseo de abandonar las ideas que con tanta firmeza mantengo, incluso para pensar si la derrota sería la vía de alcanzar un merecido descanso para este maltratado espíritu luchador, al que siento agotarse, y recuperarle para nuevas contiendas, a ser posible en lizas mas equilibradas, donde el oponente no luzca el invencible pendón de la estulticia.

El salmón busca sin desmayo alcanzar su destino y no duda en encontrar su final remontando a contracorriente para alcanzar su objetivo. Es su lucha. Un descomunal esfuerzo del que no puede salir porque su instinto le hace esa llamada, para algo tan simple como que su especie continúe, por eso abandona todo, e inicia una singladura sin retorno en la que tiene que enfrentarse además de al dulzor que envenena su sangre, con los obstáculos que en increíbles saltos remonta para llegar a los limpios remansos de su origen. ¿Pero que sería de ellos si decidieran en actitud acomodaticia quedarse en las Barbados, meciéndose en las cómodas hamacas de sus olas, y paseando por placer en el bosque de sargazos?.

Seguramente que el final le llegaría, como a todo ser vivo, pero con seguridad su desaparición afectaría a otras muchas especies que se aprovechan de ese holocausto ictio, pues la odisea genética no deja de ser una poesía de amor y sexo para que su especie no se extinga, a pesar del ser humano, y que gracias a su frenesí desmedido, casi absurdo, hace que siga habitando este planeta azul, como su brillante piel, que enrojece a medida que remontan las corrientes, lo cual no deja de ser un motivo que resulta “también” natural en los salmones, pero, ¿merece la pena?.

A veces en estos momentos bajos, cuando el cuerpo viene a reclamar un descanso al desgaste que sufre por el choque con esa enorme presa que levantaron los intereses, donde la torpeza puso tan gigantesco obstáculo, espuria barrera que impide seguir el curso natural, busco una parada reflexiva, para encontrar la ruta adecuada en el turbulento caudal, de desconocidos fondos, para salvar ese impedimento anti- natura, trampa mortal, que me trae la desgana, y la duda, en la desesperanza, al punto de pensar de que si no sería mejor llegar al abandono de la palabra con el objeto de encontrar la precipitación que permita, al menos, poder optar para el final, el logro de unas merecidas vacaciones, negociando el cese permanente a las hostilidades, abandonando la beligerancia, cambiando el objetivo, a cambio de obtener un sustancial premio al silencio, como bolsita bermeja, mortal copo como almadraba, rubor de rosa carne que se vuelve encarnada, como piel de salmón en sus boqueadas sobre los guijarros, para que me remonten los ánimos hasta los tranquilos remansos de los anhelos dorados de una vejez sin estrechuras, pues a fin de cuentas seria mejor acabar, fin que nos reserva el inexorable destino, con las espaldas cubiertas, aunque enrojeciera de vergüenza, cambiando la piel de las ideas, que hacerlo exhausto, en un continuo y desesperado intento, con la espalda destrozada. Pronto se me levantará el ánimo.

Sevilla a 22 de Mayo de 2006

sábado, 5 de enero de 2008

Calles, Plazas, para recordar

Calle del Sabio, antes burro.
Las calles, en esta ciudad en la que habita el olvido, (según conviene, y solo hasta cierto punto), cuando son dedicadas a la memoria de personas para recordarlas para siempre, deberían de tener una ética de merecimientos, la misma para no retirar en una degradación sumarísima nombre alguno, en especial aquellos que el uso y la costumbre llegaron a darle.
No deja de ser algo incomodo algunos nombres, pero resulta incongruente con la ciudad que se retiren nombres azules, para ponerles nombres rojos, en especial cuando no aparecen los meritos para que tal honor honre la memoria del homenajeado.
Mi calle no tiene un oscuro bar de húmedas paredes, pero tiene nombre de chatarrero, su merito, su locura, fue hacer poesía, entre oxidados hierros. No les parece bastante.
Lo de la Alianza, y su cambio de nombre, avergüenza incluso al periodista que tenia alma vasca, y se perpetuó como ministro de tantas carteras como pudo, cuando pudo, aunque hay que pensar que no en todas tendría la preparación requerida, y que acabó siendo tachado, por anti-comunista, antes de exiliarse en México, ¿Sus meritos con esta ciudad?,en la pequeña biografía que he leído no aparece nada, de nada, y si bien dice que era hombre serio y honrado, lo cual me hace pensar que el pollo montado le hubiera causado un gran malestar al punto de que se volvería a morir de vergüenza, al saber que para rendirle este ayuntamiento del pacto de progreso lo que el llamaría un homenaje inmerecido post mortem, a estos ediles, con todo lo que hay, no se les ocurre otra cosa(cuando agotan el tercer cuarto), que arrebatarle el suyo, el de toda la vida a una inocente placita, que lo tomó de la fabrica de telas que allí existió, y que por ello era conocida, ya que fueron los ciudadanos, y no otros meritos los que se lo dieron.
Bastante se tiene con aceptar que en el nomenclátor callejero vengan a figurar, por acuerdo plenario, los de los presidentes del consistorio, que siempre tendrán división de opiniones sus faenas, entre abucheos y aplausos, más cuando alcanzaron el merecimiento por acuerdos de intereses partidistas, que no deja de ser algo de dudoso gusto.
Son muchos nombres, a lo largo de la historia que no alcanzaron este reconocimiento, aun teniendo meritos sobrados, pero por esta vez sugiero, en esta moda de cambios, para, una vez desaparecida por la micologica remodelación de la Encarnación su plaza y su mercado, que tome el nombre de Plaza de los Vendedores del Mercado, pero no como mártires del desatino, sino como homenaje al recuerdo de estos, de su importancia en el desarrollo y crecimiento de esta ciudad, y la relevancia que lograron en sectores económicos, sociales e incluso en el político y en el cofradiero, pero en especial por su caridad y ayuda, a cuanta hambre quitaron, cuando el Cardenal Spinola les pidió personalmente a estos sencillos vendedores comida para los pobres, que de otra manera hubieran muerto de inanición mucha gente, pues la pobreza y la hambruna era cosa generalizada. Acaso algunos de nosotros le debemos nuestra existencia a aquella sopa generosa. Pero que más da habitando en el olvido.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla,26 de mayo de 2006

viernes, 4 de enero de 2008

En lo mas profundo, lo mas alto

Hágase la luz

A falta de las obligatoria celulas fotovoltaicas, en el enorme agujero horadaron mas de un centenar de boquetes para introducir tal numero de pilotes, a mas de veinte metros de profundidad, luego fueron diez socavones, diez crateres rellenos de hierro y cemento que apagaron el brillo de la Historia, dejandola prácticamente a oscuras.
Vigilando la gestacion, que en Mayo saldrá de cuentas, se dejará ver la mano del doctor en el parto micologico, de lo que sera un infortunado alumbramiento, incapaz de dar a la luz, si la encarnación esperada son phaloides, en cuyo caso la parida sea, que vengan por el lugar evacuante.
Hace unos días salió la noticia. Tratando de ponerle luz a la oscuridad, un tipo, por llamarle algo, colocó una lampara de alto amperaje en la profundidad del agujero negro de sus emisiones. Hay gente pa tó, tantas como oscuros agujeros, si bien, no a todos los que se tapan, cegados en la oscuridad, se les tienen que poner luz, y taquígrafo.
En cambio a otros, no hay forma de poder ver, por su sombrío cariz, como colocar una bombillita, una linterna, cuando un cañón sería insuficiente.
Por suerte para el susodicho que tenia ese pozo negro, pozo sin fondo, que no fue un fluorescente lo que instaló en semejante y húmedo reducto, pues, después de la operación, pudo comprobarse que se trataba de una lampara ecológica de luz fría, y por aquello de las circunstancias energéticas, afortunadamente, aunque se calentara, no llegó a encenderse.
Una vez retirada, después de los arduos esfuerzos que durante horas realizó el equipo de extracción, se pudo comprobar que su encendido era perfecto, para la adecuada reutilización.
El negro orificio, que tuvo que ser agrandado con tracciones mecánicas debidamente lubricadas, apenas quedó deformado (gracias a la forzada dilatación ejercida en los estriados pliegues de sus paredes), pero sin duda quedó, más que lastimado, bien jodido.
El iluminado, en sus declaraciones justifica lo actuado como una broma, a la que no supo calcular el alcance y la trascendencia, aportando que en cada contratiempo que surgía creía ver luces de colores, y que por su ombligo “QUAID” aparecía, en su “Desafío Total”, encarnado en su propia naturaleza.
En la onfaloscopica ensoñación podía ver, como en una alucinación de phaloides, el increíble parto de una encarnación surrealista, que aquello crecía y crecía (es de suponer que por los efectos del gato, naturalmente hidráulico), a tal punto que hinchado el paquete de la panza,por la introducción, tenia la impresión de que un pepino gigante le quemaba las entrañas, si bien es cierto que, con la anestesia empleada,apenas sentía el dolor,por lo que "aquello" le causaba.
El enorme agujero, tapado en la pesadilla por la falta de luz, quedó en la oscuridad, y solo serviría para criar champiñones.
El doctor, muestra la lampara a los medios gráficos, para que puedan verse los restos de detritus adheridos, procedentes de la cloaca, y satisfecho por su trabajo, declara que mas que un alumbramiento, ha sido el resultado de una aventura electrizante. Lo que se dice una torre de luz.Por la cual, se le vió el plumero..

Francisco Rodríguez Estévez
4 de Enero de 2008

Ver, lo que se ve

El folleto
Es importante saber que no siempre, en esto de la Encarnación, se tuvo tanto abanderado, se diría que algunos de estos eran detractores. Lo que son las cosas.
Conviene recordar en esta ciudad de olvidos, que no hace mucho, los mismos que abogaban por el gran aparcamiento, los que firmaban documentos de concesión y aplaudían el mercado sótano, junto a los que tenían miedo de que la “Big Onions”, no dejara en sus inacabables capas lo desde hacía mucho tiempo se sabía, son los mismos que ahora abanderan el cotarro. De las cuatro piedras, a la cultura hecha carne. Lo cual demuestra que para un futuro mejor, a ser posible económico, lo conveniente es convertirse en salvador del pasado, y el que venga atrás que arree.
Así pues, el Salvador, por la ironía de la mejor suerte, hace que se exponga, en lo que fuera patio de la mezquita, bello lugar que afortunadamente se conserva, y que en la Encarnación fueron destrozados, una muestra del tesoro cultural que su mercado nos tenía guardado. En el Salvador recuperado, la ironía hace que todo el “in situ” de la Hispalis que le arrancaron a la Encarnación, no deja de ser un ajado y nómada conjunto de cajas, una broma del nomadejado, para hacer caja, perdón, carcajadas. En el Salvador rutilante, la ironía hace llamar a la pequeña Julia, en su desubicación tolerada y consentida, metropol, plaza cero.
El folleto, tal como un díptico desplegable es un lujo de detalles, ¡qué bonito el pajarito!, La ausente casa de los pájaros, se deja ver representada en este tiempo de construcciones, que hasta los sueños tienen proyecto de ejecución, en la propaganda.
En el sueño eterno la tinaja guarda la inocencia, y el hombre de la Encarnación, photomaton del pasado, mira como pasa la vida, (antes aparcamiento, ahora joya), sin cambiarse la chaqueta.
Que callada quietud, que tristeza sin fin en tantos héroes. Los héroes siempre salen a última hora, pues de lo contrario serian caídos en combate. El coro canta lo mismo glorias que lamentaciones. En este tiempo los cantores de esta Hispalis, no lo hacen por sevillanas, pero si fueran de Viena, (los cantores), se acababa el chopped. Como tragan estos niños.
El mundial de fútbol distrae, y las patadas se suceden para susto del galeno de la formación, temiendo las lesiones de hombres claves en el partido. Zona cero, Plaza cero. Equis. Emblemático, cero también, A Zeta Almac, de Alemania, siete. No hay sorpresa en los marcadores.
El díptico es desplegable. Que gusta aquí eso de un despliegue, un pliegue y un repliegue en el bies de tu enagua, si hay foto, aunque para rostro duro el del callado hombre que aparece en la Encarnación, aunque su foto sea de la polaroid de Macael, el retrato es el retrato.
Sevilla 13 de Junio de 2006

jueves, 3 de enero de 2008

Encarnación sin autobuses (periodo de prueba)

Dialogo mudo
( Tanto que decir)

Mientras imagine que sigues ahí, que no te has ido, que permaneces para entender lo inteligible del asunto, estas ideas distaran mucho de quedar convertidas en un soliloquio escrito de vana utilidad, por lo que continuamos este dialogo mudo, pero no callado, que sobre lo de la Encarnación, ¡Ay Encarnación!,empezamos a trabar, entre la palabra escrita, con caracteres nebrijanos, y el confidente lector, cuando con su sonrisa advierte lo que esconde el disparate.
La deformación profesional del doctor, en excedencia, le hace tomar medidas medicas obligándonos a caminar para bajar los índices de glucosa y colesterol, tan alegremente, como los políticos nos prohíben el nocivo tabaco, que tanto recauda para el saneamiento de todos, pues todos somos Hacienda.
El disparate de las medidas es culpa de la artrosis, no de la peatonalización, pero las caminatas se las trae. Una vez alejadas las paradas de autobuses, a nada que se apaguen los cirios, llegar a la Encarnación, desde Osario, dejará para el arrastre a todo aquel que no disponga de una buena osamenta y una dinámica masa muscular, para recorrer los siete hectómetros que la separan de la nueva terminal.
El obligado paseo, con seguridad, restringirá su acceso a muchos clientes viandantes, con lo que además del azúcar, bajaran los arqueos de las registradoras, por mas tiempo del previsto.
El cajón de la interminable obra, de momento, no llevará el metro en sus entrañas, (que queda para otra ocasión, a pesar de que fue por su germánica solución objeto de premio, ni aparcamientos en su alrededor, que tantos puntos obtuvo del jurado la ingeniosa solución teutónica y utópica, del ya te veré. Naturalmente esperaran otra ocasión, tampoco es el momento. Así pues el almacén de acopio instalado en la calle, entre las dos plazas, ocupará por demasiado tiempo el excesivo espacio autorizado, sin reparar en los daños colaterales que sufrirán aquellos que tengan que multiplicar sus cansados pasos, por unas urgencias que se nos antoja improvisadas, de política de prisas, lo que deja un rastro de cacosmia, que lo de las phaloides semejara a un channel, canal abierto o de pago, como el recto, calificativo del proceder.
Francisco Rodriguez Estévez
Sevilla 8 de Abril de 2006

miércoles, 2 de enero de 2008

Abrir los ojos

Despertares



La Encarnación, madre y maestra, paradigma del desacierto y del olvido ciudadano, al menos tuvo a bien marcar las pautas para recuperar tanto al mercado de la Feria, como al de Triana, a fin de que estos no sufrieran las circunstancias en las que después de treinta y tres años aun se encuentra inmersa.

La Encarnación, absurdo vacío, bastión de negligencias, de inoperancia, también sufrió la tala de sus acacias, acción despiadada que paso inadvertida pero que marcaron ese camino verde, como el que va a la ermita, para crear la sensibilidad de los ciudadanos que ahora reclaman, tras el estropicio, la defensa de sus ecológicas sombras deplorando la que puede ofrecer parasoles de cobre, y lonetas sobre las catenarias. Pero la responsabilidad no se quiere enterar, ye, ye.

La Encarnación, perla de la Hispalis, admirada joya desplazada en cajones, vaso de la ineptitud de ayer, de hoy, y de seguir así de siempre, tuvo a bien guardar en sus entrañas tanta historia, ( cuatro piedras se llegó a decir), que llenó las escombreras con su pasado y con el “in situ”, los almacenes, para crear una conciencia que permita conservar una fuentecita cerámica del XVI, en buen estado, cuando en doloroso parto perdió las innumerables que llevaba en su interior de Isbiliya.

La Encarnación, nudo de comunicaciones, puerta, puerto, estación y aeropuerto, broma del chaqué, dejara de ser, ante la ausencia de la terminal de un metro imposible y de un tranvía llamado deseo, (guillotinado el mega-aparcamiento de otro sueño del seductor), junto con la irracional peatonalización, llevaran a Osario a los posibles clientes, alejándolos del epicentro de la movilidad, para que quede convertido en el mas desolado de las centros comerciales.

La Encarnación, donde el nuevo adjudicatario acelera el proceso micologico mientras pierde puntos en las cotizaciones, entra de nuevo en ese “ya no hay quien lo pare”, que tantas veces se detuvo, para izar a como sea ese nuevo icono, parasoles que en otro lugar serán solo ideas de arquitecto, y en la plaza del Pan se instala mobiliario urbano de capricho, de risa, de pena, de horror, de sueño. ¿Cuándo llegaran los despertares?.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla, 25 de Mayo de 2006

martes, 1 de enero de 2008

....y ahí,queda eso (al despedirse)

El efímero poder



Demasiado tiempo para todo. Poco bueno cabía esperar después de treinta y dos años en aquel habitáculo de terror, de condena, de tres por tres, al que llaman corredor cuando no deja de ser una angostura de expectación donde se aguarda al destino, para una salida que le ponga el definitivo final, sabiendo que esta dependerá, sí airosa o lamentable, de muchas circunstancias y no solo del garabato ilegible del gobernante sobre un papel.

Miles de manifestaciones no pudieron evitar esta vez, la tantas veces demorada ejecución. De nada sirvieron las peticiones y firmas solidarias para impedir que se llevara a cabo lo que quedo en manos de tan efímero poder.

Tantos años de incertidumbres y temores para que finalmente un doctor encuentre torpemente la vena donde inyecten otros el vial sedativo que antecede a los componentes letales. Las ordenes, son las ordenes.

Pero seria negar la evidencia llegar a creer que tanto esfuerzo cívico realizado, a pesar de su resultado, intentando salvar al condenado, ha sido inútil, si se tiene en cuenta todo lo que ha quedado al descubierto, que no fue poco, mas lo que aun quede por esclarecer.

El mediocre y violento actor se dio perfecta cuenta de que como matón tenía poco futuro en la Metro G. Mayer por lo que, valorando los pocos títulos que le quedaban, decidió salir del celuloide para encontrar uno mejor a la sombra de la política.

La vida de reo tuvo una duración de algo mas de treinta dos años, a lo largo de los cuales se sucedieron efímeros poderes que nadie recordará, pero el actor sabe de golpes y de efectos especiales entiende que tal vez sea todo lo más que quede en la memoria cada vez que se recuerde “forever” al desdichado.

Casi por la misma fecha del inicio de su condena, apareció ese reducto provisional, al que por aquí tambien están decidido a acabar con el. Tan pergeñada determinación tuvo anteriormente similares propuestas, pero ninguna llegó tan lejos como esta que, coincidiendo con lo de San Quintín, se ha rubricado para darle fin a la Encarnación.

El doctor que ejerce de político buscó la salida en las pantallas a través de un cameo y la vena para llenar de narcotizantes amanitas el corazón de la ciudad ¿Lo ves Casiano? Es la libertad.

Con la poderosa firma de su efímero poder, no le duelen prendas recetar se dispense un genérico o un placebo, y sin temblor firma el documento para que aquello se reencarne en lo que sea a la vista de que nunca la Encarnación volverá a ser la de antes, tras la invasiva intervención mutiladora de su gran plaza de abastos, otrora mercado municipal.

De nada ha servido las experiencias de galerías híbridas, todas cerradas y fracasadas, ni para menos se ha tenido en cuenta los éxitos comerciales de estos mercados en ciudades como Barcelona, Valencia, Madrid e incluso Oviedo, donde estos toman relevancia al valorarse tanto el interés cultural, como la importancia comercial de estos en los centros de estas ciudades.

Tal vez quede aun la posibilidad del milagro, pero hasta los jalogüeis del 07, contra el doctor No, solo cabe esperar que se produzca.

Será un día de difuntos, de celosías, de Tenorio, de humo de castañas, de misa ante el Cristo de Mieles, día triste en este año de espárragos y setas en Noviembre, y en Mayo rosa y clavel.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla, 15-12-05

El complice silencio

La parada



Si todo continúa con la impredecible previsión, y nadie lo remedia, es de temer que la propuesta de solución para el solar del desaparecido mercado de la Encarnación, después de treinta y dos años, se convierta en uno de los mayores desencantos, dentro de los posibles, casi rayando el absurdo olimpico, como consecuencia de enorme cúmulo de desatinos llevados a cabo, y que alguna vez, o tal vez nunca, puede que se expliquen, para llegar a entender algunas determinaciones extrañas, y tanto extraño silencio.

Por enésima vez, de nuevo vuelve a encontrarse la obra en esa fase de paron a la que tan acostumbrado nos tiene. En esta ocasión se justifica como una parada técnica de cambio de constructora, consecuencia de la nueva adjudicación a otro concesionario, (al parecer el más rápido), designado en concurso, con lo cual los plazos del ganador se acercaran a los propuestos por el segundo clasificado, contando con que ningún contratiempo dilate la espera.

Este es uno más, que seguro no será el ultimo, para dar esa sensación de que las paradas en la Encarnación se realizan para dar la oportunidad, pero no a la callada mayoría de decir algo al respecto, si no que esperan a esos virtuosos solistas que nunca la alzan, tal vez por el esfuerzo que supone levantar tanto peso de sus voces, y de esa forma evitar una propuesta, que hasta el más interesado, sabe lo que es.

Pero si todo continúa con la impredecible previsión, si alcanzamos a ver aquello, si tuviéramos que hacerle, no sin cierta guasa, icono de la modernidad de esta ciudad, a esto de los champiñones para la Encarnación , le vendría al pelo la frase de un líder mundial, ya desaparecido, que venía a decir sobre la reflexión del tiempo pasado, algo así como que difícilmente nos pueden escandalizar las cosas del ayer que fueron llevadas a cabo por la imposición de la fuerza, aunque fuera bruta, si un cobarde silencio, de vergüenza, tuvo por cómplice.

Francisco Rodríguez Estévez

20-11-05

Año chino (aun por llegar)

Rata, y a esta ¿quien la mata?

Comienza para casi todo el mundo este nuevo del ocho, del tercer milenio, que para los chinos no llegará hasta Febrero, en pleno carnaval, y será por lo menos el cuatro mil y pico de una cuenta que empezaron a llamar como animales y que coincidirá este, con el del primero. La rata.
La costumbre de los sobres rojos llenos de dinero, llamaran a las puertas, a las buenas puertas, para que se abran hospitalarias y ofrezcan buenos augurios, en una fiesta que acaba con la fiesta, fin de fiesta, que llaman de primavera, el día de los faroles.
La rata, alimenta a los gatos. Rata de campo, rata de alcantarilla, rata cuartelera, rata de laboratorio, rata transmisora de la peste, rata de Amelin, rata de granero, rata de almacén. Ratas del mundo, ratas adoradas en los templos hindúes, rata de cuentos, rata de los silos, para todas, (aquí no vale todos), serán las participes de lo que acontezca.
Sin duda el ingenio llevará al Falla, esta china circunstancia. El tipo rata.
El ocho, tendrá cumplida la cuarentena, para cuando esto suceda, y el carnaval se mezclará con los mítines, y los sobres de los vaticinios, con la hospitalidad de una fiesta, donde hermanos y hermanas en fraternales encuentros decidirán en quinarios, los meritos para portar los faroles de cruz, en una fiesta de primavera de terciopelo y de ruan, de emociones contenidas y de sacrificio, pues la de los farolillos chinos, rojos de toda la vida, este ocho llegará con las clasificaciones, a ser posible europeas, y cuando menos sin sustos. Vivir es sufrir.
Para ese tiempo, en lo de la Encarnación, solo por medidas de seguridad, posiblemente no se tenga colocada la clave de ese pórtico micologico, y aun existe dudas de que la estación para el metro se tenga definidas, y por lo tanto las ratas de jardín, que ahora hibernan en las raíces de los castaños, les quedará tiempo de amamantar a sus crías sin sobresaltos.
Peor será en este año rata, lo del metro-centro, al que llaman tranvía, para que este llegue a la Encarnación, como a una tierra prometida, pues será de temer que cuando lo haga, en lugar de plaza de abastos, los usuarios encuentre algo por definir, y a esta rata, ¿quien la mata?
Los nuevos hallazgo de Hispalis que se descubran para realizar la prevista estación del metro, del que circulará por los estratos del pasado, e incluso mas abajo, con seguridad quedaran a salvo, tal vez por que sonó la flauta, pero hasta las ratas tiemblan, nada más de pensarlo.
Francisco Rodríguez Estévez
1 de Enero de 2008

NEGOCIOS

• Macellarius
Cuando dejó de ser poco mas que un pantanal, le convirtieron en lo que ahora llamaríamos un polígono, hasta que la recalificación le cambió de uso. La nueva zona residencial posiblemente tuvo que ser abandonada por los desahucios de asustaviejas, permitiendo a una creciente inmigración adecuar a su estilo de vida las nuevas viviendas, hasta que fueron expulsados por nuevas reglamentaciones.
A nada, con los nobles títulos obtenidos en la operación y los dineros que trajeron las corrientes y los vientos, los blasones se asentaron junto con la iglesia redentora, hasta que el rencor del francés ordeno dejar aquello en la nada, antes de salir de najas, momento que es aprovechado por los vendedores para ocuparlo, hasta que con el engaño, fueran desposeídos de los derechos adquiridos. Ahora, el enorme hueco que tuvo de todo, espera ser colmatado, cuando en el vacío no le queda nada.
No se si sabrán que allí solo ha quedado para siempre todo el hierro y cemento que incrustaron, donde hubo tanto ladrillos de esos que ya no se fabrican. Tampoco si se percataron que no queda tierra alguna de aquellos jardines, donde el jazmín y el arrayán enraizaba para perfumar los patios que ya ni se proyectan. Tal vez no advirtieron que, mezclada con ellas, también fue retirada la de las fértiles huertas que en sus lomos, bajo el abrigo del cítrico y del frutal, crecieron en cultivo sostenible y ecológico variedades vegetales que llenaron alacenas con sus olores, y de sabor, para hacerlas arte en las “culinas”, sin necesidad de glutamatos y saborizantes.
En la dureza del armado hormigón, le resultará imposible imaginar donde quedaban los pozos, norias y fuentes que llenaban los aljibes de cristalina agua que era refrescada en ánforas y botijos y abastecía acequias y albercas para el baño placentero en la tórrida canícula de la desparecida Isbiliya. Tampoco verán en la nada, la invisible vida en oración, alejada del mundo, recogida en el olvido del beaterio, la clausura del oratorio de latines perdidos, como lengua, de la que no cabe en el móvil (del delito) actualmente.
En la planicie de la oquedad, cóncavo paralelogramo, coseno del vacío sin nada dentro, donde ni el recuerdo infinito, aunque permanezca, le devolverá su contenido todos buscaran injustificables motivos como para perder el valor de tantos iconos con historia, por la de un emblema tan efímero y costoso, como aquel que, una sola chispa le convirtió en especulativo solar.
FRE. Sevilla 25 de Marzo de 2006:

Mi trabajo, mi casa,¿ y mi........coche?

Los sueños
En la fantasía del subconsciente se idealizan los deseos que, a fin de cuenta, no dejan de ser frustraciones de la realidad. En la realidad, donde no deja de aparecer el disparate, algo podría tener de sentido lo de impedir, a toda costa, el transito por intramuros a las cuatro ruedas, si fueran otros sus argumentos.
La ignorancia no me permite discernir las razones para lanzar esta despiadada guerra a un invento, símbolo de modernidad, que permite los grandes desplazamientos reduciendo las distancias, en especial, cuando las ciudades alcanzan dimensiones fuera de los limites de los pasos, y el golpe de pedal, necesita un entrenamiento más propio de otras edades más dinámicas y joviales.
Para construir el sueño peatonal, nada más fácil que prohibir el paso de los vehículos a aquellos que no disponen de garaje, ni son residentes, aunque este privilegio imposible de evitar, creen desigualdades, para una política que dice pretender evitarlas.
Sin embargo mi coche será un proscrito en lugar de una herramienta de trabajo. No importa que durante años fuera fiel cumplidor de todas sus tasas e impuestos, que tanto ayuda a la recaudación pública para el gasto corriente, y las posibles inversiones; que fuera creador de riquezas, dando trabajo tanto a gasolineras, como a los agentes de trafico, a las aseguradoras, a los talleres e incluso a los indigentes gorrillas, ahora, permanece varado gracias a las obras, a los cortes y a las prohibiciones.
Vivir en extrarradio, y trabajar en intramuros, no debe tener tal castigo, al menos hasta que en lugar de sueños se construya una alternativa real, una opción para mejorar esas comunicaciones colapsadas, por la falta de previsión, de técnicos y políticos, y la necesidad de los usuarios.
Algo podría tener de sentido esas medidas, con carita caprichosa, para llevarlas a cabo, pero ¿dónde están las alternativas?
Caminar es saludable cuando se realiza por placer, pero es insufrible cuando se nos obliga a recorrer largas distancias para acudir al centro, día tras día a un trabajo de jornada partida, para deshacer los pasos de las frías mañanas en las horas del almuerzo, para volver, con el postre en la boca, y de nuevo un regreso de soledad, que en ocasiones resulta mosqueante un cruce con la sospecha de unas sombras. Andar no es tan seguro, si nos acompaña el temor que producen las calles vacías.
Cuento coches, al tiempo que obligados peatones, al cierre del comercio, y cuesta entender las razones políticas para peatonalizar de forma contumaz, del no retorno, y sin razonamiento, cuando lo sensato debería ser ofrecer otras opciones disuasorias, pero seria mucho pensar, pues dormido es imposible, y encima sin tabaco.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 4 de Marzo de 2006